Washington, 12 may (Sputnik).- Las posibilidades de los republicanos de recuperar el control de la Casa Blanca dependen de que el partido acepte la derrota en 2020 del expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021) y abandone la postura de que las elecciones fueron robadas, dijo este miércoles el congresista Adam Kinzinger.
«La verdad es que las elecciones no fueron robadas», dijo Kinzinger momentos después de que los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos expulsaran a Liz Cheney de su puesto de liderazgo superior en una votación a puerta cerrada.
El congresista republicano agregó que «74 millones de votantes (de Trump) no fueron privados de sus derechos, simplemente fueron superados en número y es importante para nuestro partido hacer un análisis de eso y salir y ganar las próximas elecciones en lugar de continuar con la gran mentira».
La congresista Cheney fue una de los 10 republicanos que votaron con los demócratas para hacer un juicio político a Trump durante sus últimos días en el cargo, uniéndose a los demócratas que culparon al presidente saliente de incitar el motín del 6 de enero en el que sus partidarios irrumpieron en el Capitolio, sede del Congreso.
En las semanas siguientes, Cheney continuó criticando públicamente a Trump y el expresidente siguió insistiendo en que la elección fue robada.
Muchos republicanos de alto perfil continúan advirtiendo que la lealtad a Trump por parte de muchos votantes es tan intensa que un partido unificado depende de que el expresidente tenga un papel destacado, una posición que Kinzinger rechazó.
«La verdad no puede convivir con la mentira. La verdad no puede coexistir con la falsedad, no puedes unificarte con eso», afirmó Kinzinger.
Al igual que Cheney, Kinzinger estuvo entre los 10 republicanos de la Cámara de Representantes que votaron en enero para acusar a Trump pocos días antes de la toma de posesión del presidente Joe Biden. (Sputnik)