viernes 29, marzo 2024
spot_img

El sector privado es corresponsable de la decadencia que vivimos

Columna Poliédrica

Estamos viviendo una de las épocas de mayor decadencia en la historia de Costa Rica. La dichosa pandemia ha venido a trastocar todo el orden que conocíamos y ha puesto todas las cosas, para usar los términos populares: patas arriba.

Este ir a menos se ha venido dando en varias áreas de la sociedad costarricense. Ya desde antes de la pandemia, había una realidad que hemos señalado en reiteradas ocasiones y que consiste en que Costa Rica se convirtió en el país más inequitativo de América Latina y el octavo en el mundo. Para decirlo de manera diáfana, venimos a menos desde hace tiempo y la pandemia lo que vino a generar, es una profundización de la brecha que ya existía entre los que más tienen y los que ya estaban en una situación precaria en relación con sus ingresos.

La pandemia también ha evidenciado la importancia de la institucionalidad pública, especialmente, en el área de la salud y la educación. Han sido las diferentes instituciones que se desarrollan en esas áreas, las que han hecho frente a la coyuntura y han estado luchando para que el dichoso virus pueda ser contenido y no adquiera las dimensiones que ha tenido en otros países. La pandemia ha hecho evidente que el discurso contra la institucionalidad pública no tiene fundamento y que muchos de los problemas que se han señalado, no se resuelven destruyendo lo público y dejando en una total vulnerabilidad a la mayoría de la sociedad costarricense.

Las personas que se desempeñan en el sector privado deben comprender que la institucionalidad pública es necesaria para el desarrollo económico, social y cultural de nuestra sociedad. Cada vez que la economía ha entrado en una crisis, las empresas privadas acuden al Estado y, en no pocas ocasiones, se les brinda la ayuda; sin embargo, una buena cantidad de esas mismas empresas, son las que se niegan a cumplir con sus obligaciones tributarias cuando les va bien en su actividad empresarial.

La pandemia también ha comenzado a cuestionar a las personas que están ejerciendo el gobierno de la República. La democracia más antigua de América Latina, como se suele repetir por muchos de los que reproducen el status quo, se cuestiona porque se considera que las decisiones adoptadas por el gobierno electo, no son las correctas o afectan en grado sumo sus intereses económicos. Incluso hay irresponsables que han llamado a un golpe de Estado y a tomar el poder por medio de las armas.

No se trata de defender aquí al gobierno encabezado por Carlos Alvarado. No se puede negar que la ha tocado enfrentar una situación muy compleja y que la toma de decisiones en esta coyuntura, contempla una serie de variables que son difíciles de manejar. Estamos en un momento muy delicado en que una chispa puede desencadenar un incendio que nadie quiere y cuyas consecuencias son imprevisibles.

Al igual que el sector público no es homogéneo, el sector privado tampoco lo es. Hay empresarios que la pandemia no les ha afectado y por el contrario han ganado más dinero con la crisis, se trata de los grandes capitales del sector inmobiliario y  financiero; caso contrario, es lo que sucede con los microempresarios de los sectores agropecuarios y comercial, es decir, muchas de estas personas deben ingentes sumas de dinero por hipotecas o por créditos que han adquirido frente a esas inmobiliarias y  banqueros que especulan con la necesidad de estos sectores más débiles.

Por tanto, cuando hablamos del sector privado debemos tener mucho cuidado y no pensar que todos los empresarios se encuentran en la misma situación. Hay empresarios muy comprometidos con la sociedad costarricense, que pagan puntualmente sus obligaciones de todo tipo; sin embargo, hay otros que no solo no hacen lo mismo, sino que no cumplen la legislación laboral y están dispuestos a explotar a sus trabajadores sin ningún tipo de resquemor. Lo que ha pasado en una serie de empresas agroindustriales, así como en empresas comerciales es fiel reflejo de estas prácticas.

En esta Columna hemos respetado, siempre, a los buenos empresarios. A los que se comprometieron hace mucho tiempo con el Estado Social de Derecho, porque entendieron la importancia de tener trabajadores sanos y con acceso a una salud universal; no obstante, en los últimos años, quienes están al frente de algunas de las más grandes empresas nacionales, han optado por el camino contrario, es decir, por atacar y cercenar el Estado Social de Derecho que se construyó en la segunda mitad del siglo pasado.

La decadencia de la sociedad costarricense, en síntesis, también es promovida por la actitud de muchos empresarios costarricenses irresponsables.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

Noticias de Interés

8 COMENTARIOS

  1. Me parece que se le olvida que el principal deudor a la CCSS no es nada más ni nada menos que el propio estado.
    Hoy en día, cuando más ocupamos a la CCSS, el que puso el mayor obstáculo fue el gobierno mismo.
    Por lo general evito los ad hominem, pero me resulta inevitable pensar que usted escribió este artículo desde su condición de eterno empleado público y desde la moral que usted inevitablemente se fabricó para justificarla.

    • Ya se sabe que el estado es uno de los mayores deudores sino el mayor pero aquí se está hablando de los empresarios evasores con hacienda y además evasores de la CCSS y que han obtenido muchos beneficios dentro de las cuales están que se les han perdonado deudas y aún así salen desgarrándose las vestiduras atacando al gobierno y queriendo imponer su voluntad .
      No señores , paguen todo lo que deben , sean honestos y luego reclamen
      Y como dice el autor , hay muchas empresas responsables que tienen todas sus deudas al día .
      Aquí el tema son las empresas sinverguenzas , no el gobierno . No cambiemos el tema

  2. Costa Rica por décadas fue considerado uno de los paises con mejor distribución de la riqueza.Hoy tenemos un coeficiente de Gini que refleja inequidad.Que paso ? Que unos sectores del estado :Magistrados,profesores universitarios,banqueros estatales y funcionarios de instituciones estatales, tienen altos sueldos,beneficios y pensiones que no reciben los demas costarricenses, distorsionando y aumentando la diferencia de ingresos entre la poblacion.Notese que en estos 6 meses que llevamos de la pandemia estas personas no han sufrido la menor perdida económica,mas bien han ahorrado,y comparese con el resto de la población,para que se vea la iniquidad en su máximo esplendor.

  3. Doña Flora: Nuevamente, como en la mayoría de ocasiones en que usted hace comentarios,se encuentra total y completamente equivocada. Los salarios que usted menciona no generan la desigualdad que tenemos, aunque estamos de acuerdo que es necesario una corrección en ese sentido. El proncipal catalizador de la inequidad es el sistema tributario regresivo que tiene Costa Rica, es decir, un sistema basado en impuestos indirectos. Ahí es donde está el punto de quiebre de la desigualdad.

      • Al que se hace llamar Hernán, si estoy equivocada argumente por qué.
        ¡Atención! y lo subrayo: no es que esté de acuerdo con los salarios desproporcionados de ciertos funcionarios públicos, lo que digo es que el principal catalizador de la iniquidad es la forma en que está diseñada la estructura tributaria costarricense.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias