Se tramita en la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para la creación de la Promotora Costarricense de Innovación e Investigación. De aprobarse este proyecto, el actual Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT) se transformaría en esta Promotora. Este proyecto tiene serias implicaciones para el desarrollo científico-tecnológico nacional; lamentablemente, no se ha dado en la comunidad nacional una discusión lo suficientemente amplia sobre el mismo y sus consecuencias.
Este proyecto parte de una visión limitada y parcial del complejo ciencia-tecnología-innovación, lo cual podría tener implicaciones negativas para el desarrollo científico-tecnológico nacional. Se podría pensar que, si se propone que esta nueva entidad absorba las funciones del CONICIT, la misma debería velar por el desarrollo equilibrado de la ciencia, la tecnología y la innovación del país. Ese, desafortunadamente, no es el caso. Veamos por qué, con base en el texto del proyecto del 17 de noviembre del 2020.
El complejo ciencia-tecnología-innovación tiene un carácter sistémico, lo cual implica que se debe mantener un equilibrio y un balance entre la generación endógena de conocimiento científico básico y aplicado, la investigación y el desarrollo tecnológico, la transferencia de conocimiento a los sectores sociales y productivos, incluyendo la transferencia tecnológica, y la innovación en muy diversos ámbitos de la sociedad. Se trata de un engranaje con múltiples componentes.
Estos subconjuntos del complejo ciencia-tecnología-innovación deben interactuar entre sí de manera eficaz, pero a la vez requieren mantener un desarrollo equilibrado, y todos han de ser fortalecidos y alimentados para lograr un sistema integrado y holístico. Resulta vital, por lo tanto, mantener ese equilibrio entre los componentes del sistema y evitar la priorización excesiva de unos en detrimento de otros.
La lectura del proyecto deja ver un énfasis desmedido en el tema de la innovación y de la aplicación del conocimiento con fines económico-productivos. Se confiere un peso excesivo al desarrollo tecnológico y la innovación y al papel del sector empresarial en el complejo ciencia-tecnología e innovación, en detrimento de los otros elementos del sistema.
Si bien el texto del proyecto menciona el desarrollo científico y la importancia de la ciencia en diversos artículos, el énfasis se centra de manera inconveniente en la innovación, el desarrollo tecnológico y el rol de la investigación en la esfera económico-productiva. Al hacerlo, se debilita significativamente la prioridad que debe tener el desarrollo de capacidades endógenas para generar conocimiento original a través de la ciencia, lo cual tendría implicaciones negativas en el desarrollo de todo el sistema.
La ciencia es mucho más que la provisión de insumos para la innovación y el desarrollo económico. La ciencia permite comprender la realidad natural y social y genera insumos originales de conocimiento que alimentan todo el engranaje de ciencia-tecnología e innovación. Es, además, un valioso componente de la cultura en un contexto amplio. En este sentido, el proyecto tiene una limitación conceptual de fondo.
Para fundamentar esta crítica, me remito a los siguientes aspectos del proyecto:
- En el artículo 2 se señala: “La Promotora tendrá como finalidad la promoción de la innovación y el desarrollo científico y tecnológico como ejes para alcanzar el desarrollo productivo y social del país”. No obstante, la lectura del texto del proyecto no concuerda con esta finalidad, ya que se coloca un énfasis desmedido en el tema de la transferencia de tecnología y la innovación, descuidándose el fomento del desarrollo científico.
- En el artículo 6 se dice lo siguiente: “La Promotora tendrá las siguientes funciones:
- a) Diseñar, administrar, preparar y ejecutar fondos, instrumentos y programas orientados a promover: (i) la innovación, (ii) los emprendimientos innovadores y de base tecnológica, (iii) la investigación aplicada y el desarrollo tecnológico, (iv) la transferencia tecnológica y (v) el capital humano especializado en las áreas de ciencia, tecnología e innovación”.
Queda claro, de la lectura de este artículo, que las cuatro primeras funciones se centran en la innovación, el desarrollo tecnológico, los emprendimientos y la transferencia tecnológica. Se omite por completo el fomento al desarrollo de la ciencia básica y aplicada. Solamente el inciso (v) podría cubrir aspectos relacionados con la ciencia, al enfocarse en la formación de recurso humano calificado. No obstante, tomando en cuenta el espíritu que se desprende de todo el proyecto, es muy factible que esa formación de recurso humano se centre en aspectos tecnológicos y de innovación. Este artículo deja ver claramente la excesiva e inconveniente priorización en las esferas tecnológicas y de innovación, alejándose de la consolidación de una base científico-tecnológica endógena que garantice la creación de nuevas ideas y la comprensión de la realidad, sobre la que se basan el desarrollo tecnológico y la innovación.
- Quizá el punto del proyecto que más claramente refleja esta visión sesgada y parcial del complejo ciencia-tecnología-innovación es la integración de la Junta Directiva de la Promotora. Esta Junta estaría integrada por:
“a) La persona jerarca del Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones; quien presidirá y fungirá como presidente de la Junta Directiva.
- b) La persona jerarca del Ministerio de Economía, Industria y Comercio.
- c) Un representante de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (CINDE).
- d) El (la) presidente o un vicepresidente designado por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones de la Empresa Privada (UCCAEP).
- e) El (la) presidente o un vicepresidente designado por la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
- f) El (la) presidente o un vicepresidente designado por la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA).
- g) El (la) Presidente del INA.
- h) Un representante de las Universidades Públicas designado por CONARE.
- i) Un representante de las Universidades Privadas designados por UNIRE.”
Tenemos acá un predominio de sectores empresariales e institucionales cuya misión se centra en el desarrollo económico, al tiempo que hay una casi nula representación de la comunidad científico-tecnológica. Los principales reservorios de investigación científico-tecnológica del país son las universidades públicas. Es sorprendente que estas instituciones tengan solo un asiento en esta junta directiva, con igual peso que las universidades privadas, en las que la investigación es muy limitada. Sorprende también que no haya un sitio en esta directiva para la Academia Nacional de Ciencia. El desbalance es más que evidente.
Estamos hablando de una nueva entidad que va a sustituir al CONICIT y que, por ende, debe velar por el desarrollo integral de la ciencia-tecnología-innovación del país. Es preocupante que la junta directiva de una entidad que va a asumir estas funciones tenga esa integración, mostrando una clara tendencia hacia la ‘corporativización’ de este ámbito fundamental del desarrollo nacional. El desequilibrio que traería la integración de esta junta directiva podría afectar seriamente los esfuerzos que el país ha realizado a través de décadas para gestar una comunidad de investigación en ciencia y tecnología, ubicada fundamentalmente en las instituciones de educación superior públicas.
No argumento que la innovación y el desarrollo tecnológico no sean importantes; son fundamentales y nuestro país debe avanzar mucho más en estos ámbitos. Pero son solo dos componentes de un sistema mucho más complejo. Lo aquí planteado es muy claro en los países desarrollados, donde se apoya fuertemente el fomento de la ciencia básica y aplicada, a la vez que se generan mecanismos para que el conocimiento fluya a las esferas de desarrollo tecnológico y de innovación. Pero el sistema debe contemplar y apoyar la investigación científica, en equilibrio con los otros componentes.
Lejos de ayudar al desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en Costa Rica, el proyecto pone en riesgo avances importantes que ha tenido el país en dichos campos, no resuelve los muchos problemas que tenemos en estos temas, y excluye a sectores y protagonistas que están llamados a jugar un papel protagónico en estas áreas estratégicas del desarrollo nacional.
(*) José María Gutiérrez, Profesor emérito, Universidad de Costa Rica.
Es increíble que solo José María Gutiérrez salga al paso de este nefasto proyecto de ley. Voy a decirlo sin pelos en la lengua: este proyecto de ley es la culminación de muchos años de un grupo de personas vinculadas al Partido Liberación Nacional (PLN) y al Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Se trata de un plan que viene desde la administración Figueres Olsen en que estas mismas personas quisieron cerrar el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICIT), pero no pudieron y ahora pretenden, veinticinco años después, concretar su anhelo tecnocrático. En aquel tiempo un exrector de apellido Cruz, un ex-ministro de apellido Dobles, un exviceministro de apellido Sibaja y otros de apellidos Trejos, Arias, Estrada, etc., intentaron cerrar el CONICIT; sin embargo, toparon con la resistencia de funcionarios de esa institución y con la oposición de la comunidad científica. Eran otros tiempos, hoy todo es diferente y campea la indiferencia por doquier.
Como es usual los conocidos entreguistas a los intereses trasnacionales y angurrientos nacionales van en proceso de aislar nuestro país a las prioridades científicas que realmente ayudan a Costa Rica integralmente, donde siempre seremos los directos dueños y beneficiarios, no tontos útiles servidores a sus particulares órdenes, relegando considerar la independencia del capital y problemas humanos inherentes a las reales prioridades del país. Pero claro, concientizar a un puñado de calabazas legislativas, es malgastar fertilizante para sacar alguna buena cosecha.
Desde que pude leer este «proyecto» me quedo claro que esta planteado por personas que no tienen una vision completa y vivencial de lo que es la verdadera interrelacion ciencia basica/tecnologia/innovacion y la importancia de las bases para que el ciclo tenga sostenibilidad.
El plan me parece una pesima idea, ojala desistan los proponentes y se asesoren bien los diputados con las opiniones de quienes trabajamos por el desarrollo cientifico y tecnologico de nuestro pais.
Este proyecto pretende una estructura corporativa que favorecerá algunos sectores en los que la ciencia permite una aplicabilidad y transferencia mayor. Mi área incluida (Agricultura), sin embargo, estoy de acuerdo que se abre un portillo en el que otras áreas del saber queden aún más relegadas de lo que ya se encuentran en el contexto nacional. La ciencia debe ser para todos y por todos, no podemos pretender tener mejores ciudadanos sin una formación integral.
Leí y comenté en dos oportunidades este proyecto de Ley. Para mi es claro que lo que se quiere es financiar con fondos públicos la investigación de empresas privadas para que estas hagan lucro.
Durante 50 años el Conicit se ha enfocado en financiar investigaciones de universidades, en impulsar el modelo «sistémico» que indican los profesores universitarios, sin embargo parece que ese esfuerzo no llega a las empresas. Es posible que medio siglo después sea oportuno un cambio de paradigma, mas en el contexto de crisis económica y urgencia de enfocar todos los recursos en ayudar a las empresas a mejorar su competitividad, mantenerse en el mercado y conservar puestos de trabajo.
Excelente y sensato comentario. Sin ver fantasmas
Y los emprendedores y micro y pequeña empresa serán borrados o absorvidos por la gran industria y transaccionales sin tener ninguna opción mas que desaparecer y a si tener en control total de la economía que genera la ciencia y la ttecnología seguimos aguantando que nos administren cual robot valga le comparación con el tema