De los 349 infestados con el SARS-Cov-2 desde la entrada del virus al país a inicios de años, 209 -casi el 60 por ciento- fueron importados.
Vietnam, en otras palabras, tiene bajo absoluto control la propagación comunitaria de la enfermedad y si los casos aumentan es solo debido a los miles de nacionales llegados desde el exterior.
A fin de minimizar los riesgos de infectación, los repatriados son sometidos a minuciosos chequeos en cuanto ponen pie en los aeropuertos, y den positivo o no, cumplen una cuarentenas preventiva de dos semanas.
Otro tanto se hace con diplomáticos acreditados aquí y con asesores, especialistas y técnicos extranjeros contratados por el país y que también están de regreso.
A resultas de ese minucioso trabajo, a la fecha están bajo aislamiento preventivo más de seis mil personas.
Vietnam, además, se mantiene sin reportar fallecimientos a causa de la enfermedad y logró el completo restablecimiento de 326 pacientes, más del 93 por ciento del total. De los 23 aún internados, cuatro han dado negativo dos veces a la prueba de detección del mal y pudieran ser dados de alta de un momento a otro.
Pocos países como este muestran un expediente tan brillante frente a la pandemia.
Considerando la alta contagiosidad del virus, la larga frontera de Vietnam con China, y los intensos intercambios comerciales y turísticos entre ambos, muchos pensaron que la nación indochina sería una de las principales víctimas de la Covid-19.
Pero el gobierno tomó a tiempo las medidas necesarias para frenarlo, ya declaró controlada la pandemia en lo fundamental y llamó a la población a dar la batalla por la recuperación económica dentro de una nueva normalidad, que implica la observancia de ciertas medidas preventivas.