La masividad de la votación a su favor es un reflejo exacto de esa prioridad y es lo que preocupa a gobiernos como los de Estados Unidos y Reino Unido, piedras de tranca de la rueda de la historia cada vez que la comunidad internacional ha tenido que recurrir al Consejo para solventar riesgos y peligros.
Precisamente la elección se concreta a unos pocos días de haber presentado México en la Asamblea General de la ONU una propuesta, copatrocinada por 179 países, para garantizar, o al menos tratar de hacerlo institucionalmente, que una vez descubiertas las vacunas y medicamentos contra el coronavirus SARS-CoV-2, estos lleguen por igual, en condiciones, tiempo y cantidades, a todos los países del mundo.
Esa iniciativa que encabeza la agenda de trabajo del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el Consejo de Seguridad, es resultado directo y proporcional del concepto de lo que deben ser las relaciones internacionales en la época actual: no injerencia en los asuntos internos, diálogo permanente, no uso de la fuerza, cooperación económica y científica y destierro de la presunta ayuda militar mediante suministro de armas y despliegue de tropas.
La divisa que ya aplicaba México y que con su elección al órgano principal de la ONU se hará más visible y activa, es la del pensamiento del expresidente Benito Juárez de que el respeto al derecho ajeno es la paz, la cual es una expresión total, absoluta y transparente de que en la época actual, cuando más se necesitan la concordia y buenas relaciones vecinales, las sanciones políticas, económicas o de cualquier otra naturaleza, no se justifican y son perjudiciales.
México, ha reiterado López Obrador, no está de acuerdo con esa política de fuerza que no solamente busca subrayar las diferencias y desigualdades hegemónicas, sino que es un factor sumamente peligroso para la preservación de la paz.
Tales son, a muy grandes rasgos, las líneas matrices que el gobierno de México ha trazado para su período de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU de 2021-2022. Tiene para ello, el apoyo de los 187 países que votaron a su favor y que, moralmente, lo mandatan para cumplir esos propósitos.