viernes 29, marzo 2024
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Pedro Castillo: su nombre es pueblo

Hace unos días escribí unos versos de agitación, de ocasión, porque juzgué oportuno exorcizarme, acrisolar un cúmulo de sentimientos que entonces ya hacían fila en una larga cola. No estaba en mi agenda referirme a las elecciones peruanas, sino es porque los reflectores de la ultraderecha mundial se posicionaron para desplumar en una orgíaca chifladura a don Pedro Castillo. ¿Cómo no me iba a llamar la atención? Una falsa y percibida cruzada contra un comunismo que no existe desde hace décadas tuvo y tiene por objetivo hacer que Keiko Fujimori sea la próxima presidenta. La pirotecnia propagandística contra don Pedro fue y es de proporciones astronómicas, como cruel e irracional, bestial y mentirosa.  Y es que este fango de perversidades no tiene precedentes. Ni siquiera en los álgidos periodos en que soldados estatales y senderistas se enfrentaron. Y no faltaron <<personalidades>>, unas más notorias que otras, como la del impresentable Vargas Llosa, que dieron rienda suelta a una apocalíptica esquizofrenia. 

Fue a finales del siglo pasado y a principios del presente que trabajé en el Perú, formando parte de un equipo estadounidense en derechos humanos y que evaluaba las secuelas dejadas por el terrorismo insurgente y el terrorismo de Estado fujimorista. Recuerdo no solamente las conversaciones tenidas con las víctimas, también las obtenidas con elementos de la clase empresarial y del gobierno.  Fue en Ayacucho donde contribuí a la investigación citada.  Recuerdo el calor seco, polvoriento, junto al color ladrillo claro de las edificaciones, que al recorrerlas o al mirarlas desde un área distancia suscitaban en mí una fantasmagórica ausencia.  No recuerdo la razón por la cual un individuo que se llama Juan Luis Cipriani Thorne estuvo de primero en mi lista de personajes a entrevistar. Cuando lo llame para concertar la reunión me dijo: <<mire, en la curia no, pero vaya a mi casa para la cena, no ve va a perder, ahí donde veas una tanqueta apostada es donde vivo.>>

Cipriani era a la sazón el arzobispo de Ayacucho (después arzobispo de Lima y cardenal por obra y gracia de Juan Pablo II), y nunca imaginé siquiera conocer a un clérigo de contornos decididamente fascistas.  Fue su imagen el contrapunto clásico de un Opus Deis que despreciaba al indígena y al campesino desde la más ramplona e impúdica condescendencia. Por otra parte, Cipriani era la alfombra de gala de la dictadura fujimorista. Jamás podré olvidar el desdén y hasta el encono con el que las élites limeñas siguen juzgando a los indígenas y a todo lo que oliera a pueblo, a serranía, a cordillera y a selva.  Los burgueses del Perú nunca salieron, mentalmente, del virreinato, de la memoria esclavista y del abolengo semifeudal.  Para un costarricense de mi generación este paisaje resultaba chocante, formado uno en una cierta noción de igualitarismo propio de la tiquicia de entonces y no sé si de hoy. 

El desenfreno obsceno, impúdico, que sigue desatándose contra el grito de millones de peruanos olvidados, arrinconados en el desamparo y el estigma, hizo que mi memoria de dos décadas atrás constatara hoy que nada fundamental haya cambiado, para bien del marginado, en la jurásica sociedad peruana. ¿Podía quedarme indiferente ante tanta escabrosidad? Y es que esta bronca fue de pe a pa totalmente desigual, suciamente asimétrica, por temer la oligarquía limeña perder su privilegiado teléfono con directo acceso a los tentáculos del poder en la Casa de Gobierno (oficial) o, Casa de Pizarro, como vergonzantemente podría decirse, para que la gente no olvide sus abolengos y destierros.  Cipriani todavía así lo piensa: <<todos tenemos el destino marcado>>.

Coincido con el ducho periodista peruano Cesar Hildebrandt que su país podría partirse en dos (las serranías y amazonias frente al Pacífico costeño), cada uno con su Estado y su bandera. Hablamos de dos mundos en extremo diferentes y enfrentados.  El costero hegemónico y excluido el otro. En otras palabras, sobre el tablero la batalla del momento es entre Lima y las regiones. Ninguna conspiración “castrochavista” produjo el inesperado fenómeno de don Pedro Castillo.  De hecho esta elección no fue solo para elegir nuevas autoridades, sino que deberá consignarse como un referéndum donde el Perú profundo exigió ser partícipe de su propia inclusión en una democracia que sea real, equitativa, y no tan solo nominal.

