martes 23, abril 2024
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Bukele

No puedo decir que el joven Bukele haya estado o esté en mi círculo de afinidades políticas.  Sus principales defectos son: su autoritarismo y su populismo neoliberal. Puede que ya sea o esté en proceso de convertirse su gobierno en una dictadura. Necesitamos tiempo para saberlo a ciencia cierta.

Bukele no debería robar el sueño de los costarricenses aunque, ciertamente, podría inclinar la balanza en nuestras elecciones presidenciales. Si Bukele cosecha éxitos, ello ayudaría a que Fabricio Alvarado se convierta en el próximo presidente.

Sin embargo, a nivel oficial, no somos domadores de pulgas, ni de elefantes, ni aspirantes a amos de colonia. Ni debemos de intervenir en los asuntos internos de El Salvador. Ahí no hay una  guerra o una catástrofe que obligue a alguna intervención humanitaria. Que sepa Bukele no tiene prisioneros políticos.

Lo anterior vale como considerando para nuestro gobierno. En las redes sociales el cuento es otro porque es la plaza publica del ciudadano.  A juicio mío este chicharrón huele a golpe de estado: muy fino, democrático y sincero. Y como si poco fuera grandemente aplaudido por la masa salvadoreña y la diáspora. Bukele es un verdadero Napoleón, no como aquel pelele que se apellidó Duarte.

Hace 2 meses el <<bukelismo>> ganó las elecciones parlamentarias de manera aplastante. Cuando lo supe me dije: <<que vaina, que torta, una nueva dictadura>>.  Semanas después reflexioné que el pueblo salvadoreño tuvo instintos correctos.  Apostó por un gobierno fuerte pero, sobre todo, por un congreso no atomizado, es decir, robusto y que funcione.

¿Puede terminar el fenómeno Bukele en una dictadura? La experiencia enseña que no hay que decir no, pero es muy difícil. Este pequeño país depende totalmente de los Estados Unidos y no hay apetito en Washington para instalar otra dictadura como lo hizo Hillary Clinton en Honduras.

Pienso que la arriesgada apuesta electoral de los sufridos salvadoreños tiene sentido. Ellos exigen acciones y soluciones para ayer. Nada ha solucionado la derecha, nada el centro, nada la izquierda.  Y los problemas son muy graves y requieren de una atención expedita.

Los comprendo, y mucho, pero no deja de ser una tragedia para la democracia tanto riesgo.  No obstante, es lo que la gran mayoría de los salvadoreños eligieron hacer. Ni modo. Realidades son realidades. Pone este hecho a la democracia en el banquillo de los acusados por incumplir sus promesas de bienestar.

En nuestro medio cabe destacar que una tormenta de indignación se ha apoderado de las redes sociales. Expresidentes, exministros y exdiputados, diputados, políticos y ciudadanía, todos quieren hacer patente su desasosiego. Y está bien. Hay derecho. ¡Se vale el alboroto!

Sin embargo, esta liberalidad de la opinión pública tica no debe extenderse a la Cancillería. Nuestro gobierno no debe inmiscuirse en los asuntos internos de El Salvador.  Debo reconocer que el parte de prensa de nuestra Cancillería se limitó a expresar su <<preocupación>> , manifestando: <<En ese contexto, Costa Rica exhorta a que se garantice el respeto de la institucionalidad democrática y del Estado de Derecho de El Salvador, mediante el diálogo amplio y transparente entre todos los actores>>. Esta nota es sin duda respetuosa y comedida.

Patético es que poquísimas personas en las redes sociales hayan tenido el rigor de mencionar o transcribir el numeral 165 de la Constitución Política de la República de El Salvador.

Lo anterior demuestra que las opiniones en las redes son emocionales y pobres en análisis. Nuestros <expertos>> no son muy serios.

Costa Rica debe de estar en lo suyo porque es mucho el lodo entre nosotros. Hay que ser muy fariseos para predicar virtudes a otros gobiernos extranjeros.

Recordemos que Costa Rica transita ahora mismo en la mayor tragedia política de las últimas 5 décadas: el desmantelamiento de la II República y sus instituciones sociales.

Nadamos en corrupción y galopante es el empobrecimiento de la nación como nunca en 50 años.  Costa Rica se encuentra en un estado de postración moral y económica.

