Le agradezco a mis compañeras y compañeros diputados la confianza que han depositado en mí al elegirme para presidir esta Asamblea Legislativa en el último año del período constitucional en el que nos corresponde servirle a las y los costarricenses.
El país esperó 14 años entre la elección de la primera Presidenta Legislativa y la segunda. Este Congreso decidió romper esta tendencia y elegirnos a dos mujeres en un mismo período Constitucional. Con esta elección, nos convertimos en un cuerpo más representativo de la sociedad costarricense de hoy; y también damos un mensaje decidido sobre el país que queremos erigir: una Costa Rica cada vez más igualitaria, que garantice las mismas oportunidades para todos y todas.
El inicio de una nueva legislatura trae oportunidades para reajustar el rumbo hacia una gobernabilidad país que responda a las necesidades de las y los ciudadanos, atendiendo a los constantes cambios en el contexto nacional e internacional. Con recursos limitados y opciones de política pública comprometidas por la estrechez fiscal, debemos poner la mirada en el futuro con responsabilidad, prudencia, y análisis cuidadoso de las implicaciones de cada decisión que tomamos en el seno de este Congreso.
Sin querer caer en lo ilusorio, hago un llamado a que la campaña electoral no descarrile el trabajo que el país exige de nosotros, sino que nos centremos en servir a las y los costarricenses con la legislación que le urge al país para atender los retos que enfrentamos. Ninguna aspiración política a dirigir los destinos del país, individual o partidaria, puede tener como consecuencia dificultar el funcionamiento normal de los órganos de toma de decisión.
Cuando abordamos la agenda de sostenibilidad fiscal, no podemos desconocer el delicado balance entre el hecho de que el acuerdo con FMI es necesario y que los proyectos que lo componen todavía mantienen problemas de fondo y requerirán de minuciosas negociaciones.
Por otra parte, es imperativo seguir avanzando en iniciativas en materia de transformación digital, emprendedurismo, energías limpias, innovación e investigación. Estas políticas, de la mano de iniciativas privadas, nos pueden permitir salir de manera más rápida y sostenida de la crisis.
En momentos tan críticos como los que vivimos, además, debemos de continuar en una senda reformista, con la mira puesta en modernizar y hacer más eficiente al Estado costarricense. Un Estado, del cual nos hemos sentido orgullosos por décadas.
No pretendo competir a partir de hoy en el número de leyes aprobadas en la legislatura, sino, asumir con calidad las discusiones que nos propongamos. Que las dinámicas que abracemos, faciliten la gobernanza de este Plenario en el encuentro, el diálogo y la negociación.
La tarea que tenemos por delante en el Congreso es clara. Debemos enfocarnos en las necesidades urgentes de las y los costarricenses, mientras legislamos con una visión de futuro para la próxima década, una década que podemos soñar en grande.
(*) Silvia Hernández Sánchez, Presidenta Asamblea Legislativa
Si coloca la ratificación del Acuerdo de Escazú como prioridad, para que Costa Rica deje de hacer el gran ridículo internacional que está haciendo desde hace unas semanas, la creo …Ver para creer.