viernes 29, marzo 2024
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Llegó la cuenta, llegó el mesero

No es el FMI el culpable de la tortura que ha propuesto el señor Presidente. El malhechor está en casa. La piraña es de nuestro río. El FMI no es el dique inmediato. Los técnicos de este organismo son eso: simplemente técnicos. Son muchos, es una burocracia grande, gente salida de prestigiosas universidades, que redacta detallados informes, que terminan siendo llanamente cobradores, más elegantes e ilustrados que los que andan en moto y se aparcan alrededor del Banco Central.

La procesión de «nuestra» desgracia anda por otro lado. Cruz es la hipocresía. Ningún gobernante le ha dicho al país -en tono grave y de frente- que lo que nos tiene en bancarrota es la corrupción; no dicen que desde hace 4 décadas un cartel incrustado en las administraciones liberacionistas, social cristianas y ahora del PAC, se ha dedicado a sobornar y a robar a expensas de la debilidad del Estado.

La clase gobernante y la empresarial proponen que el 99% pague los platos rotos. Pero, además, mienten. Inculcan en el pueblo un falso remordimiento, pues -según ellos- la debacle fiscal es obra de la «pachanga» popular, de sus instituciones sociales, de sus empleados públicos y sus pensionados. Una cosa es mejorar el Estado, extirpar sus vicios, porque hay que sacar de esta plaza la mala planificación y a los políticos corruptos, y otra, muy deleznable, es mentir, maquillar, delinquir a una escala que podría llegar a los 4 mil millones de dólares anuales ante la evasión fiscal de los poderosos. Los del FMI y los del BID lo saben, pero toca a los costarricenses terminar con el filibusterismo patrio, con los carteles criollos que provienen del «alto» sector privado.

Los fiscales del país tienen que meterle el diente a las grandes fortunas hechas a punta de evasión fiscal. Son los que tienen destrozado al país con su extendida corrupción de décadas, con las mordidas de siempre y la defraudación fiscal de siempre. Este cartel de mafiosos ha hecho al país más daño que el propio narcotráfico. Por cierto, lástima que la libreta de Caro Quintero con los nombres de sus contactos en Costa Rica nunca apareciera. No nos hagamos los inocentes.

Los costarricenses -desde hace 4 décadas- venimos pagando un impuesto a la corrupción y de eso no se habla mucho en términos de su costo económico y moral. Ahora entiendo mejor por qué Costa Rica, nación que no gastó en ejército, no voló lo alto que debió. Pero basta de mentiras y simulaciones. Si han de fusilarnos que sea con las botas puestas y la verdad en el oído.

En las condiciones actuales, al FMI hay que cumplirle, sí o sí. Es la cruda realidad. Iluso no soy. Alto es el precio de nuestro vasallaje, el costo de una servidumbre mundial impuesta por el G7. No somos libres ni soberanos, pero tenemos un margen para mejor administrar con alguna decencia nuestra esclavitud. En consecuencia, propongo lo siguiente:

  1. Hablar con la verdad en la mano, dar cuenta de 4 décadas de evasión-elusión y lavado de capitales, en el protocolo que se firme con el FMI. El Estado se disculpa con el pueblo por permitir la impunidad desde sus entrañas.
  2. Crear una fiscalía especial para perseguir a los carteles del crimen organizado que defraudan al fisco, terminar con el secreto bancario, supervisar estrictamente la transferencia de grandes capitales al extranjero;
  3. Dotar de tecnología de punta a la Fiscalía y a Hacienda en aras de un control fiscal como debe ser;
  4. Establecer a nivel de colegio y universidad cursos que denuncien la corrupción y la evasión fiscal;
  5. Aprobar únicamente impuestos progresivos hasta un 15%, monto este que los grandes capitales deben cargar. Que el pobre pague como pobre y el rico como rico.
  6. Reformar al Estado para hacerlo más social, eficiente y justo.

Con la verdad en la mano nos podemos entender, con la mentira, nunca.

(*) Allen Pérez es Abogado

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5 COMENTARIOS

  1. Cuando no existe voluntad política y esta ata a la fiscal, con el arremedo de diputados que nos gastamos, con algunas excepciones, pero casi siempre, están en la luna, es difícil plasmar lo que Pérez tan acertadamente sugiere. Estos representantes del pueblo son un rifle chocho, el cual son puro pan pintado y solo sirven para luchas trans, mari-tortis, feminoides y temitas de muy bajo calado. Han sido un total desastre (Combo Fiscal) a la gran ciudadanía. Los oportunistas del FMI y su empleado en el BCCR, están aprovechando el río revuelto que produce la pandemia, para posesionar a lo bestia de Costa Rica y a la vez, servir de mampara a la abultada corrupción existente, la cual conocen al dedillo, pero se hacen los rusos. Y hablando de distractores, bien sabemos que la tal libreta de Caro, ha servido para tener montado al alto juez de siempre, y todavía le funciona (no con la mujer), contra y a favor del PLN. Y una pregunta final: ¿seguirán los perjuros diputados y muchos Magistrados fomentado desarmarnos, la esclavitud y a vasallaje de todos nuestros amedrentados, miedosos y melindres ciudadanos en Costa Rica? Ya veremos.

  2. Lo mejor que he leido en la prensa nacional. Autocritica, transparencia,justicia,determinacion, patriotismo,seran necesarias para levantar a Costa Rica del estado de postracion en que la han dejado sus lideres politicos.

  3. Es es la gran realidad. Gracias por contarla con tanto tino. Posiblemente nunca la escucharíamos ni en la TV ni la leeríamos en la prensa escrita. Parte de la corrupción de la cual se habla llego a poner “tapa bocas” a medios de comunicación.

  4. Hay que reducir el estado a lo que se genera en impuestos.Hoy dia el 55% de lo que consume el presupuesto es dinero prestado.Para ese problema dicen Harvard y MIT que hay que reducir la cantidad de empleados en el estado.Con un estado pequeño menor seria la corrupcion. Dos pajaros de un tiro.
    Cualquiera sabe que si vive mas alla de sus ingresos economicos y tiene la tarjeta al maximo, algun dia tendra que enfrentar los problemas. Ese dia a CR le llego. Eso es todo.

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