El escándalo Bukele les sirve a los corruptos criollos para distraer al pueblo costarricense de su propia tragedia. Es una distracción que beneficia a la oligarquía y a quienes quieren privatizar todo nuestro legado social.

¿Acaso estoy defendiendo a Bukele? Para nada. Solo critico que en nuestras redes sociales haya mucha pirotecnia, poco análisis serio y escasa autoridad moral. Reitero el deber de nuestro gobierno de no inmiscuirse en los asuntos internos de El Salvador.

Yo no vivo en El Salvador, ni conozco los entretelones de su quehacer político; ni tengo conocimientos sobre su Derecho constitucional.  Si tuviera que opinar lo haría cuando tuviera mejores y serios elementos de juicio.

Creo que a los ticos nos reconforta el drama ajeno – sobredimensionado como en este caso- simplemente para sentirnos mejor, “felices” por escasos momentos, ante la desesperanza en la que estamos sumergidos.

(*) Allen Pérez es Abogado

 

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8 COMENTARIOS

  1. Muy pertinente y oportuno su artículo. También me pareció un exabrupto el comunicado de la Cancillería costarricense. Desconoce ese comunicado por completo la realidad política en la que también estamos en este país.

  2. Art. 186.- Se establece la Carrera Judicial.
    Los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia serán elegidos por la Asamblea Legislativa
    para un período de nueve años, podrán ser reelegidos y se renovarán por terceras partes cada
    tres años. Podrán ser destituidos por la Asamblea Legislativa por causas específicas,
    previamente establecidas por la ley. Tanto para la elección como para la destitución deberá
    tomarse con el voto favorable de por lo menos los dos tercios de los Diputados electos.
    La elección de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, se hará de una lista de
    candidatos, que formará el Consejo Nacional de la Judicatura en los términos que determinará
    la ley, la mitad de la cual provendrá de los aportes de las entidades representativas de los
    Abogados de El Salvador y donde deberán estar representados las más relevantes corrientes
    del pensamiento jurídico.
    Los Magistrados de las Cámaras de Segunda Instancia, los Jueces de Primera Instancia y los
    Jueces de Paz integrados a la carrera judicial, gozarán de estabilidad en sus cargos.
    La ley deberá asegurar a los jueces protección para que ejerzan sus funciones con toda
    libertad, en forma imparcial y sin influencia alguna en los asuntos que conocen; y los medios
    que les garanticen una remuneración justa y un nivel de vida adecuado a la responsabilidad de
    sus cargos.
    La ley regulará los requisitos y la forma de ingresos a la carrera judicial, las promociones,
    ascensos, traslados, sanciones disciplinarias a los funcionarios incluidos en ella y las demás
    cuestiones inherentes a dicha carrera. (1)

  3. «Recordemos que Costa Rica transita ahora mismo en la mayor tragedia política de las últimas 5 décadas: el desmantelamiento de la II República y sus instituciones sociales.» De donde saca semejante abrupto ?

    • Vea don Rogelio Zepeda, el señor Allen saca ese «exabrupto» de nuestra realidad, asì de simple, o es que su persona vive en otro paìs? por favor me dice en cual paìs vive usted que se siente tan confortable, saludos para su señora doña Flora.

  4. Nadamos en corrupción y galopante es el empobrecimiento de la nación como nunca en 50 años. Costa Rica se encuentra en un estado de postración moral y económica.

    El escándalo Bukele les sirve a los corruptos criollos para distraer al pueblo costarricense de su propia tragedia. Es una distracción que beneficia a la oligarquía y a quienes quieren privatizar todo nuestro legado social.

    ¿Acaso estoy defendiendo a Bukele? Para nada. Solo critico que en nuestras redes sociales haya mucha pirotecnia, poco análisis serio y escasa autoridad moral. Reitero el deber de nuestro gobierno de no inmiscuirse en los asuntos internos de El Salvador.

  5. Noto que usted fundamenta su artículo en una idea central, objetivamente cierta: La destitución de los magistrados estuvo apegada a la ley, según el artículo 186 de la Constitución Política del Salvador. Lo demás son puras especulaciones sobre la inmediatez conque actuó Bukele. ¡Saludes, don Allen, es un gusto leer tan acertado artículo!

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