El citado documento de la ONU reafirmó ‘su compromiso de ayudar a las partes a alcanzar una solución política justa, duradera y aceptable para todos, basada en la avenencia, que prevea la libre determinación del pueblo del Sáhara occidental en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas’.
Mientras en su parte resolutiva llamó a reanudar las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario (del Sahara), con la participación de Argelia y Mauritania, y respetar el alto al fuego o cualquier acción que pueda menoscabar las negociaciones anteriores o desestabilizar aún más la región.
Pero hace dos semanas, una violación marroquí denunciada por el Polisario en la franja fronteriza de Guerguerat, entre la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y Mauritania, provocó nuevos enfrentamientos a lo largo del muro divisorio entre los territorios ocupados por Marruecos y la parte liberada por el Polisario.
Sobre este nuevo conflicto, Sidahmed Darbal, embajador de la RASD en Panamá, declaró a Prensa Latina que el ejército marroquí invadió la franja del Guerguerat para desbloquear la carretera que ilegalmente utiliza en la comunicación terrestre con Mauritania, a través de una zona liberada.
Con ello violó el acuerdo de desmilitarización del área para intentar reprimir una manifestación de civiles saharauis quienes protestaban por el empleo indebido por Marruecos del pedazo bajo administración de la RASD, lo que provocó una respuesta militar inmediata de los combatientes del Polisario, dijo.
Ambas partes se acusaron mutuamente de la responsabilidad absoluta del incidente, que rompió el alto al fuego acordado en 1991, mientras el diplomático saharaui aseveró que su pueblo está cansado de esperar por el prometido referendo, el cual deberá realizar la ONU, para determinar el futuro del Sahara Occidental y sus habitantes, y luchará por una solución definitiva.