jueves 28, marzo 2024
spot_img

Las dos patrias: exhorto a lo que queda de la clase media, y a los progresistas urbanos

No es extraño que un buen contingente de sectores medios y profesionales, criados en el espíritu aventajado del Valle Central, nos sintamos confundidos y aturdidos en un ambiente de zozobra general.

Existe también un sentimiento de inconformidad y agobio ante una Costa Rica que ya no huele a lo mismo que percibíamos de tradición.  La realidad nos ha sacudido el piso como cuando en cualquier inesperado día de semana santa la tierra enfadada nos recuerda nuestra mortalidad. Nos desubicamos, nos quedamos en vela y a la expectativa.

En primer lugar, porque la protesta social de ahora no es nacida en el Valle Central, sino en los agobiados territorios costeros, en la maltratada zona sur, en el Guanacasteca exhausto y en las llanuras insultadas  del norte, grito que llega hasta las faldas de nuestro propio valle, donde el neopentecostalismo tiene raíces prolijas, y donde las palabras dios, diablo, cielo e infierno tienen un significado literal, y donde el hambre y la exclusión social chorrea sus víctimas con un más amargo desdén que en el resto del país.  Ciertamente este estallido social (para mí nebuloso al ser ajeno a tan dura explotación), es expresión de sectores culturalmente conservadores, anticomunistas y de todo lo que huela a rosado, y jurados adversarios del feminismo, del derecho al aborto y de las demandas de la comunidad LGBTQ.  ¿Pero quiénes somos los urbanos y cosmopolitas, los que viajamos a las Europas y leemos mucho, para condicionar nuestra sensibilidad social a los que menos tienen, que es decir, frente a la otra Costa Rica que se rebela para no morir en el oprobio material?  No es una revolución lo que estos pueblos demandan, ni un golpe de estado, sino llanamente dignidad y justicia tributaria.

Segundo, porque para nosotros ha sido familiar que las banderas de la protesta sean enarboladas por la izquierda, los progresistas, la clase media, los sindicatos y los intelectuales, todos con presencia en las zonas urbanas.  Pero eso se acabó, ya no hay tal.  Que no nos obnubile un sectarismo egoísta y narcisista para no ver la aflicción de la pobreza y la exclusión social en otros seres humanos cuyo mundo ideológico es diferente al nuestro. Sepamos que nuestra palabra no es la única que cuenta en el combate por la justicia.  Hay otras voces que urge escuchar como el buen alumno lo hace con el probo maestro. Seamos humildes.  La nueva democracia ha de construirse con muchas y diversas manos.

Tercero, porque nos ha desubicado el progresismo que llevamos en el corazón, por haber elegido y haber sentado en un sillón de clavos a don Carlos Alvarado, ahora equivocadamente inclinado hacia la injusticia tributaria.  Ante estas razones hay que enderezarnos, superando un sinnúmero de   esquemas preestablecidos que nos impiden el análisis certero y la acción apropiada. Las banderas del progreso y las luces no deben arriarse, pero su ondular debe afinarse con colores de inclusión. Hay que escuchar con suma atención y buena fe a los pueblos de la otra Costa Rica en sus demandas y hasta en lo simbólico de sus lenguajes.  En este momento la adversaria es una: la injusticia tributaria.

Finalmente, hay que unir a la nación.  Noble es bregar para que el Valle Central (también castigada en su bolsillo y paz mental) y la Costa Rica excluida y mancillada, confluyan en algún momento en su ánimo de lucha conjunta por la justicia y una mejor democracia.  Hoy tenemos una gran ocasión para impulsar dicho espíritu unitario.  La más grave amenaza a la democracia y a nuestra paz es la existencia de dos patrias desiguales.  Hemos de luchar por una sola Costa Rica justa para todos y todas. Hagámoslo por nuestras hijas e hijos. ¡Es hora de salir a las calles!

(*) Allen Pérez es Abogado

Noticias de Interés

3 COMENTARIOS

  1. El hacer bloqueos y violar el derecho constitucional a la libertad de tránsito, es mucho más inconstitucional que el tema del FMI que atacan los manifestantes. No estoy de acuerdo con el préstamo del FMI, pero estoy mucho menos de acuerdo con violar la libertad de tránsito, el vandalismo, destrucción de activos del estado, e intento de homicidio a los oficiales de la fuerza pública, esas no son acciones de gente seria y decente, que merezca ser escuchada y tomada en cuenta.

  2. En dolares :$20 billones de gastos anuales es el presupuesto,$9 Billones de ingresos por impuestos,$11 billones se piden prestados anualmente.La bola de deuda va por $40 billones en una economia de $60 billones.No al FMI,No a mas impuestos ( ya no da la vaca )No recortes al empleo publico. Resultado : el mercado devaluara la moneda y los sueldos se acomodaran en dolares a la mitad o menos. Eso es lo que viene, pero nadie lo quiere decir.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias