San José, 9 dic (Elpaís.cr).- Mientras la Asamblea Legislativa de Costa Rica discute tres proyectos para resucitar la minería a cielo abierto en la Región Huetar Norte, el Gobierno anunció el inicio de la campaña de recaudación de fondos Huella del Futuro para sembrar 400 mil hectáreas en nueve cantones de esa zona, antes de setiembre de 2021.
El programa, según el Gobierno, se desarrolla «bajo la convicción de que las soluciones basadas en la naturaleza son la mejor opción para asegurar un mejor futuro para todas las personas».
El lanzamiento de la campaña tuvo lugar este miércoles en un evento virtual junto a potenciales patrocinadores del proyecto, con la participación de la Primera Vicepresidencia de la República de Costa Rica, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través de su Iniciativa Finanzas para la Biodiversidad (BIOFIN).
“Este esfuerzo nació con la certeza de que es un gran momento para dejar una huella sostenible imborrable y con la seguridad de que juntos y juntas podemos enfrentarnos a los retos que vivimos actualmente como humanidad, como la extinción masiva de especies, la crisis climática, la necesidad de una recuperación económica inclusiva tras el impacto de la pandemia por COVID-19, así como el empoderamiento y autonomía de las mujeres”, explicó la vicepresidenta de la República, Epsy Campbell.
Entre tanto, en el Poder Legislativo se discuten tres proyectos mineros en igual número de comisiones, alejadas de la especializada en temas ambientales, en las que proponen dar concesiones a empresas transnacionales para explotar oro a cielo abierto, a tres kilómetros del río San Juan, fronterizo con Nicaragua.
El proyecto Crucitas, auspiciado por las administraciones del Partido Liberación Nacional (PLN), 2006-2010 y 2010-2014, bajo las presidencias de Oscar Arias Sánchez y Laura Chinchilla Miranda, fue sepultado en estrados judiciales por diversas anomalías legales.
Sobre Huella del Futuro, la vicepresidenta Campbell precisó que la intención del país es promover la siembra y el mantenimiento por cinco años de 65 mil árboles frutales y florales en vías públicas, 120 mil maderables en sistemas agroforestales y silvopastoriles, y otras 15 mil especies en bosques secundarios. Con ello, Costa Rica apunta a un futuro más sostenible, inclusivo y resiliente para todas las personas y el planeta.
Campbell informó que el primer aporte logrado ha sido el de la Agencia de Cooperación Alemana para el Desarrollo (GIZ), la Unión Europea (UE) y la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD), en el Fondo de Desarrollo Verde, con un presupuesto de $724.580 que acercan a la meta de recolectar $1,977,200.
En Costa Rica, la primera empresa en sumarse fue Constructora Herrera S. A. con un aporte de más de 8 mil dólares, que permitirá la siembra y el mantenimiento por cinco años de más de 500 árboles.
De acuerdo con datos del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), durante el proceso de implementación del proyecto se generarán 200 empleos directos y 700 personas beneficiarias indirectas.
Costa Rica y los retos ambientales
El desempeño ambiental de Costa Rica enfrenta hoy, como todas las áreas de la política pública, el desafío de una crisis que puede afectar de manera conjunta todas las dimensiones del desarrollo humano, ha advertido el último Informe Estado de la Nación, programa patrocinado por el Consejo Nacional de Rectores (Conare), de las universidades públicas.
De acuerdo con el Informe hasta el 2019, mostraba de forma reiterada un desencuentro entre sus logros en conservación y sus rezagos en los patrones de uso del territorio y los recursos naturales, e importantes debilidades para afrontar múltiples amenazas, que coinciden marcadamente con aquellas que afectan la salud pública en el 2020.
Resalta que con ese marco, el último balance reporta un panorama general sobre el comportamiento de los indicadores del 2019. En primer lugar, Costa Rica no ha logrado cambios sustantivos en el uso de los recursos naturales, lo cual genera impactos no deseados.
Sostiene que en materia de energía, en cuanto a temas como recursos hídricos y prácticas agrícolas, se registra un efecto acumulado de patrones poco sostenibles, ya por varias décadas.
«Esto hace que los logros –que los hay- no eviten que el balance en sostenibilidad ambiental del período en estudio sea negativo», concluye.
Reactivación económica
“Estamos convencidos de que este esfuerzo apoyará una reactivación económica verde e inclusiva y mejorará los medios de vida de personas en condición de vulnerabilidad en Costa Rica, en particular de mujeres. Queremos asegurar un mejor futuro a través de la economía verde y azul”, señaló por su parte, José Vicente Troya Rodríguez, Representante Residente del PNUD.
En tanto, Andrea Meza, ministra de Ambiente y Energía, planteó que “aunque el panorama es positivo, el camino apenas comienza. Por eso es necesario contar con el apoyo de las personas, las empresas públicas y privadas y las organizaciones nacionales e internacionales y así cumplir la meta de sembrar 200 mil árboles y garantizar su mantenimiento por 5 años, generando empleos verdes”.
Asimismo, recordó que la iniciativa contribuirá a los esfuerzos que realiza el país para aumentar su la cobertura forestal a un 60% para el año 2030 y buscará enfrentar la difícil situación económica de grupos vulnerables.
“Huella del Futuro y sus mecanismos de financiamiento están dirigidos a pequeños productores, grupos organizados de mujeres y jóvenes y otros, que representan a los más vulnerables a los efectos directos del cambio climático, dada su imitación económica y ubicación en áreas frágiles y altamente marginales, además de su dependencia en la agricultura tanto para generar alimento como trabajo”, añadió.
Socios estratégicos en Huella del Futuro
La iniciativa Huella del Futuro, lanzada en octubre anterior en San Carlos, busca agrupar a socios de diversos ámbitos con miras a reverdecer la zona norte de Costa Rica y la economía para el disfrute de todas las personas y el planeta.
A diferencia de otros proyectos internacionales de siembra de árboles, esta busca el éxito de supervivencia al dar mantenimiento por cinco años. Además, establece un mapa consultable en línea (www.huelladelfuturo.cr) donde es posible visualizar el lugar donde ha sido sembrado cada árbol y otras informaciones.
FONAFIFO y la Fundación Banco Ambiental (FUNBAM) son aliados fundamentales del proceso y para ello cuentan con el apoyo técnico y financiero de la Iniciativa Finanzas para la Biodiversidad (BIOFIN) del PNUD. Por su parte, el Fondo de Desarrollo Verde (CCAD, SICA, UE, GIZ-BMU) ha sido de los primeros socios en sumarse al proyecto.
“El crowdfunding no se trata solo de recaudar fondos, se trata de unir a personas de todo el mundo hacia un objetivo común, crear conciencia y apoyar a las comunidades locales de conservación”, resaltó Onno van den Heuvel, director global de BIOFIN, quien también participó en el encuentro de este miércoles.