jueves 18, abril 2024
spot_img

El tren de Jauja

Se puede hacer el tren eléctrico, pero el costarricense promedio no viajará en él, eso es porque nuestra idiosincrasia nos exime de los medios masivos de transporte. Es muy diferente un ciudadano de Manhattan, o de Ciudad de México, uno de Ciudad de Panama y un costarricense.
No podríamos obviar que nosotros somos diferentes, no somos mejores ni somos peores, somos diferentes, así ha sido siempre. Hace cincuenta años había pocos carros en el país, eran tiempos en que se utilizaba mucho el bus, los taxis y el tren hacia Heredia, Alajuela, Cartago, Puntarenas y Limón, no obstante éste no era el predilecto de los costarricenses.
Al tico le gusta viajar al trabajo o al supermercado en su carro, “yo voy en mi chunchito” ese es nuestro estilo. Creer que porque las imágenes que pintan son lindas, será un éxito, es desconocer totalmente la realidad del ser costarricense, me parece que doña Claudia puede tener la más sana intención al querer el tren, pero hay un divorcio radical entre su proyecto y la realidad de la costarriqueñidad, somos muy sui generis los ticos.
Veamos, en primer lugar el tico pretende con su chunchito mostrar su estatus, no importa cuán real sea, pero es su estatus: preferimos alquilar un apartamento que privarnos de ese aparato que nos invita a soñar despiertos.
Aún recuerdo con cariño a un colega ya fallecido, lo conocí siendo él viejo y yo joven, era muy agradable, buen médico y muy humano; la primera vez que yo lo conocí, andaba en un Mercedes Benz de paquete, me contó que alquilaba un apartamento en Rohrmoser, pero cambiaba su “meches” cada dos años, no lo consideré nunca ostentoso, pero esa era su manera de ver la vida. Nunca hubiera hecho eso, pero yo soy yo y otros son otros, muchísimas personas piensan de manera más sensata, no obstante no se subirían ni a un bus ni a un tren.
Una mujer joven, medio emparentada con un familiar mío, me preguntaba asombrada, cómo era que yo viajaba a ver a mis padres ya viejos en bus desde la zona sur, y ella poco antes era de andar en cazadora, le repliqué que yo era producto de una época de realidades y no de fantasías, no entendió. Tengo amigos que no se suben a un bus ni a balazos, no, no pueden. Podríamos decir qué hay de todo, claro que si lo hay.
Mi familia orgullosamente si se encarama a un bus, mis hijas e incluso tengo un nieto que aún no quiere sacar licencia y va en bus a la universidad. Esto es nuestra realidad, pero es poco frecuente que se la vea así. Cuánta gente anda en bicicleta más que nada porque le costó tres o cuatro millones de cólones, no por el ejercicio en sí, entonces los vemos hechos un molote en media pandemia, solo para rajar entre ellos con su “muca”y su atuendo.
Hasta aquí solo vemos nuestro modo de pensar el mundo como sociedad, ahora veamos la triste realidad urbana: una ciudad hecha para quedarse en los primeros años del siglo XX, callejones estrechos donde se apiñan los vehículos y los peatones. Dentro de este anacronismo urbanístico, se encuentra un mal mayor, la delincuencia que campea por doquier y que no disminuye sino que aumenta, ahora si ve uno razonable andar en carro propio, la inseguridad ciudadana es mayúscula.
Un préstamo para tener que hacer lo que no usaremos es un verdadero desacierto ejecutivo, una locura hoy por hoy, que además de caro, plantea dos tipos de renta enorme: subvenciones al usuario y subvenciones a los inversionistas, esto llevará el préstamo a las cumbres que hoy por hoy no podemos enfrentar.
Aún recuerdo la locura de Oduber, cuando quería meter unos trolebuses que no podían dar vuelta al final porque no había espacio. Se le había metido ese capricho al presidente y ahora parece que enfrentamos otro capricho, y femenino.
Recuerdo muy bien la historia del desafuero tras bambalinas de la construcción del Teatro Nacional. Estaba proyectado para construirse en una manzana entera, es decir era la media que ocupa ahora y la media de la plaza de la cultura. Pues bien, al momento de hacer el proyecto, en ese predio donde está la plaza de la cultura, vivían las tías de Gallo de Lata, apodo con que se conoció a Rafael Iglesias, quien era ministro de guerra y yerno del Presidente y dictador José Joaquín Rodríguez Zeledón, pues bien, hubo de construirse en media manzana porque su yerno lo amenazó con un golpe si se obligaba a sus tías a salir de la casa para hacer la construcción del Teatro Nacional como estaba dispuesto.
Siempre hemos tenido impostores en el gobierno, no es nada nuevo y el tico promedio lo sabe y lo aguanta como una conditio sine qua non, para vivir tranquilos.
Regresemos al tren, que es al fin de cuentas un asunto totalmente actual, agravado por varios factores, además de los que dije, cómo son la Pandemia del Covid-19 que nos ha y seguirá golpeando mucho, económicamente y emocionalmente. No podemos aventurarnos en un capricho cuando la pobreza campea por doquier, imposible, no hay estudios que demuestren que sea un proyecto que baje la crisis económica, misma que solamente se agravó pero viene enferma desde el presidente Solis, agravada por la desconfianza que generó Carlos Alvarado con su sistema de espionaje ciudadano. Yo personalmente no estoy de acuerdo y lo manifiesto claramente, nuestras necesidades son muchas otras, primero solventémoslas, después veremos, evitemos un “río revuelto ganancia de pescadores”.
Tenemos muchas inquietudes respecto al proyecto, no solo desconfianza sino realismo, arreglemos la Capital primero que nada, después veremos que tantas cosas necesitamos. Con un excelente ordenamiento vial, podríamos subsanar el asunto de la congestión vehicular. No hay necesidad de hacer lo que no podemos ni debemos costear, salvo privaciones más contra los más desposeídos. Ojalá y quienes definen estos asuntos recuerden que al final todo mundo sabe quién es quién.
(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

