Moscú, 5 may (Sputnik).- Medio año después del golpe que lo obligó a renunciar a la presidencia de Bolivia, Evo Morales analiza con mirada crítica las acciones que tomó entonces, el papel de la OEA, la influencia de Estados Unidos en los asuntos de su país, sin olvidar al Gobierno de Jeanine Áñez y su gestión en tiempos de la pandemia del covid-19.
En entrevista para Radio Sputnik, el otrora mandatario, de 60 años, y el hombre que más tiempo ha estado al frente del país, ofrece sus consideraciones desde el exilio en Argentina, luego de ser inquilino del Palacio Quemado desde el 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019.
En cuarentena, como él mismo dice, para respetar la vida y las leyes, y con la ayuda de muchos bolivianos que le hacen llegar frutas, verduras y carnes, Morales trabaja en libros autobiográficos y en la campaña electoral que pretende devolver al Movimiento Al Socialismo (MAS) al poder, ahora de la mano del exministro de Economía Luis Arce.
Lamentos por haber confiado en la OEA
Morales, admitió que fue un error haber invitado a la OEA como observadora de los comicios de octubre pasado, porque se prestó para el golpe de Estado e insistió en un fraude que no ocurrió.
«Fue un error haber invitado a la OEA. Pero mi responsabilidad era que no hubiera muertos», dijo Morales quien agregó que tomó la decisión de renunciar «para evitar muertos y heridos (…) Cedí bastante. Hasta antes de mi renuncia, había dos muertos. Ninguno por bala. Siempre recomendé a la policía y a las FFAA que debían cuidar al pueblo.»
También recordó que «el derecho a la vida está por encima de cualquier otro para mí. Renuncié para evitar enfrentamientos. Y, no obstante, al otro día, hubo muertos. A la semana siguiente ya había 20 muertos».
Sin embargo, aclara que «después de promulgar la ley para las elecciones, la dictadura dijo ‘por la vida’. ¿Qué moral tiene para hablar de la vida la dictadura, cuando usó armas para matar al pueblo? Ahora los mata de hambre y con el coronavirus. Médicos y policías han muerto por el coronavirus. La policía está amotinada y no quiere salir por miedo», enfatizó.
Por otra parte, admitió que no sabe si se equivocó o no: «No sé si cometí un error: la historia me juzgará (…) «lo que sí puedo asegurar que no hubo es fraude. La OEA observó que en 226 mesas hubo irregularidades. En ese caso, según la ley boliviana, debe realizarse una nueva votación en esas mesas. Bolivia tiene más de 300.000 mesas –226 mesas son el 0,05 por ciento de votantes–, sumados todos los votos, los nuestros y los de la derecha, ganamos en primera vuelta. El tema del fraude es un invento para el golpe».
El líder cocalero insistió en que «Bolivia está siendo gobernada por una agente de la CIA. La señora Áñez tiene contacto con el presidente de EEUU, un abierto sometimiento. El actual ministro de Salud era médico de cabecera de la embajada de EEUU. Ha vuelto la DEA.
La pandemia como arma política
«Lamentablemente la pandemia está siendo usada políticamente. Toda la agrupación de partidos que están con Áñez y su partido ‘Juntos’, usan a las Fuerzas Armadas para repartir bonos en las áreas rurales y hacer campaña», dijo.
El actual Gobierno, en lugar de ampliar nuevos hospitales y equipar salas, ha cerrado siete: «Estaban por terminarse 20 nuevos hospitales de segundo y tercer nivel iniciados en nuestra gestión. No los han equipado hasta ahora», recordó y añadió que «la infraestructura la dejamos con presupuesto. Como un hospital en Cobija, con 10 millones de dólares para la primera fase de equipamiento. Hoy no está equipado, no hay respiradores, ni bioseguridad, ni laboratorios».
«Lo que más duele es lo que está pasando en Trinidad (Beni): como no hay testeos, decían que era un departamento sin contagios(…) Lo que me informan los hermanos de allá es que casi el 60 por ciento de los trabajadores de salud están contagiados y no están en los hospitales. Las familias están combatiendo al virus con medicina tradicional», argumentó.
El expresidente califica de nula «la presencia del Estado en Trinidad, una pequeña ciudad con más de 200 contagios, capital de Beni, el departamento de la autoproclamada presidenta».