Todo apunta a que el maestro don Pedro Castillo Terrones será oficialmente declarado presidente del Perú.  Pero su victoria empieza cuesta arriba, con un crucigrama político sin resolver, con un Perú que demanda inclusión y justicia frente al otro Perú que afincado frente al Pacífico le teme.  Empecemos con la composición del próximo Congreso:  Perú Libre, la tolda de don Pedro, tendrá 37 escaños de 130 y su aliado de izquierda, Juntos por el Perú, contabilizará 5, en un legislativo compuesto por 10 formaciones políticas.  La mayoría relativa de don Pedro no llega siquiera a una tercera parte del total de representantes.  La realidad sobre el campo de batalla le impone a don Pedro mesura, tacto y prudencia, tejer hilos para aprobar leyes que honren sus promesas. Don Pedro ganó las elecciones mas no el poder; sus enemigos le serán rudos y peligrosos. 

Lo primero es privilegiar la alianza con Verónika Mendoza, excandidata presidencial de la izquierda urbana y cosmopolita.  Juntos por el Perú tiene condiciones para aportar al futuro gobierno cuadros de gran valía y experticia en áreas tan sensibles como el de la economía y la hacienda pública.  Emociona que se tejan entendimientos entre la izquierda rural y la izquierda urbana.  Entre sí ambas se necesitan; lo segundo es garantizar desde el día uno la estabilidad del dólar y el control de la inflación en un contexto crítico de pandemia que impone cumplir con la promesa de la <<vacuna universal>>; lo tercero implica una justa reforma fiscal que permita financiar los programas de gobierno en un país donde campea la corrupción, el delito fiscal como la evasión y la colusión; cuarto, nunca dejar de potenciar desde su liderazgo a los pueblos del Perú profundo  como interlocutores de primera línea.  

 

Todavía se me pregunta cómo expreso simpatía hacia una izquierda conservadora que no refleja en su espejo las aspiraciones del feminismo, las demandas de las comunidades LGTBQ y otras que la izquierda estadounidense -desde hace décadas- puso en la agenda democrática de Occidente. Se impone aquí, sin embargo, el análisis concreto de la realidad concreta. El movimiento que encabeza don Pedro Castillo es una rebelión democrática que expresa en lo cultural al <<ser>> de un Perú tradicional, arrinconado en su miseria y que, además, es dueño de otras latitudes narrativas que no coinciden en todo, necesariamente, con las de la izquierda citadina y cosmopolita, cuyas demandas democráticas (algunas) se plantean en otros términos.  ¿Qué autoridad tiene una vertiente de izquierda como para imponer sobre otra su visión de mundo en coyunturas tan específicas como esta?  Alienta saber que estas dos izquierdas quieran conversar sobre estos temas -pues son materia de derechos humanos- que necesitan atenderse para bien de todo el Perú. Pero no es desde una torre de marfil, pontificando, el que una conversación como esta se resuelve.  ¡Ánimo y éxito, señor presidente Castillo!

(*) Allen Pérez es Abogado

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12 COMENTARIOS

  1. Al Perú profundo
    Oigan señorones oligarcas:
    no hay Vargas Llosa que valga ni que salve,
    “no hay cama para tanta gente”.
    Cuando una elección se va, pues se fue
    más como ahora con correcta matemática.
    Evolucionen, entonces, ustedes virreinatos
    y al unísono entonen la propia pesadilla:
    “¡qué pereza, cómo duele,
    la candela que se apaga!”

    Oigan señorones oligarcas:
    ya de indios y pobres tendréis que saber
    hasta en sueños y sombras irritantes.
    ¡Ni modo! Aprended que son tan reales
    como las cordilleras y amazonias
    que tanto habéis odiado y hasta en delirio borrado.
    ¡Ya ahogar no podéis al Perú profundo!
    “¡Qué pereza, cómo duele,
    la candela que se apaga!”

    El maestro don Pedro Castillo es el nuevo presidente,
    sabedlo emperifolladas jaurías, sabedlo, también El Comercio,
    si ahora fuego y estiércol mordéis en frenética locura
    es por causa vuestra, solo vuestra, cual carroña y buitre en unión.
    ¡No seáis falsos!, conspicuos representantes del medievo limeño.
    Nadie os obliga a hartar un solo bocado,
    ni asear vuestras mansiones con las manos del pobre;
    pero sois codiciosos y matones, aves de mal augurio.
    “¡Qué pereza, cómo duele,
    la candela que se apaga!”

