viernes 29, marzo 2024
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Como si el lobo no acechara

De cal y de arena

Más que por lo que podamos pensar nosotros los legos en las intrincadas ciencias de la economía y las finanzas públicas, es de valorar la extendida percepción de preocupación que se confiesa en quienes si tienen pericia y experiencia en ello, porque entre ciertos jerarcas del Poder Ejecutivo y de la fracción parlamentaria afín, no existe apremio por armar el programa con el que el país emprendería la ingente tarea de atacar las causas del desequilibrio en la economía y en las finanzas y de enmendar sus efectos y de apersonarse ante el Fondo Monetario Internacional.

Se advierte  distracción en las filas de gobierno, más ocupadas por el trabajo que puedan hacer en un foro de dudosa eficacia las representaciones de estamentos sociales y empresariales para encarar la inestabilidad en la economía y en las finanzas públicas, que por adelantar trabajo en la conformación del plan remedial de los desequilibrios. Como si no corriese amenazador el tiempo, se desgastan en mesas redondas que parecieran estar inspiradas en un afán de complacencia para con ciertos grupos. Se teme que ese ejercicio  termine siendo un “homenaje a la bandera”.

Las circunstancias demuestran la necesidad de que las instancias políticas, sin más dilación, se vuelquen a trabajar para dar forma final a lo que vaya a someterse al Fondo Monetario Internacional y a lo que luego ha de decidir la Asamblea Legislativa.

Nos damos el lujo de marchar al paso de la tortuga.  Lo están advirtiendo peritos en la materia de una y otra escuela de pensamiento -claramente de uno y otro partido- preocupados por la evidencia de la cercanía en que está el país de un tropezón de dañosas consecuencias. Así es como la deuda del gobierno central ya pellizca el 70% del PIB, diez puntos de crecimiento en lo que va del año, lo que exigirá destinar 5,3% del PIB al pago de intereses, ha señalado el Banco Central.

Los economistas nos hacen ver que de los US$20.000 millones en que se presupuesta el gasto en 2021, sólo están financiados US$9.000 millones. La enmienda requerirá un esfuerzo extraordinario, problemático si se toma nota de que no habrá modo de evitar un ajuste adicional por la vía de los tributos.  Y claro, hay segmentos sociales y empresariales que han dado muestras de estar decididos a oponer resistencia a ello.

Los ajustes por la vía del gasto se trazan igualmente problemáticos: los grupos de presión del lado sindical opondrán tanta resistencia como les sea posible, quien sabe si añorando la embestida que montaron en 2018.

La desestabilización de las finanzas públicas es una resultante de la acumulación de todo tipo de abusos, así en el lado de la asignación de tareas y misiones ajenas a todo concepto de estricta necesidad como por el lado de los costos de la mano de obra vía convenciones de trabajo y de la abusiva acumulación de gollerías revestidos con la máscara de los “pluses salariales” y de las pensiones de privilegio, sin faltar lo que significan los regímenes de exoneraciones, el contrabando, la evasión y la elusión.

Devastar toda esa maraña causante de los desajustes en las finanzas públicas –y muchas otras más- es la faena que ya debería ocupar al gobierno central para definir el expediente de enmiendas que ha de presentarle al Fondo Monetario Internacional y las herramientas con las que el país garantizará la  palabra que va a empeñar.  No hay quite: la estructuración del plan de trabajo corresponde a la   Casa Presidencial, tanto en lo que se le presentará al FMI cuanto a lo que ha de tramitar la Asamblea Legislativa .

Evidentemente, un descomunal esfuerzo que exige una dosis de alta política. Sí, porque salir del hoyo en que está el país exige fundamentalmente capacidad política.

Precisamente lo que la administración Alvarado no da muestras de poseer. Los hechos lo evidencian.

(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista

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2 COMENTARIOS

  1. Pues sí el tiempo apremia, y los mandamases pareciera tuvieran reparo, miedo. o váyase a saber que aguas turbias y porque miran para otro lado en lugar de atacar su limpieza. Con blablablá estas cosas no se solucionan. Estas sangrias monetarias que incluso algunas ya pareciera asumidas como normales algunas de las cuales para resolver creo sería necesario por la vía ejecutiva,pero pareciera que los mandamases no quieren mojarse.

  2. Todo el mundo se queja de la crisis de las finanzas, pero nadie quiere soltar una peseta para enmendar el problema, lo único que hacen es repartirse la culpa.
    El culpable ya tiene nombre y apellidos, Oscar Arias Sánchez, recibió un país con superávit y entregó un país con déficit y una planilla insostenible, ya eso sucedió y no podemos retroceder el tiempo para evitarlo, ahora lo que toca es arreglar el problema.
    El estado se tiene que reducir de forma dramática, aunque sea temporalmente mientras llegamos a un punto de equilibrio, todo lo que no tenga que ver con salud, seguridad, justicia, atención de emergencias, y mantenimiento mínimo de infraestructura se debe de detener, tenemos que entrar en modo «supervivencia», así de crítico está el país, como recién salido de una guerra devastadora, no podemos seguir financiando gasto normal con deuda, eso es como retirar efectivo de la tarjeta de crédito para pagar el saldo mínimo de la misma, es suicidio financiero, eso es ruina para el país.
    Con más impuestos lo único que logran es incentivar más la evasión, y empobrecer más de lo que está a la población, y entre más miseria, más crímen.

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