De momento se desconocen otros detalles de la pesquisa y se espera quede publicada pronto en la revista especializada The Lancet.
El periódico añadió que ese trabajo involucró a científicos del instituto de neurociencias adscrito a la Academia china de Ciencias Sociales, la universidad de Fudan (Shanghái) y la de Texas, Estados Unidos.
Algunos observadores cuestionados sobre el tema consideran que, de confirmarse, el material avalaría la tesis de que el SARS-CoV-2 pudo surgir en otro país y no necesariamente fue China.
De hecho, los continuos reportes sobre la presencia del patógeno en alimentos y vehículos llegados aquí desde el extranjero, avivó en días recientes la idea de que se introdujo al mercado de mariscos de Huanan en Wuhan mediante productos importados.
Otras voces insisten en investigaciones a nivel internacional más profundas, con la mente abierta y despojadas de politización.
En febrero pasado un reporte de la Organización Mundial de la Salud y China ratificó la procedencia animal del coronavirus, señaló al murciélago como principal sospechoso y a otra especie que lo transmitió al hombre, posiblemente las serpientes, zorros o el pangolín.