Al haber menos pruebas la letalidad aumenta y se mide al dividir el número de casos positivos, entonces si no hay un alto número de pruebas, no hay un alza de casos positivos, explicó.
Según datos del reporte, Honduras ha realizado más de seis mil tests para diagnosticar el virus en las personas, una cifra que lo ubica por detrás de Panamá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala en la región de Centroamérica.
Actualmente, la nación presenta mil 771 casos confirmados de la enfermadad, con 107 personas fallecidas, de acuerdo con el último parte del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager).
No obstante, Huerta destacó que existe un subregistro de casos que pueden ser asintomáticos o personas que no se habían diagnosticado por falta de materiales, además del atraso del Laboratorio Nacional de Virología en brindar los resultados.
Por otra parte, la representante de la OPS opinó que aprecia un temor generalizado en la población hondureña de someterse al examen para detectar la enfermedad, así como una estigmatización a los pacientes que han dado positivo, la cual debe erradicarse.
La experta indicó que la tasa de mortalidad en el mundo está entre un siete y 10 por ciento, y que con la implementación de más pruebas, y el respeto más estricto a las medidas de prevención, Honduras puede mejorar su situación.
Sin embargo, la realidad es que el número de contagios de la epidemia se ha disparado en el mes de mayo, precisamente por la llegada de nuevos insumos para realizar más pruebas, aunque los expertos consideran que aún es insuficiente.
Asimismo, al Sinager le resulta difícil precisar la fecha en que ocurrirá el pico en el país y se espera el peor escenario en las semanas próximas, el cual puede incluir un colapso hospitalario.