viernes 19, abril 2024
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Los Pandemials

Nací a mediados del siglo XX en un pueblo rural de Alajuela (Alajuela al igual que San José eran rurales) exactamente en 1950, año interesante porque me nutrí de la gente nacida alrededor del cambio de siglo y avancé suficiente para incursionar en el siglo XXI, los únicos datos orales que obtuve de la Gran Pandemia de 1919, conocida como Gripe Española, los obtuve de gente que conocí en los corredores de los hospitales años después.

 

Sin embargo, nunca escuché a mis padre o abuelos hablar sobre esa crisis, quizá porque la crisis no fue tan grave en Costa Rica, quizá porque la crisis del “Gran Crack” económico del 28 al 30 les importó más porque los perjudicó más. 

 

Logré gravarme un dicho de una señora panameña: “catarro español”, que yo por broma lo utilizaba con mis familiares más cercanos. No obstante nunca le escuché a ella ningún dato referente a la Pandemia. 

 

Una vez me contó el doctor Manuel Aguilar Bonilla, un excelso cirujano costarricense del siglo XX, que su padre había muerto antes de nacer él, a causa de “la gripe española”, todo se diluyó en ese siglo de grandes guerras, calientes y frías, hasta el mes de marzo del año 2020. 

 

Personalmente jamás pensé que llegaríamos donde estamos hoy, a catorce meses de conocerse la enfermedad, con una grave crisis sanitaria que dejaría pálida La Peste de Albert Camus, y aún no sabemos qué más sucederá. 

 

Las vacunas han comenzado a llegar, hemos podido muchas personas tener acceso a ella, pero básicamente el asunto ha sido más bien de precaución, cumplimiento de protocolos de salud, personal y familiarmente. 

 

Ha existido una inmensa crisis de mentiras, de ambos bandos (siempre hay dos bandos) que luchan por imponerse: los negacionistas y los no negacionistas, que a raíz del empeoramiento de la pandemia en mayo del 2021, han empezado a desaparecer los primeros:

 

¿O están enfermos o están ocultos? Un amigo mío, enamorado de las teorías conspirativas, ahora se enteró que si existe el SARS Cov-2, es decir no es ya asunto de Gates, Soros o Rockefeller, es un asunto de salud pública (los conspirativos siempre utilizan estos tres apellidos, que de paso ni siquiera están en el Top Ten.

Es ahora que estamos en la cresta de la ola, ya no es un vacilón aunque muchos siguen de parranda, los servicios hospitalarios sobre saturados no es una broma. 

 

De todas maneras yo personalmente estoy en el final de la pista, mi único propósito “personal” es salir con vida de esta Pandemia, si puedo, sino pues me despido. Ese egoísmo espantoso de muchas personas (el mismo que mueve a los Pensionados de Lujo a seguir, sin pensar que sus hijos y nietos enfrentarán una ola económica y social sin precedentes) nos está acabando a todos como especie, ya no es asunto de pesimismo o de optimismo, es asunto de responsabilidad personal y general, es asunto de qué les dejaremos heredado a las generaciones venideras. 

 

¿Qué sucederá con los Pandemials? No sabemos, si ya de por si ante el cataclismo económico que trajeron los últimos siete gobiernos a Costa Rica con alcahuetería y jugar de vivos, los milenials veían con escepticismo la vida, yo tengo tres nietos milenials y dos hijas mías aún navegan por ese lado de la ola. 

 

¿Qué esperanza puede tener una muchacha o un muchacho de veinte años en los estudios universitarios, si la mayoría de los profesores se están (o ya lo hicieron) pensionando con montos multimillonarios, mientras conocidos de ellos no encuentran trabajo? Ninguna, simplemente ninguna, no ven opciones de ningún tipo. 

 

Si se va el PAC, habrá trabajo para doscientos cincuenta mil nuevos pero quedarán sin trabajo otros doscientos cincuenta mil. ¿Por qué ser tan miopes? Vemos a Bukele haciendo lo qué hay que hacer, entonces todos como loras repetimos: ¡fascista! Para hacerle el juego a los capataces nuestros, que sigan utilizando el aparato estatal para mantener y aumentar fortunas; y que hagan lo que por doscientos años han hecho, desde que le arrancaron los bienes a los peninsulares, para cogerlos ellos y sus hijos, nietos, bisnietos, tataranietos etc. etc.

 

Veremos en estos meses que amenazan con ser años, qué dirección llevarán los pandemials, porque de hecho ellos tendrán que tomar lo de ellos. Una educación emparchada entre presencial y virtual, que muestra lo innecesaria que es la educación, la mayoría de las veces, o la enorme posibilidad de educación sucedánea que venga a poner orden. 

 

Dos menores de edad se suicidan en menos de 24 horas…para no dormir, increíble lo que sucede. Las autoridades nuestras (salud y educación) se contradicen y efectúan políticas contradictorias, en detrimento de los más jóvenes, creando una verdadera crisis de autoridad en el país: un gobierno que gobierna (sic) para los más privilegiados, no tiene autoridad moral de ningún tipo, es un gobierno inmoral. 

 

Apoyo totalmente a los Pandemials.

 

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico.

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