En declaraciones este lunes a la prensa durante una visita a una obra en construcción en el oeste de Londres, el primer ministro Boris Johnson exhortó a la población a mantener la vigilancia, porque todavía, dijo, ‘no estamos fuera de peligro’.
Tras advertir que todavía pueden darse rebrotes locales como el ocurrido en las últimas semanas en la ciudad inglesa de Leicester, Johnson reiteró que el gobierno mantiene sus planes de continuar con el levantamiento gradual de la cuarentena, y reanimar la maltrecha economía británica.
Estamos dando pasos cautelosos y calibrados, agregó el gobernante conservador, en alusión a la anunciada reapertura de los bares, restaurantes, hoteles y otros lugares de ocio a partir del sábado próximo, para cuando también se prevé acortar a un metro el distanciamiento social.
Horas antes, en declaraciones a la nueva emisora online del diario The Times, el primer ministro británico admitió que la Covid-19 ha tenido un efecto desastroso sobre la economía local.
Esto ha representado una pesadilla para el país, un shock profundo, pero en esos momentos se tiene la oportunidad de cambiar y mejorar las cosas, sentenció Johnson, cuya gestión de la pandemia es criticada por la mayoría de los británicos, según una encuesta publicada la víspera.
Johnson, cuyo gobierno destinó sumas multimillonarias del erario público para apuntalar a la economía y evitar los despidos masivos, enfrenta, sin embargo, fuertes presiones del sector empresarial para levantar el confinamiento.
En estudio divulgado este lunes por el Centro para las Investigaciones de la Economía y los Negocios vaticinó, por ejemplo, que los británicos gastarán 210 millones de libras esterlinas (más de 250 millones de dólares) el primer fin de semana que se abran los bares.
La hoja de ruta para la desescalada, que se aplica solo en Inglaterra porque Gales, Escocia e Irlanda del Norte adoptaron cronogramas individuales, se pone en práctica en medio de las advertencias de una parte de la comunidad médica sobre el peligro de un segundo pico de la enfermedad.
Estamos en el filo de la navaja, la situación es muy precaria, en particular en Inglaterra, y me atrevo a anticipar que veremos un aumento en el número de casos durante las próximas semanas, alertó el científico Jeremy Farrar, en declaraciones la víspera a la BBC.