La nueva e intensificada campaña mediática, denunciada en medios oficiales de Siria y Rusia, así como en el sitio Al Masdar, obvia el hecho de que desde la porosa frontera con Iraq colindante con la provincia siria de Hasaka, 710 kilómetros al norte de Damasco, Estados Unidos introduce no menos de dos caravanas semanales de vehículos blindados, armas y material logístico.
Esas acciones, en violación de cualquier ley internacional vigente e incluso de acuerdos de contención e información mutua con otras partes para evitar incidentes, se ejecutan con el pretexto de combatir al Estado Islámico, Daesh en árabe.
Pero los datos recopilados hasta la fecha, divulgados no solamente en medios oficiales sirios, rusos e iraquíes, indican que Estados Unidos contradice las menciones anteriores de haber eliminado al Daesh, a cuyos remanentes respalda para atacar en el vasto desierto de Al Badiya al Ejército de Damasco.
De otro lado, las continuas provocaciones de las fuerzas estadounidenses contra efectivos rusos en esas zonas, incluyen cada vez más el despliegue de helicópteros y un control intensificado de yacimientos de petróleo y gas al sur de Hasaka, en Raqqa y Deir Ezzor, junto con las FDS.
Testimonios publicados de desertores del Daesh y otros grupos terroristas, señalan que Washington los apoya y no solamente desde las bases en Hasaka sino también a partir de la de Al Tanef, en el triángulo fronterizo al sureste entre Siria, Iraq y Jordania.
Asimismo, desde los medios occidentales europeos y estadounidenses, hay una tradicional ignorancia acerca de que la resistencia popular contra esas acciones injerencistas se incrementa.
En ese sentido, de acuerdo con los más recientes reportes, integrantes de la tribu árabe-siria Al Akidat combate contra las FDS y efectivos estadounidenses en regiones al este del río Eúfrates para mantener vías de acceso a las zonas controladas por el Ejército gubernamental.
Para analistas de la situación y de las fuentes oficiales sirias y rusas, entre otras, Estados Unidos está rompiendo cualquier límite sensato y promueve tensiones que tienen imprevisibles consecuencias, además de obstaculizar cualquier posible negociación.