Al respecto el XXII informe del Banco Mundial de la Actualización Económica de Kenya publicado el 25 de noviembre, plantea que se requieren más políticas de inversiones a largo plazo que se centren en la creación de puestos de trabajo para enfrentar la creciente tasa de pobreza extrema.
Los hogares son muy afectados por la reducción de las opciones laborales y por los menores ingresos, mientras que el desempleo casi se duplicó en comparación con los niveles anteriores a la Covid-19.
Asimismo, las remesas se redujeron y pocos se beneficiaron con la asistencia directa en efectivo.
‘Kenya logró un progreso considerable en la reducción de la pobreza a lo largo de los años, pero la Covid-19 ha destruido los medios de vida de muchos kenianos y empujó a unos dos millones de personas a la pobreza’, declaró Utz Pape, economista de la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial.
También -apuntó theeastafrican.co.ke- el gobierno registró una fuerte caída en los ingresos fiscales por el debilitamiento de la actividad económica y un aumento en las necesidades de gasto relacionadas con la pandemia.