jueves 18, abril 2024
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Impresiones sobre el discurso presidencial

La mayor ventaja que un adversario político puede tener frente al presidente Alvarado es que este no miente. A él no le crece la nariz; rara característica en su oficio. Además, es predecible. 

Prometió derechos humanos, conservadurismo fiscal, mesura y mucho trabajo. Es lo que hace y se esfuerza en hacer. No es un vagabundo ni un mal intencionado.  Le gusta ver las cosas como son y apostar por lo que a su criterio es posible, sin aventurarse mucho en el reino de las posibilidades y los grandes sobresaltos.

Yo sabía a lo que me atenía cuando voté por él, pero juzgué prioritario enfrentar la amenaza del partido religioso. No me arrepiento. 

Tampoco me hice de innecesarias ilusiones pues yo soy partidario del Estado Social de Bienestar; si se quiere, soy un figuerista a la antigua o un mariachi de hueso colorado. También me uno a un sentimiento de Henry A. Wallace -quien fue vicepresidente de los Estados Unidos en las primeras gestiones de Franklin D. Roosevelt- cuando le dijo al Dr. Calderón Guardia, en 1943  y en visita a nuestro país, “con los comunistas no tengo problemas”. 

Así que me veo impedido reclamarle al Presidente cosas que no prometió, o, exigirle cumplir mis preceptos ideológicos de izquierda. 

Habiendo aclarado lo anterior y luego de haber escuchado su informe de labores, su alocución me dejó sentado y  sin almuerzo, apenas servido con un poco de postre de cosas buenas que en efecto ha hecho. Me levanté de la mesa con hambre. 

El señor Presidente nada especificó sobre los nuevos impuestos que vienen y nada de fondo dijo de cómo reactivar la economía. En efecto, me quedé viendo para el ciprés. 

Me pareció escuchar a un ser humano atribulado y valiente -por momentos inseguro- que con amargura traga la visión monetarista de la banca internacional.

Este que pudo haber sido el discurso más importante de su vida y el más relevante para Costa Rica de los últimos 72 años, se fue a la papelera del olvido. 

No aprecié con agrado que haya repetido un mantra inexacto de que somos un país libre. No lo somos. La bota del FMI es la soga permanente que llevamos en el cuello. Hace apenas unos días este organismo nos advirtió que mal hacíamos en regular la usura.  Mucho le hubiera agradecido la Historia el habernos señalado nuestra “esclavitud”.

El diputado Wilmer Rojas, experto en este tema, escribió: <<Es importante tener claro qué, de los tres millones (3,000,000) de tarjetas de crédito emitidas en Costa Rica, las cooperativas de ahorro y crédito han emitido solamente sesenta y cinco mil (65,000), es decir un 2% del total de tarjetas. Según lo anterior, el 98% de las tarjetas de crédito que se encuentran en el mercado costarricense las han emitido los bancos públicos y privados, a tasas de interés con condiciones abusivas y usureras.>>

Ayer don Marcelo Prieto, su nuevo  escudero, dijo: << Lo que el señor Presidente está diciendo de manera muy clara, y no sé por qué se ha malinterpretado de diversas formas, es que todos tenemos que contribuir a la crisis. Nadie puede esperar que vayamos a salir a la crisis si no contribuye. Ya no se vale que haya un sector que diga ‘que esto lo paguen estos otros’ y ‘que esto lo paguen los de allá’>>. Sí, sí, lo entiendo pero qué quiénes y por qué. Entonces aclaremos. Acaso seguimos ignorando que vivimos en el noveno país más desigual del mundo, conforme lo entiende el Banco Mundial. No añoremos ser Alemania ni Corea del Sur; mejor seríamos con producir primero y con suficiencia el arroz y los frijoles. Sea ello el metro para medir nuestra propia estatura.

Las incertidumbre que dejó don Carlos no fue poca. 

Termino con el hecho positivo de agradecerle cariñosamente al Presidente y al Ministro de Salud tan ejemplar liderazgo en la lucha contra el Covid-19. En realidad ha sido excepcional.

(*) Allen Pérez es Abogado

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2 COMENTARIOS

  1. Bueno, a mi particularmente me debe explicaciones de la creación de la unidad de espionaje, aunque no votará por el, como costarricense se lo reclamare siempre. Muestra una insensatez que ni Figueres hijo ni LGS mostraron jamás, ni cuando eran uña y carne en el PLN, porque Figueres hijo y LGS eran uña y carne, quizá a muchos engaño LGS a mi no.
    Oyendo el discurso de Alvarado, no sé si sentí risa, pena o dolor, fue un verdadero “discurso de pulpería”, no dijo dijo que dijo Diego….
    Usualmente no escribo artículos sobre Carlos Alvarado, porque creía que merecería la oportunidad de todos, de esperar al final, pero cuesta abstenerse al ver la pérdida de tiempo, más con la Pandemia que nos acorrala.

  2. Depresión , angustia , terror , desesperanza, impotencia y ganas de morir, no seguir viviendo por tanto que está sufriendo mi pueblo, es lo que me provoca este hombre. que ni siquiera debió nacer en este país, por lo mal que se ha comportado con sus compatriotas ingenuos y pasivos, los que le pagan un salario para que este sicario económico siga viviendo como un cesar romano.

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