jueves 18, abril 2024
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De la democracia y sus múltiples vidas

El FMLN sucumbió a los placeres y privilegios de lo que significa estar y ser en un gobierno propio en un Estado burgués, responsabilidad que comparte con ARENA y el resto del espectro político. En estos menesteres ninguna tierra es santa.

No es suficiente la sencilla aritmética para entender los alcances de lo ocurrido.  Se impone, además, una revaloración de la <<democracia>> en su praxis y como espectro ideológico, pues su ethos es la vértebra del discurso político en casi todo el mundo y del Occidente en particular.

La <<democracia>> parece fracasada en tierras pobres y en otras no tan pobres; y parece más o menos flotar en tierras pudientes.  Pero en ninguna parte vibra ni sorprende con novedosas luces como cuando nació su versión moderna.

La <<democracia>> no nació neutra, incolora e indiferente a las clases y a la explotación económica; fue el pensamiento de comerciantes, artesanos, campesinos y hasta del bajo clero, en fin, del Tercer Estado, lo que trajo al suelo el Ancien Régime.

La <<democracia>> en sus albores no precisó de máscaras ni quiso vendas en sus ojos.  Con el tiempo fue infiltrada y cooptada por intereses de clase opuestos a los intereses humanitarios y de clase con los que nació.  Ahí se gestó el magnífico  título de ciudadano.

Luego, ella (la <<democracia>>) hasta se hizo amable con las monarquías, el colonialismo, las guerras mundiales y las razones de imperio. Por ella hablaron Churchill y De Gaulle. Decoró sus catedrales con elocuentes odas a la libertad, a la división de poderes, a los derechos humanos, a la dignidad humana, a la par que surgían democracias de primer mundo, de segundo, de tercero y hasta de cuarto. Pompas y liturgias se crearon, también obispos y cardenales.

No es cierto que hoy el Vaticano sea el mayor productor de dogmas y sufrimiento; tampoco lo es Dios, sino el Estado, convertido en nuestro gendarme. 

Yo, personalmente, como otros en Costa Rica, minoría entre la plebe, debemos al<estado democrático>>, a sus últimos retoños y reminiscencias aromáticas, el poder habitar cárceles de lujo. No es un asunto que yo desprecie. Porque para mí el valor político supremo es el de la <<libertad>> y no precisamente el de la <<democracia>>, damas que no siempre andan de la mano con la frecuencia debida.

En este mundo asfixiante de hoy la <<democracia>> ya no tiene el arrebatador y lozano rostro de antaño; lo que ve frente al espejo son sus destempladas arrugas, su fría mirada, una piel seca y una mueca tosca.

La <<democracia>> le ha incumplido al mundo -a unos más que a otros- sus promesas de solidaridad y prosperidad. Pero no confundan.  No es que no celebre las estrofas poéticas y odiseas de la <<democracia>> que todavía invoco al amanecer y antes de abrazar el sueño; no, a la <<democracia>> la tengo presente en mis oraciones para que se libre de sus monaguillos, obispos y cardenales.  Sépase que esta <<democracia>> de hoy no es el fin de la historia.

Si la república es una forma de gobierno (presidencialista o parlamentaria) y la democracia el poder de la mayoría, la manera en que los <<electores eligen>> (sea por voto directo o por representación), conforme a la teoría clásica, lo cierto es que esta ecuación deviene irrelevante frente a la tesis de la <<democracia en agonía>>.Tanto en la democracia como en la república la tiranía puede constituirse, corrompiendo así los fines de ambas. La república cristaliza las <<las instituciones, la institucionalidad>> para formar un muro de contención en contra la tiranía de las mayorías, pero nada garantiza la incorruptibilidad de esa misma institucionalidad cuando enfrenta hasta de muerte las aspiraciones democráticas de la mayoría. El equilibrio entre democracia y república dependerá subjetivamente de la honradez de los electores y los elegidos.  Cuando hablo de <<democracia>> lo hago en el contexto costarricense porque presupone una república y un sistema presidencialista como en el resto de Centroamérica. En esta materia nada está escrito en piedra. Sea la legislación en derecho humanos lo más cercano a una <<ley divina>>.

No malinterpreten.  Ruego que me lean bien.  No abjuro de la cuna donde nació la <<democracia>>.  Lo que digo es que ella ha de nacer de nuevo como encarnación de las mejores virtudes humanas: fiel a la libertad y la justicia. La causa de la libertad mucho ha avanzado y mucho también retrocede porque la <<democracia>> no siempre la ha acompañado.

La <<democracia real>> va muriendo y requerimos el análisis de sus autopsias  Resucitar cadáveres a punta de mantras puede ser efectivo en el corto plazo pero poco contribuye a la verdad real de cómo describir su descomposición.  Necesitamos de su exhausto ADN las pruebas de su esclerosis múltiple.

La trampa es considerar que la <<democracia>> se decreta con <<elecciones libres y separación de poderes>>. Esto es insuficiente.  El cuento es más largo y tiene más capítulos.  En hacer esta radiografía residirá el mérito intelectual que conduzca a la posibilidad de una nueva democracia.  La historia siempre fluye en busca de nuevos significados, en realidades de tiempo y espacio siempre cambiantes.

Los que adrede hilamos fino buscamos, sin duda, acometer una <<revolución democrática de la democracia>>, porque no solo queremos entender lo que <<es>>, pero también proponer lo que <<debe ser>>. 

Esta es mi invitación: a revisar la teoría democrática, su praxis y las posibilidades de su reformulación.  Es una tarea que los jóvenes intelectuales no deben posponer.  El trabajo intelectual está urgido de mucha creación, novedad y determinación. Hay que hacer trizas la cacofonía de los discursos autoritarios y los democráticos de  anquilosado cuño. Quizá -para que quien quiera y pueda- lo de El Salvador sirva de pizarrón.

A los jóvenes: 

La gente de mi generación está intelectualmente cansada -especialmente si es de izquierda- como para emprender esta tarea.  Psicológicamente no está preparada para subvertir conceptos y modelos a los que se acostumbraron (esos discursos hoy tristes, reiterados, plomizos, monocordes, de inservible academia, lira que sin ella los viejos caerían en pánico existencial); entonces, toca a la intelectualidad joven y rebelde posicionarse ante este desafío analítico que implica revisar oráculos, templos y santos. ¡Llegó la hora de desmitificar tanta costumbre, tanto tabú y tanto miedo!

Se entiende, los viejos de hoy tienen derecho a morir en paz sin importunarlos con tanta duda. Ya trabajaron y cosecharon.  Ahora la faena es de ustedes mismos y llegará el día en que ustedes la pasen a otra generación. ¡Es ley de la vida!

(*) Allen Pérez es Abogado

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1 COMENTARIO

  1. Lo que hemos conocido por democracia en América Latina, a lo largo de las décadas recientes, y con la llegada del nuevo siglo que en muchos sentidos ha representado, más bien la exteriorización d una pesadilla, resultó no sólo ser algo insuficiente como señala el autor de este artículo, el problema es que se ha alejado del sentido pleno de la justicia y de la libertad: las elecciones periódicas y la tan cacareada división de poderes(cada vez más venida a menos, hasta límites irrisorios) no pasan de ser un mito. En el caso de Colombia tenemos la dictadura sin rostro, situada en el país de la eterna guerra de la oligarquía contra el pueblo, la gran prensa prefiere guardar silencio porque así se lo ordenan los poderes fácticos.

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