jueves 18, abril 2024
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2020: crisis integral

Cuando recibimos la Pandemia china, marzo-20, ya estábamos financieramente a punto de caramelo. Ahora estamos en una crisis total que en los próximos meses solo agravarse podrá. El Gobierno, con el apoyo de la Asamblea Legislativa, dispara con perdigones. Todos los días entran proyectos y salen leyes pandémicas. Cuando un país produce tantas y tan rápidamente leyes, no es necesariamente señal de que todo va de película. Imagínense no mas a jueces sacando toneladas de sentencias en pocos meses.

La Pandemia traba a más de mil por día y mata a más de diez en las mismas horas. Todos los días quiebran unas diez empresas. Ahora que estaban algunas apenas medio levantándose, aparecen los bloqueos de vías públicas. Honradamente, pocas cosas son más insoportables que cualquiera nos impida circular. Es simplemente coartar un aspecto esencial de la libertad. Me imagino cómo se hincha el pecho a quien, aunque sea temporalmente, tenga el derecho de prescribir “por aquí no pasan”.

Claro que en el caso se “defienden” intereses generales y, cierto también, los gobiernos solo así se curan de la sordera natural de que padecen.

Una cosa es protestar, manifestarse. Otra es bloquear el paso. Otra, peor, es volar piedras o incendiar, o patear, o amenazar con machetes.

Hasta el más tarado sabe que las crisis fiscales y económicas no se arreglan sin sacrificio. Se ha centrado todo en dos cosas: más impuestos y menos gasto público. La “propuesta” del Presidente Alvarado al FMI recarga el “sacrificio” pidiendo más impuestos, casi todos inadmisibles tal cual se plantean. Tantas veces se ha prometido que no más impuestos y sin embargo se meten, que ya nadie cree en nada.

El Presidente el domingo hizo una declaración: “retira” la propuesta al FMI, convocará a un diálogo nacional para racionalizarla (“equilibrarla”), reducirá el gasto público. Sea, la propuesta se retira pero se reformulará, todo por los $1750MM. Habrá “diálogo”, que no implica negociación. No se promete que se abandonarán las imposiciones tributarias. Los bloqueos continúan. Para muchos esto es gravísimo. No se promete mano dura generalizada (del Gobierno). No se promete levantar los bloqueos. Los sindicatos están ya tanteando el terreno. Nadie puede asegurar qué sigue.

El suscrito opina que solo los diputados/partidos políticos pueden acabar con el desmadre: tendrán que comprometerse formalmente en una postura irrenunciable frente al dilema, postura que será firme por lo menos hasta que se llegue a mayo 2022. Lo jodido es que habría que comprometerse a no terminar de despedazar a los pobres, a no terminar de destruir a la clase media y a no restar capacidad a los empresarios de reactivarse y dar trabajo al aterro de desempleados. Desgraciadamente hay tantos economistas, politólogos y otro saco de iluminados que se la pasan opinando y todos o dicen cosas muy generales que tampoco fácilmente se entienden o de todos modos opinan diferente. El hombre cada día quiere y tiene más libertad y cada día más se enreda en los hilos de su libertad.

Esto de los bloqueos nos recuerda el cuento de “éramos tantos y parió la abuela”. Nada somos. La Fuerza del Puño.

Requisito de la seriedad es la congruencia. No puede ser que se bajen unos impuestos mientras se planea subir otros. ¿Pos’ ora?

(*) Mauro Murillo A. es Abogado

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