En una intervención grabada en un vídeo para los participantes en el foro, el mandatario aclaró que los crímenes del fascismo carecen de fecha de caducidad y en las decisiones tomadas por el Tribunal de Núremberg se les reconoció como crímenes contra la humanidad, recordó el estadista.
Putin observó que el tribunal determinó el término de genocidio, convertido luego en la base de la Convención de la ONU para la lucha contra ese flagelo, aprobada en 1948.
El presidente ruso consideró, además, como un deber de toda la comunidad mundial la defensa de las decisiones del proceso de Núremberg, al tratarse de principios que son la base de valores del orden mundial de posguerra y de las normas del derecho internacional.
Para el estadista, tales principios se mantienen ahora como la plataforma para un diálogo y una cooperación constructivas y su ensombrecimiento o el intento de estremecerlos sería un golpe contra las garantías de seguridad en todo el planeta, sentenció Putin.
Al intervenir en el foro, el ministro de Asuntos Exteriores Serguei Lavrov señaló, por su lado, que el proceso de Núremberg se mantiene como un factor crucial en el fortalecimiento de la seguridad global, pues nos advierte sobre el peligro de repetición de errores del pasado.
Hace 75 años, se hizo una fuerte vacuna contra la tragedia del nazismo en cualquier de sus formas y manifestaciones, destacó el diplomático en referencia al citado proceso contra los fascistas.
Lamentablemente, la inmunidad adquirida durante el juicio de Núremberg se debilita sensiblemente en algunos países europeos, consideró el titular ruso, en referencia al auge de corrientes neofascistas en Ucrania, Letonia, Lituania y Estonia, entre otros estados de la región.
Ello está relacionado con casos como la defensa de cómplices del fascismo alemán para presentarlos como héroes nacionales en Ucrania o la celebración y marchas de excolaboradores con el nazismo.