Esos sectores, obedientes a la agenda neoliberal, en este escenario de tribulación por el que pasa Costa Rica, no escatiman y tampoco disimulan sus intenciones de atacar a los trabajadores del sector público, sus salarios y conquistas. Hay un ataque sostenido a toda la clase trabajadora en general, que tampoco es nuevo. Sus intereses de clase y su formación les impiden un asomo de solidaridad y humanidad. No pueden y al contrario ven en la tragedia una oportunidad para avanzar su hoja de ruta, es decir, profundizar su agenda antilaboral y atacar al Estado y sus instituciones (CCSS, ICE, INS, Banca, Universidades, Educación, etc.).
De manera que, no es de extrañar la posición de la UCCAEP y de la AMCHAM y otras cámaras. Hacen lo que tienen que hacer de acuerdo a su naturaleza e intereses de clase y se mantienen firmes en resolver la crisis de acuerdo al paradigma neoliberal.
De hecho, en declaraciones públicas, refiriéndose a la comisión técnica de economistas, conformada por la UCCAEP y que le recomendaría al presidente Carlos Alvarado el camino a seguir, el ex diputado Oscar Campos[1], otrora del PLN, se refirió a esa comisión como un grupo de economistas de pacotilla responsable directo de impulsar las políticas económicas durante cuarenta años que nos encaminaron al desastre que hoy vivimos y que muchos de esos economistas en vez de estar asesorando al gobierno deberían estar en prisión o tener casa por cárcel por la situación a la que llevaron a este país y a su gente.
Cabe señalar que los partidos políticos que actualmente tienen representación en la Asamblea Legislativa no tienen mucho que ofrecer ante la crisis. Han sido, especialmente el Partido Liberación Nacional (que por vergüenza debería cambiarse el nombre), responsables directos y cómplices de la imposición del modelo neoliberal, de manera que no se puede esperar mucho de ellos, salvo que apoyen las propuestas de los sectores dominantes que quiere darle el tiro de gracia a Costa Rica y a su clase trabajadora, de hecho, ya lo habían venido haciendo. Por otro lado, como era de esperarse, han surgido una serie de propuestas[2] de diferentes sectores, todas iguales, con loables propósitos para paliar la crisis generada por el covid-19. De igual forma, se hicieron propuestas magníficas por diferentes sectores sociales en relación con el plan fiscal para no recargar la “crisis del déficit fiscal” sobre las espaldas de la clase trabajadora y ninguna de ellas fue tomada en cuenta, esto por cuanto al presidente Carlos Alvarado, la derecha y los sectores dominantes le habían impuesto el equipo económico al gobierno PAC que lo aceptó dócilmente con el manto del gobierno de “unidad nacional”. Igual, esas propuestas posiblemente las escuchen y las lean, como hicieron con el plan fiscal, pero solo eso.
En ese mismo sentido, hay presentada una propuesta para que se convoque a un gran Acuerdo Nacional, un Nuevo Pacto Social, 2020[3], como el de 1943 y que ese pacto nacional articule a todas las fuerzas sociales y políticas del país, alrededor de un plan nacional de reformas con miras al bicentenario y la proyección de país que querríamos para las próximas décadas y para salir airosos de la crisis provocada por el covid-19 y donde todos los sectores cedan lo que tengan que ceder y sacrifiquen lo que tengan que sacrificar de acuerdo a sus posibilidades. Suena interesante, pero igual a lo explicado anteriormente, en un determinado momento de la lucha contra el plan fiscal el movimiento sindical y social propuso un escenario de negociación parecido, es decir, la conformación de una mesa nacional con diferentes sectores para negociar y determinar el rumbo del país en materia fiscal. Esa propuesta nunca fue considerada y de hecho ese fue uno de los motivos para ir a la huelga contra el plan fiscal a mediados del año 2018.
Partimos entonces de las siguientes consideraciones, la primera es que efectivamente la derecha, los sectores dominantes, con una arrogancia y un desprecio inaceptable a lo que está sucediendo, hace oídos sordos a los llamados a la solidaridad y pretende mantener sus posiciones de privilegio y además impulsa su agenda antilaboral y anti Estado. La segunda consideración es que las propuestas, como dijimos todas loables (aunque ninguna de ellas orienta hacia la ruptura real con el modelo neoliberal) en el mejor de los casos serán leídas por el gobierno PAC, pero no serán tomadas en cuenta para la definición de sus políticas y estrategias por estar el gobierno claramente identificado con la derecha financiera de este país. La tercera es que efectivamente no se puede esperar un escenario, aún con los llamados a la unidad nacional, dado el nivel de contradicción, de un pacto nacional como el que se propone, no existen las condiciones para tal situación, todo lo contrario, las contradicciones se irán profundizando conforme la crisis avance.
Es pues imperativo que el movimiento social de Costa Rica comprenda que la crisis actual no se puede resolver, de acuerdo a su interés de clase, en el marco del modelo neoliberal, es decir, tendrá forzosamente que plantear el escenario de la ruptura con ese modelo capitalista explotador. Se origina entonces una contradicción político-social de una envergadura inimaginable y hay que saber conducirse en este escenario y hay que prepararse para una lucha en todos los niveles y que posiblemente no tendrá parangón en la historia patria. Tampoco ponemos en duda que ese escenario, la lucha y la derrota del modelo capitalista neoliberal se abrirá paso, en paralelo, en muchos países del mundo.
Es necesario entonces, comprender la magnitud del desafío político que enfrentaremos en los próximos meses y posiblemente años. Habrá que dimensionar y establecer con mucha serenidad el carácter de la lucha que se avecina y una característica central es que tiene que ser una lucha profundamente popular. Sin duda alguna entramos en un terreno complicado porque se tendrán que abrir los espacios necesarios para avanzar en la respuesta política-electoral para que, efectivamente, con la fuerza del pueblo caminar hacia la toma del poder y desde allí plantear un nuevo andamiaje legal que permita el avance hacia la ruptura con el modelo neoliberal y que como es de esperarse, a mediano y largo plazo, trascienda a posiciones anticapitalistas.
Comisión Nacional de Enlace
San José, Costa Rica
24 abril 2020