Hemos felicitado a las autoridades muchas veces por las acciones que han adoptado para enfrentar la pandemia del Covid-19. Esa fue la tónica, especialmente, al inicio cuando se adoptaron medidas que pusieron la salud de prioridad y la economía cedió ante este imperativo; así lo hicieron la mayoría de los países occidentales, con base en la asesoría científica de los diferentes especialistas relacionados con estos temas.
Luego vinieron las presiones debido a la situación económica y el gobierno comenzó a implementar medidas menos estrictas. La pandemia profundizó la crisis económica que ya estaba desarrollándose y que ha tenido como chivo expiatorio al sector público; empero, si hay ilusos que tienen la esperanza que se le reconocerá al sector público los aportes que ha hecho para proteger la salud de los costarricenses, déjenme decirles que están muy equivocados.
El sector privado ha procurado, como siempre, salvaguardar sus intereses. Cuando hablamos de este sector, no nos estamos refiriendo a los pequeños emprendedores y todas las personas que ahora se denominan empresarios; estamos hablando de las grandes empresas, esas que están en zonas francas, esas que no pagan impuestos, esas que se han aprovechado de la pandemia para incrementar sus ganancias de una forma exponencial.
Con ese cúmulo de variables ha tenido que lidiar el gobierno. La multiplicidad de intereses hacen muy compleja la toma de decisiones, sin embargo, no cabe duda cuál ha sido el sesgo del gobierno. En semana santa cedió de cabo a rabo, ante las presiones del sector económico y las personas se tiraron a la calle; lo anterior generó la subida de la curva de contagios, según algunos medios de comunicación y la versión oficial, pero esto no es del todo cierto.
El aumento de contagios y la saturación del sistema hospitalario no se debe únicamente a lo acontecido en la semana santa. Hay datos que han sido procesados por diferentes especialistas que apuntan a que fue el regreso a las clases presenciales, de primaria y secundaria, lo que disparó el número de contagios; dicho de otro modo, a lo acontecido en la semana santa se sumó la medida de retornar a las clases presenciales y ello disparó los contagios de manera exponencial y ha colapsado todo el sistema hospitalario.
La decisión de volver a la educación presencial ha sido un error. Las razones que brindó el gobierno para adoptar esta medida, se ha fundamentado en que no hay condiciones de igualdad para desarrollar el proceso educativo; sin embargo, en el primer año de pandemia el curso lectivo se desarrolló en virtualidad y ahora el profesorado ha insistido que no se justifica hacer lo contrario ante la situación imperante.
El regreso a la presencialidad provocó la movilidad de muchas personas y eso potenció las posibilidades de contagio. No es que la incidencia de contagio tenga, únicamente, como incubadores los centros educativos, el tema central es que ello provocó la movilidad de muchas personas y multiplicó las posibilidades de contagio. El problema no son los centros educativos sino los desplazamientos y el contacto que la presencialidad generó entre las personas.
Lo curioso es que este hecho no ha sido divulgado por los medios de comunicación costarricenses. Esperemos que los expertos den a conocer sus hallazgos y que se reflexione sobre este aspecto, no con el ánimo de señalar culpables sino con el propósito de concientizar a las gente de cuáles son los disparadores de los contagios.
La divulgación de este tipo de información debería ser un imperativo periodístico.
(*) Andi Mirom es Filósofo
Tengo unos comentarios con respecto al artículo:
Las empresas de Zonas Francas pagan impuestos cuando sus productos están destinados al mercado local como cualquier importador lo hace. No podemos satanizar su papel durante la pandemia. Por supuesto que el objetivo primordial de una empresa es generar utilidades, pero estas fábricas requieren bienes y servicios locales y dan empleo a miles de costarricenses. Algunas hasta se han visto en dificultades económicas!
Con respecto a la posibilidad de que las clases presenciales hayan sido potenciadores de contagios por lo multitudinario de sus desplazamientos es una hipótesis que también yo he sostenido. Lo que pasa es que afirmar que el retorno a las aulas era un error puede llegar a ser falaz. Me explico, en la coyuntura de una tasa de contagios relativamente baja a finales de Enero y al evaluar los bemoles de tener a los jóvenes lejos de los centros educativos, debemos ser cuidadosos en no emitir criterios apresurados. No es cierto que el curso lectivo se llevara en la virtualidad PARA TODOS en el 2020. Las instituciones privadas rápidamente se ajustaron a impartir clases asincrónicas a sus estudiantes, pero al descubrir la imposibilidad de mantener un nivel mínimo de calidad, migraron a las asincrónicas. Aún así, hay ciertas materias y contenidos para las que las clases a distancia no son idóneas.
El gran problema fue el sector público, pues al menos una tercera parte de los chicos no tenían posibilidades de conexión o equipos para hacerlo, por lo que eran casi excluidos de la educación formal quedando en clara desventaja. Los docentes se limitaron a las famosas guías del MEP con un modelo en muchos casos al estilo UNED de hace décadas. Así, los niños de primer grado no aprenderán a leer! Cómo evacuarían dudas o se daría una interacción real con los maestros? Muchas madres (y algunos familiares) tuvieron que improvisarse como maestr@s de sus niños para simplemente cumplir con el objetivo la resolución de las guías! Las clases, aún después de retornar a la presencialidad continuaban siendo deficitarias, pues por motivos de aforo y ante la incapacidad de impartirlas de manera simultánea a los estudiantes a distancia, reducen significativamente los días lectivos efectivos!
Por supuesto el gran ausente, pero inevitable en una pandemia, es el desarrollo emocional de los jóvenes, que necesitan interactuar con sus pares y profesores!
Para docentes que aprobaron al 100% del estudiantado luego de la huelga de los tres meses puede ser muy fácil decir que sigan así…con tal de no ir a las aulas en Enero!!!
A mi me parece acertada la medida de re-acomodar las vacaciones para ayudar a frenar este pico pandémico y cifrar las esperanzas en que se pueda retomar el curso en el segundo semestre.
La pandemia tambien demostro la existencia de dos Costa Rica,la de un sector privilegiado que siguen recibiendo sus sueldos intactos,con pandemia,con restriccion o sin ella ,presencial o no presencial, y luego la Costa Rica de la mayoria que tiene que salir a la calle a ganarse su sueldo,pues sino trabaja ,no hay ingresos, y por lo tanto no hay comida en la mesa de su familia.Ellos son los verdaderos afectados.
Mientras tanto las zona francas, empresas norteamericanas, siguen laborando y asi contribuyendo con sus cuotas al Seguro Social que hoy necesita esos ingresos con urgencia.Los pequeños empresarios ,como la noticia de hoy, de los trameros en el Mercado Central,mas de la mitad tendran que cerrar permanente ante la crisis economica.Para aquel que tiene que generar ingresos para comer,este Covid ha sido realmente una pandemia no solo de salud sino economica.
Dificil para aquellos con sus ingresos asegurados por el estado,llueva ,truene o haga sol,sentir empatia por aquellos que no tienen ese privilegio.
Para muchos niños la escuela no es solo aprender , es tambien refugio con amigos y la merienda que tanto hace falta en casa.
Al troll que se hace llamar Flora Otoya: Se vuelto más moderado y eso está bien, por lo menos hace soportable el sesgo ideológico que suele tener. Aunque el tema no es económico sino epidemiológico, no soporta que le toquen las Zonas Francas o que se haga mención al gran empresariado, lo cual devela a quién sirve. Aquí el tema es que la causa del crecimiento desmedido de contagios y del colapso del sistema hospitalario fue la mala decisión del gobierno de retornar a las clases presenciales, los que tienen los datos deben salir al ámbito público a mostrarlos y las organizaciones de educación deberían exigir que así se haga, pero deben hacerlo ya porque no se puede esperar que la prensa realice esta labor.
Estoy harto de su falta de respeto a la señora Flora, ¿QUIÉN ES USTED PARA CREER QUE ES MEJOR QUE LOS DEMÁS? , es muy desagradable leer sus comentarios , creí que en este periódico comentaban gente con educación y respetuosa.deje a la señora en paz mal viviente.
Ya le saliò un escudero a doña Flora, o sea los trolles fieles al capitalismo tambien tienen sus encadenamientos defensivos, o sea hay escuderos y estos a su vez tienen otros escuderos, asì hasta el infinito, que patèticos por Dios santo.
Don Juan, para entender por qué llamo troll a la persona que se firma Flora Otoya, debería buscar las columnas del señor Mirom de los últimos, me parece, seis meses y leer los comentarios. Así entenderá que no es un irrespeto o insulto.
Tengo conocidos en las universidades que han llegado a la conclusión que expone el señor Miron en este artículo. Corresponde a ellos salir y exponer los modelos matemáticos y estadísticos que sustentan lo que en el artículo se dice y a los medios de comunicación divulgarlos, es lo mínimo que pueden hacer. Esto no es un asunto de maestros y profesores vagos, como algunos siempre lo ponen, sino un dato empírico que debe ser puesto en conocimiento de la población.
Yo trabajo en una zona franca actualmente para una empresa extranjera, anteriormente trabaje en múltiples empresas nacionales, en las empresas nacionales era costumbre del patrono el reportar menos o de del todo no reportar mis ingresos (los famosos «servicios profesionales»), el sueldo era mucho menor haciendo lo mismo o aún con mas responsabilidad en la empresa nacional, tanto así que antes no ganaba lo suficiente para tener que reportar renta, actualmente me reportan el 100% de mi ingreso y me deducen el 20% de renta todos los meses, por dicha tengo un buen sueldo que me ha dado para comprar un buen vehículo (antes andaba en bus), comprar una casa muy bonita (antes alquilaba un apartamento nada ostentoso), así como poder invertir en vacaciones y otros pequeños lujos que antes era impensable adquirirlos, no me va mal y no no quejo, esto gracias al régimen de zona franca, con todo esto contribuyo a la economía del país, ya que lo que gano se queda principalmente en el comercio nacional.
Con esto no quiero decir que todos los patronos nacionales son malos, pero lamentablemente si hay muchos que no asumen su responsabilidad por pura codicia, se montan cualquier negocio con inversión mínima y ya quieren hacerse millonarios con eso a costas del estado y sus empleados mal pagados. Gracias a las zonas francas le aseguro que la seguridad social de este país sigue en pie, así como gran parte de la economía, sin zonas francas tendríamos todavía una Costa Rica como la de los años 80 o anterior, donde la gran mayoría eran campesinos pobres, y solo las familias burguesas de toda la vida tenían capacidad económica para vivir bien, sin carencias, le podría asegurar también que gracias en gran parte a las zonas francas las universidades tienen el presupuesto para este diario, planillas, convenciones colectivas, y mucho más.
No se muerde la mano que te alimenta, esto es algo que muchos en la función pública no han entendido, creen que el dinero para mantener al estado en pié cae del cielo.