«Esta es la situación. Es un problema para las elecciones. Por eso se postergaron, pero el pueblo pide que se realicen», agregó y recalcó que «el cacerolazo o petardazo de la semana pasada (que el MAS no organizó) me ha impresionado. Como no se pueden manifestar en las calles, se abren las ventanas, las puertas, los garajes de las casas y la gente se expresa».
Carlos Mesa, candidato de EEUU
Morales aseguró que Estados Unidos potencia la figura de Carlos Mesa como su candidato para los próximos comicios generales en el país, en detrimento de la actual mandataria de facto, Jeanine Áñez.
«La línea política de Estados Unidos y la derecha boliviana era, inicialmente, aprovechando esta pandemia, hacer renunciar a Áñez a su candidatura a la presidencia y que se enfocara en la pandemia. Fracasaron… Buscan que quienes apoyan a Áñez se vayan con Carlos Mesa, quien sigue siendo el candidato de EEUU».
Por otra parte, se refirió también a las elecciones postergadas como consecuencia de la pandemia que azota al país y a la Ley que ha promulgado el Parlamento, con mayoría del MAS.
«El plan era que no hubiera elecciones y que hubiera una nueva convocatoria en 2021. No lo lograron gracias a nuestros parlamentarios. Quiero saludar a la bancada del MAS que no se prestó a este juego», comentó.
También recordó que «las elecciones habían sido convocadas para el 3 de mayo. Hubo que suspenderlas por la pandemia. Por eso el Tribunal Supremo Electoral (TSE) propuso elecciones entre el 7 de junio y antes del 6 de septiembre».
Según el otrora presidente, «las elecciones están garantizadas, pero hasta último momento el Gobierno de facto intentó que no hubiera elecciones este año. El jueves por la noche, cuando el Senado sancionó por unanimidad la ley y la envió al Ejecutivo, el Gobierno de facto la rechazó en apenas nueve minutos. Con disposición de trámite, se convocó a la Asamblea Plurinacional y fue ratificada la ley. La presidenta del Senado la tuvo que promulgar, porque ellos no querían una ley antes del 3 de mayo para postergar las elecciones para el próximo año. Nuestra bancada tiene dos tercios y nuestra Asamblea está unida. Así se garantiza la democracia en Bolivia».
Represión en tiempos de pandemia
El líder indígena apuntó que el Gobierno de Áñez, tiene un doble rasero, pues hace unos días se conoció que las hijas de la mandataria en funciones rompieron la cuarentena. «Para las autoridades del gobierno y sus familiares hay turismo y cumpleaños, pero para la gente humilde ni comida», acotó.
«Bolivia tiene dos pandemias: el coronavirus, que nos mata de enfermedad, y por otro lado la dictadura, que nos mata de hambre. Esta pandemia paraliza el aparato productivo, y la dictadura, con su corrupción y nepotismo, paralizó a las empresas del Estado. Hace cuatro meses paralizaron una planta en Cochabamba, y le hicieron perder 30 millones de dólares en utilidad y pérdida de mercado con Brasil. Estamos mal económicamente», aseguró.
El exmandatario también criticó la mala gestión económica del gobierno de facto, que ha pedido préstamos a diversas instituciones nacionales y extranjeras.
«En este gobierno, lo que hay es deuda interna. Han usado 2.800 millones de bolivianos (unos 406 millones de dólares) de las reservas del Tesoro para pagar aguinaldos y sueldos. Ni un año me endeudé con el Banco Central para pagar sueldos y aguinaldos, menos aún con el exterior», apuntó Morales.
El líder indígena recordó que cuando asumió el poder en 2006 «el PBI era más de 9.000 millones de dólares», y durante su gestión consiguió un crecimiento significativo del PIB, hasta los 41.800 millones de dólares.
También acuso al actual gobierno de querer privatizar el país y ceder a los intereses de EEUU, y de paralizar la industrialización del litio. «Ahora quieren capital extranjero, de los EEUU», afirmó el exmandatario, que apuntó que el golpe del Estado «no solo fue al indio y al modelo económico, sino al litio».
«Este gobierno ha perdido autoridad ante el pueblo. Y el pueblo ha perdido el miedo ante el gobierno de facto. Sin autoridad no se puede resolver nada. Por eso el pedido de elecciones ya, con autoridades democráticamente electas, eficientes y unidas, para enfrentar la pandemia y el tema económico», reiteró. (Sputnik)