viernes 29, marzo 2024
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De Don Otilio a Don Amadeo

Es tarea de buen gobierno acercar a la función pública a varones ejemplares que la rehúyen, no por falta de espíritu de servicio público sino por una razón temperamental: son quitados para los ruidos, son cultores de la modestia y tienen desamor hacia la política.

Así lo percibió don Otilio Ulate Blanco, Presidente de la República de 1949 a 1953, cuando invitó a don Amadeo Quirós Blanco a desempeñarse como Ministro de Trabajo, primero, y como Contralor General de la República, después. Y lo dice aquella figura histórica del buen periodismo en una misiva de fecha 8 de mayo de 1955, con motivo del término de la gestión de don Amadeo a la cabeza de la oficina de supervisión y control de las leyes que rigen la administración de la hacienda pública y norman su función como órgano auxiliar de la Asamblea Legislativa en lo que hace al ejercicio de esa importante función.

Sello postal en homenaje a Don Amadeo Quirós Blanco.

La carta de don Otilio es no solamente de sabrosa lectura –tal y como sucedía con su prosa-, también es valiosa fuente de información acerca de la talla moral de aquel varón que fue don Amadeo Quirós. Dentro de pocos días, esa exaltación de don Amadeo cumplirá 65 años de haberse redactado en la hacienda La Vieja, el refugio del ex presidente allá en San Carlos.

Cosas que hoy no se ven… Como aquella referencia que hace don Otilio a la actitud del Sr. Quirós de depositar en sus  manos unos giros extendidos por el Tesoro Nacional y que cuantificaban 18.000 colones, provenientes de dietas ganadas por don Amadeo por su asistencia a las sesiones de directiva de algunos institutos en los que el Ministro de Trabajo tenía asiento.  Él no los había querido cambiar porque “si yo, como ministro, recibo un sueldo, debo dedicar todas las horas laborables del día a trabajar para el cargo, y el trabajar fuera de él pero dentro de la misma función que ejerzo, este otro trabajo también lo realizo en condición de ministro y dentro del tiempo que le debo a mi cargo. Por tanto, la paga que reciba no puede ser mayor que mi sueldo”.

Don Otilio recuerda que don Amadeo le encargó disponer a su libre albedrío el destino de aquellos 18.000 colones “en obras de bien público, con la condición de que no le dijera a nadie de donde procedían”. Y así fue; una parte fue como contribución a la construcción de la iglesia de La Vieja, otra a la escuela de Vista de Mar de Goicoechea y algo más a las obras de Fray Casiano.

El ex presidente recuerda que poco después de ese desprendimiento, don Amadeo Quirós tuvo que viajar a Estados Unidos en procura de asistencia médica para lo cual debió acudir a un préstamo bancario.

Fue tan escrupuloso con los recursos que se le confiaron que don Amadeo prohibió que su esposa usase el vehículo oficial de la Contraloría para sus vueltas.

“Intransigentemente severo y meticuloso en el cumplimiento de las leyes cuya ejecución te había sido confiada”. Así vio el Presidente de la República a don Amadeo, ante quien no tuvo más que “someterme invariablemente”. Así, el gobernante cita el caso en que había que pagar una planilla del MOPT pero el compromiso había surgido sin los obligados trámites de ley por lo cual él y el ministro Carlos Manuel Rojas tuvieron que asumir personalmente un préstamo bancario para satisfacer el derecho de los obreros. “Cuando, satisfechos los requisitos legales, los Contralores autorizaron el pago y se canceló el pagaré, Carlos Manuel tuvo que satisfacer con su dinero los intereses porque no había en el presupuesto partida de la cual tomar para el pago de ellos.”

“La virtud de la existencia de la Contraloría –escribió en esa carta don Otilio- no radica en el texto constitucional que le dio el inicial soplo de vida, sino en el material humano con el cual se empezó a modelar la institución”.

“Justiciero y acertado”, dice don Otilio que fue don Amadeo. “….No fuimos entrenados en las enseñanzas de la alquimia financiero según la cual, como ahora se estila, la plata se hace tan fácil como rápidamente”, escribió el 8 de mayo de 1955 el ex presidente Ulate Blanco.

¡Vaya tiempos esos con funcionarios de ejemplar temple!.

(*) Álvaro Madrigal Castro, Abogado y Periodista

 

 

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2 COMENTARIOS

  1. Ciudadano ilustre,digno y honesto.Dio al país su preciado tiempo para cumplir con su labor ejemplar.Merece un reconocimiento de todos los compatriotas

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