Las personas que están llegando a la Asamblea Legislativa de Costa Rica, salvo excepciones, evidencian la crisis de nuestra democracia representativa. Se trata de personas que ni siquiera tienen sentido común, son seres humanos con una carencia tan grande de todo, que a uno le daría vergüenza decir o poner en su hoja de vida que integró el parlamento costarricense en el período 2018-2022.
Un día sí y otro también se escuchan noticias de las torpezas que suceden en ese edificio tan horrible en que, se supone, deben realizar sus labores. La más reciente es la reunión de los diputados del Partido Liberación Nacional en que varios se contagiaron del Covic-19, aspecto que no solo evidencia su falta de empatía hacia las personas que están viviendo las consecuencias de esta afección, sino que dan un pésimo ejemplo al resto de la ciudadanía y suman un aspecto más a la deteriorada que tienen como fracción y como legisladores.
Los diputados del gobierno no se quedan atrás en las múltiples torpezas que hacen y que retan a la inteligencia más básica en el ámbito político. Hay entre sus integrantes personas que están tan desubicadas que pretenden aspirar a la Presidencia de la República, supone uno, con base en la idea que tienen de volver a manipular a ese sector del padrón electoral que les brindó su apoyo en el año 2018; sin embargo, cuando uno analiza la producción legislativa de esta fracción y la de los diputados en general, lo único que se observa son leyes que solo han favorecido a los sectores con más recursos económicos.
Los diputados vinculados al mundo religioso no han desentonado y confirman el error histórico del Tribunal Supremo de Elecciones en permitir que existan este tipo de partidos políticos de corte religioso. La Asamblea Legislativa ha sido un desastre y en ese cometido la participación de estos diputados ha sido central para lograr ese cometido; el último aporte ha sido la señora en el centro del plenario y haciendo un papelón con la complicidad del Presidente del parlamento y el resto de los diputados, realmente una situación que solo se puede calificar de patética.
Y el resto de los diputados de los otros partidos políticos ni chicha ni limonada. Los diputados del Partido Unidad Social Cristiana se han olvidado totalmente de su vertiente social y cristiana, son una fracción más que tienen una fijación fiscalista y ni por asomo se puede pensar que algún día han leído las encíclicas sociales de Papas como León XIII o de Juan XXIII, por mencionar solo dos; menos se puede pensar que han leído el pensamiento de Monseñor Víctor Manuel Sanabria o del propio Rafael Ángel Calderón Guardia.
A diferencia de lo que algunas personas dicen en la actualidad, las ideas sí importan. En política la forma de evitar las ocurrencias es tener un marco ideológico que sirva de referencia para adoptar decisiones en relación con los aspectos técnicos de la materia correspondiente; en palabras sencillas, un mismo problema puede ser enfocado de manera diferente y no obstante que técnicamente el diagnóstico sea el mismo.
El único partido político representado en la Asamblea Legislativa que ha sido coherente es el Frente Amplio. Algunos dirán que le resulta sencilla esa coherencia al ser un único diputado, sin embargo, José María Villalta ha hecho más que muchos de los diputados de las otras fracciones y es de los pocos legisladores que, cuando hablan, brindan argumentos con fundamento técnico y con sentido. Está claro que su experiencia anterior lo favorece, pero hay diputados que ni con cien años de experiencia tendrían un buen desempeño.
Me parece que llegó el momento de reformar la manera en que se elige a los diputados. Esa estafa política (engaño) en que llegan personas sin ninguna preparación al amparo de partidos políticos totalmente desvinculados de los principios que dicen seguir llegó a su obsolescencia. La elección directa de los diputados debería ser una realidad pronta y la intermediación de los partidos políticos quedar atrás de una vez por todas.
La responsabilidad de los diputados se diluye en el todo partidario y eso debe cambiar.
(*) Andi Mirom es Filósofo
Concuerdo en que las elecciones diputadiles deben ser uninominales.Es fundamental hacer ese cambio.Partidos y rejuntados que en principio no tienen posibilidades electorales escogen a candidatos a diputados muchas veces a quien preste su nombre y/o haga un buen aporte economico a la causa.Sorpresa es que por motivos como lo vividos en las ultimos dos procesos salieron electos,los menos esperados.Eso pasa en democracia.Asumo que ha si debe haber pasado recientemente en El Salvador,donde una tendencia ha sido aplastante.
Ahora bien,no se trata de no dejar titere con cabeza.Personalmente me llama mucho la capacidad de Silvia Hernandez nueva Presidente del Congreso y curiosamente mas de una mujer de armas tomar.Al articulista ,por supuesto, le gusta Villalta,el niño heredero,al que solo escucharle su tono voz,hace cada intervencion cansona y estridente.
Sigo esperando de la columna poliedrica el «mea culpa» de los profesores universitarios, de como arreglaran internamente las finanzas, de cuales seran los «privilegios » a que renunciaran para participar en la ayuda economica y restauracion que el pais requiere.Donde demuestren que su compromiso es por el bienestar del mayor numero de estudiantes, de educar,educar y no adoctrinar a la juventud. Hacerla productiva para que trabajen duro y le puedan pagar a su querido profesorado sus buenos sueldos y añoradas pensiones.
Qué cosas, criticar las intervenciones VALIOSÍSIMAS de José María EL BUENO nada más por su tono de voz. ¡A QUÉ HEMOS LLEGADO, POR DIOS!
Excelente y sesudo analisis del señor Mirom, y como todas las semanas no podia faltar el estulto comentario de doña Flora, a la que hay que reconocerle la tenacidad de hacer el papelon todos los lunes. Segun el ominoso perfil que nos describe don Andi de los actuales diputados y desgraciadamente de los que vendran, entonces doña Otoya seria una magnifica candidata para la proxima Asamblea Legislativa.
Concuerdo con usted señor Mirom, hasta pena ajena dan los integrantes de ese circo, sin bien jamás le daría mi voto a Villalta para presidente, por ser tan radical en algunos aspectos, creo que es un muy buen diputado, está donde debe estar.
No le veo la radicalidad al Frente Amplio y a su diputado Villalta, pues este ha sido apenas la cara opositora de un partido que también tiene otra oficialista, al semejanza del dios Jano de los romanos, no en balde estuvieron casi tres años formando parte de la actual coalición de gobierno, dentro del que la señora Patricia Mora integró el gabinete del presidente Carlos Alvarado.
Precisamente por esa radicalidad es que tiene TODO mi apoyo. ¡YA NO MÁS DE LO MISMO DE HACE 40 AÑOS!
Una ausencia de una radicalidad sensata, pensante y creadora es lo que veo en esa izquierda domesticada, la de diez en conducta.
Cambiar el sistema para elegir diputados , debe ser un tema desde ya ,e 66 incluido .en la próxima campaña política. Con miras que se den soluciones en la próxima administración .
Debemos elegir en la asamblea a persona con formación y criterio propio, y parar esta fabrica de marionetas y titiriteros rancios que solo buscan la piñata partidistas.