En 2015, tras dilatadas negociaciones, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU: Rusia, China, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, más Alemania, rubricaron con Irán el PAIC para liquidar la controversia sobre la posesión de armas atómicas por parte de ese país islámico.
Teherán sostenía que el Islam, la confesión oficial de su Estado, proscribe la posesión de esos dispositivos, además que la existencia de una fatwa (edicto religioso musulmán) del Guía espiritual iraní, Alí Khamenei, prohíbe la producción, adquisición o almacenamiento de armas de destrucción masiva.
Los edictos del prelado iraní son inapelables y de obligatorio cumplimiento para la República Islámica, se recordó.
El PAIC, avalado por la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad y por lo tanto vinculante, fue considerado un éxito de la diplomacia e instrumento efectivo para evitar las tensiones y las crisis, señala un texto difundido hoy por la embajada de Irán en la capital cubana.
La denuncia del tratado por la actual administración estadounidense tuvo consecuencias nefastas, entre ellas la interrupción de los mecanismos contenidos en el documento a cambio de ventajas mutuas, subraya el texto, rubricado por el embajador iraní en Cuba, Rashid Bayat Mokhtari.
Asimismo recuerda que el Organismo Internacional de la Energía Atómica certificó, y lo ha hecho de manera sistemática en sus informes, el más reciente divulgado en junio de 2019, el cumplimiento por Irán de sus obligaciones en el marco del PAIC.
El texto termina refirmando que Irán continúa adhiriéndose al acuerdo, también llamado 5+1, y solicita a los demás países miembros el retorno a la plena implementación de sus compromisos y el respeto a la Carta de la ONU.
Añade en ese sentido que ‘un trato respetuoso hacia el pueblo iraní encontrará una respuesta justa y recíproca’ y enfatiza que ‘los iraníes, con su antigua cultura y civilización, jamás se rendirán ante la intimidaci6n, la coerción y la injusticia’.