Noticias de Interés

6 COMENTARIOS

  1. Totalmente de acuerdo con usted Doctor, en que a los ticos les encanta ostentar, aunque tengan un cobro judicial por «el bichillo» y tengan que andarle huyendo a los traficos porque no tienen licencia, todo se justifica con tal de «pegar porte» en el bichillo.
    Por parte comprendo a muchos por su negativa a andar en bus, en mi caso no me queda de otra que andar en mi propio vehículo, ya que el bus más cercano está a unos cuantos kilómetros, el vehículo es una necesidad para poder desplazarme, en muchos casos también el autobús es impractico, es lento y con horarios poco confiables, recuerdo de joven viajar al colegio durando hora y media un trayecto que debería durar menos de una hora, ya que el autobús no lograba pasar de segunda marcha por lo sobrecargado que iba.
    En mi caso yo opté por la motocicleta, si bien es cierto que es más peligroso que andar en vehículo, no debería serlo tanto si se conduce responsablemente y con todo el equipo de seguridad, el problema es que no es un vehículo que se pueda aprender a conducir de forma empírica o mal aconsejado por otro empírico, requiere de formación de un profesional, ya que se necesita conocer mucha teoría para conducirlo correctamente. Creo que entre más motocicletas reemplacen automóviles, mas se libera la congestión vial, sin embargo el estado debe invertir en formación profesional de sus conductores.
    El tren eléctrico lo veo bien, siempre y cuando sea para sacar autobuses del casco central, ya que estos son uno de los grandes contribuyentes a la congestión vial, nuestras calles son muy angostas para el tamaño de estos vehículos; pero aún mejor que motocicletas, trenes y autobuses, el teletrabajo ha demostrado que es la solución definitiva al problema de congestionamiento vial, esta pandemia nos dejó por lo menos esa enseñanza, debería ser obligatorio que todo puesto que sea teletrabajable, que sea así.

  2. Dr: Yo si quiero el tren,y creo que seria un gran alivio para miles de ciudadanos para su traslado. Eso de andar en «bichillo » es caro en nuestro pais.Es el mayor contribuyente en impuestos de todo tipo,marchamos,seguros,gasolina y demas.No tener auto es la mejor forma de eludir impuestos.
    Ahora bien,reconozco la intencion de la Primera Dama,pero que pitos toca ella ?
    Es Ministra del MOPT,miembro de Incofer ?

  3. Absoluta mentira, lo que hacemos para trasladarnos es resultado de la carencia de medios. Pero, aún así, el 80% de los ticos usa el transporte público para moverse. Si, en Manhattan usan el metro, pero porque se tarda 4 veces menos tiempo que con un carro. Y aquí cada vez será más fácil usar el transporte público y más complejo salir en vehículos personales. No somos tan diferentes, solo tuvimos medios diferentes, desgraciadamente.

  4. Es un artículo sin fundamento, no hay un solo dato real, no esta basado en nada ni hay realidad objetiva. Es el punto de vista de un Dr que usa su realidad inmediata y realtos de sus familiares y amigos para “defender” un tema, con coloquialismos costarricenses, del que claramente no sabe nada.

  5. CORREGIR EL FALLIDO PROYECTO DEL TREN

    1) «ANCHO DE VIA » ES COMO CUALQUERA DE USTEDES PUEDE EMCONTRAR EN WIKIPEDIA
    PARA QUE VEAN QUE MAS DEL 55% DEL MUNDO TIENE 1.435 mts QUE LO TIENEN ENTRE OTROS
    EUROPA, EEUU, MEXICO, PANAMA ETC. PERO COSTA RICA SOLO TIENE 0.65 MTS .
    O SEA NO PODEMOS CONECTATANOS NI SIQUIERA CON PANAMA.
    2) EL ANCHO FUE PARA QUE LOS TRENES PUDIERAN IR A 80 KM/HR PERO EL TICO ES SOLO PARA
    UN MAXIMO DE 40 KM/HR
    3) FATIGA DE MATERIALES = LOS RIELES TIENEN MAS DE 100 AÑOS Y YA TIENE TORCIONES
    LATERALES COMO VERTICALES
    4) DURMIENTES LOS NUEVOS SON DE CEMENTO SEPECIAL PARA SOPORTAR MAS PESO Y VIBRACION

    POR FAVOR PAREN ESE PROYECTO OBSOLETO PEOR QUE LA CARRETERA 27

  6. NO SIRVE YA QUE EL ANCHO DE LOS RIELES NO PODRIAMOS NI CONECTARNOS CON PANAMA SI PENSAMOS A FUTURO AQUI EL ANCHO ES DE 0.65 MTS Y EL RESTO DEL MUNDO ES DE 1.435 MTS

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias