Columna Poliédrica
Hace un tiempo observé un documental en relación con la desmaterialización del puesto de trabajo. En síntesis, la idea central del audiovisual fue evidenciar que las condiciones de trabajo han venido variando en función de las nuevas tecnologías, sin embargo, ni por asomo, previó lo que se vendría con un fenómeno como el Covid-19.
Hay trabajos que verán transformadas sus condiciones después de superar la pandemia en la que hemos estado metidos. Evidentemente, no todos los trabajos se pueden realizar a distancia, los que pueden tener esta posibilidad son aquellos que tienen un mayor valor agregado de conocimiento. Se puede diseñar, analizar, investigar y planear desde la casa, pero no se puede construir una casa, arreglar un desperfecto mecánico de un auto o enterrar en el cementerio a un ser humano muerto de manera remota.
Aparte de la distinción que se debe hacer de los tipos de trabajo, está claro que las empresas privadas y la administración pública harán un análisis financiero de esta coyuntura. Ambos estudiarán el impacto financiero de que sus trabajadores no gasten, por ejemplo, corriente eléctrica, teléfono, internet y agua, costos que se están trasladando al trabajador y que implican un ahorro para las organizaciones donde laboran.
La desmaterialización del puesto de trabajo también repercutirá en las organizaciones de trabajadores. En otros tiempos había un espacio físico al que los empleados llegaban, se conocían y adquirían conciencia de sus intereses comunes; con el advenimiento del trabajo remoto, comienza a darse una desarticulación de los trabajadores y con ello mayores complicaciones para conjuntarse en organizaciones que defiendan sus derechos y reivindicaciones.
Uno de los aspectos que estarán en el tapete en los próximos años es la extensión de la jornada laboral y lo que se ha denominado: el derecho a la desconexión digital. En esta coyuntura muchos trabajadores han sentido una mayor libertad para disponer de su tiempo laboral, no obstante, también se han visto trabajando hasta altas horas de la noche y recibiendo mensajes de sus patronos a deshoras. Toda esta nueva realidad plantea que este tipo de trabajadores tengan derecho a la desconexión digital y así poder descansar de sus labores.
Todo lo anterior supondrá, sin lugar a dudas, un cambio en las estructuras sociales. Si ya se venía dando una modificación en las relaciones sociales que se concentraban en el espacio laboral y educativo, ahora se ha limitado al entorno familiar y vecinal; las celebraciones ahora se hacen por vídeo o por medio de las redes sociales, el contacto físico y el reunirse con otras personas se ha reducido y ello limita la posibilidad de organización para concienciar, compartir y luchar colectivamente una determinada reivindicación laboral o social.
Las personas cada vez están más aisladas de sus semejantes. Los seres humanos cada vez están más divididos y ello será aprovechado por aquellos que quieren evitar la reunión, organización y manifestación de los trabajadores. Ese será el reto futuro, en especial, para las organizaciones laborales. Los sindicatos tienen que reinventarse si quieren sobrevivir y tener un rol en la sociedad que se avecina.
(*) Andi Mirom es Filósofo
Don Andi, usted podrá saber mucho de Filosofía y otras cosas, pero en temas de recursos humanos se nota su gran desconocimiento.
El teletrabajo es una solución para muchos de los problemas que afectan a la clase trabajadora, por mencionar algunos ejemplos:
– Disminución o la eliminación de la necesidad de desplazarse hacia un puesto de trabajo, con esto ahorra dinero y tiempo, al no estar confinado en una presa.
– La pandemia demostró que el teletrabajo es la solución definitiva al congestionamiento vial.
– Ayuda a la naturaleza al disminuir la contaminación generada en muchas áreas, no solo la producida por los vehículos.
– Aumenta la producción de los trabajadores, al enfocarse en metas más que en cumplir jornadas.
– La salud física y mental del trabajador se mejoran, al estar en su casa puede controlar su dieta y optar por comida saludable, y no andar comiendo comida rápida por andar en apuros, el estrés de estar en una presa, o en contacto con gente indeseable en el trabajo (nunca falta alguien que nos desagrade en el trabajo, es inevitable), pueden invertir el tiempo que usaban para desplazarse en ejercitarse.
– El ahorro económico del trabajador al no tener que gastar en gasolina, pasajes de bus, taxis, desgaste del vehículo, comer afuera, etc.
Le pregunto Don Andi, que tan difícil es para los sindicatos dejar de ser terroristas laborales, y convertirse en figuras productivas que beneficien tanto al trabajador como al empleador?, los sindicatos exigen demasiado y no ofrecen nada a cambio, yo he sido tanto empleado como empresario, y le digo que ser empresariado en este país es toda una proeza, gran parte por los altos tributos y cargas sociales de este país, que estarían justificadas si se obtuviera a cambio algo significativo, pero al tratar con el estado uno se topa solo trabas e indisposición, y esto no es culpa de los jerarcas, son los mandos medios y sus subordinados, los que conforman los sindicatos, mucha de esta gente sabe que no importa que tan mal hagan su trabajo, saben que nunca los van a despedir o sancionar por su incumplimiento de obligaciones.
Los mandos medios y sus subordinados son los que tienen el poder de sacar este país adelante desentrabando la función pública, los jerarcas vienen y van cada 4 años, no tienen mucho margen de maniobra.
Hace años se vienen discutiendo el problema creciente del desempleo, hay un libro que resume muy bien el panorama que estamos viviendo, «El fin del trabajo» de Jeremy Rifkin, el cual nos alertaba de la grave problemática que enfrentaba el mundo laboral en las sociedades capitalistas, la automatización y llegada de nuevos cambios tecnológicos provocarían la eliminación de millones de empleos, muchas personas no podrán adaptarse a las exigencias que implican estos avances. El teletrabajo es una estrategia que se visualizo claramente en la época en que se redacto el libro, ahora con la crisis medica del COVID19 se acelero la puesta en marcha de un plan que estaba emergiendo poco a poco. Los derechos laborales se quedaron rezagados ante la actual dinámica, el capitalismo se tendrá que re-inventar o la sociedad a nivel mundial sufrirá una consecuencias sociales y económicas bastante graves.