    No solamente es el Perú que despierta;
    también celebra toda la America negra y cobriza
    que unísona y firme exclama sin fronteras
    ¡el voto se respeta, carajo!
    Ya empezó el amanecer de los humillados,
    otra es la baraja, otros los sueños y otras las alturas
    con don Pedro, nuestro nuevo presidente.
    ¡Inclinaos, pues, gentiles señorones!

    Allen Perez

  2. Parece ser que lo que gusta de Castillo es que es indigena y de humilde cuna.De sus capacidades poco sabemos. En Estados Unidos eligieron a Kamala ,afrodescendiente,mujer y no ha dado la talla.Ortega y Maduro no eran aristocratas, todo lo contrario,sin embargo empatia o buen gobierno no son sus caracteristicas.
    El ser indigena,pobre,negro,chino,gay y sin educacion no es razon de un buen gobernante.
    Lo de Pedro Castillo esta por verse.Veremos cual es la leche que da.
    Por ello poemas y prosas alabandolo son meramente ideologicas y denotan complejos y resentimientos sociales.

    • Habría que añadir que tampoco el ser blanco, muy hábil en economía y hasta formado en Princeton garantiza el buen gobierno, sino veamos al señor PPK, hoy en prisión preventiva en su casa. Contamos ya con un anterior presidente de origen indio y bien formado en economía en otra prestigiosa universidad americana, pero que hoy está esperando ser extraditado en Estados Unidos. Pero nunca nadie había conseguido el voto multitudinario de nuestra población marginada de la sierra. Y eso enfretando a un gran poder económico que ha tratado y sigue tratando de manipular los resultados electorales. Una vergüenza que el gran escritor Vargas Llosa haya expresado su apoyo incondicional de una acusada por la justicia por liderar una organización criminal. Pero sí, hay que decirlo, a Castillo le queda grande el cargo, pero quién sabe si logra agrupar a gente que lo ayude a gobernar. Le haría mucho bien al país. Parece ser un hombre honesto. Y eso, dado el pasado inmediato, ya es bastante

  3. Don Allen, difícil tarea se le presenta a don Pedro Castillo, nada menos que iniciar la búsqueda de equidad en un país tan desigual en oportunidades sociales y económicas. Lo ha descrito muy bien, en la discriminación étnica hasta el clero contribuye. Sin duda sus oponentes tratarán de bloquear cada iniciativa suya, bueno, pero Evo Morales logró escabullirse y desarrollar Ecuador a un nivel sin precedentes, a pesar de quienes lo devaluaban debido a su etnia indígena. Sin duda, requiere formular alianzas estratégicas con agrupaciones de izquierda y progresistas, además de conservar el diálogo asertivo con ese Perú tan silenciado durante siglos.
    Gracias por su artículo, don Allen.

  4. Las expresiones llenas de odio hacia el profesor Pedro Castillo, surgidas de la persona que me antecede en estos comentarios no me asustan ni impresionan. A estas gentes de pocas luces y sórdido egoísmo solo las mueven el odio y la impotencia que sienten al ver que la pesadilla neoliberal que nos ha sido impuesta por los poderes fácticos, las oligarquías enfermizas como la limeña, la que como dice Allen R. Pérez, que está formada por gentes que piensan que todavia están en los tiempor virreinales de la colonia, y hasta por los pederes imperiales de más al norte están llegando a su fin. Sin haberlo dejado juramentarse como presidente del Perú el señor que lleva mi nombre ya está hablando de resentimientos sociales, y de que frutos dará su gestión, todo ello sin tener en cuenta que sus antecesores durante los últimos treinta años han saqueado varias veces al Perú, por lo que la lucha recién empieza. Gracias Allen Pérez por el testimonio que nos das sobre la década de los noventa, una época sombría en la que al terrorm sembrado por las gentes fanáticas de Sendero Luminoso se unía el terrorismo de estado, proveniente de los militares y la policía. con el silencio o el apoyo abierto del monseñor fascista Juan Luis Cipriani y de la rancia oligarquía limeña. Con Pedro Castillo es que la voz del Alto Perú, del mundo serrano hace temblar a la derecha de esa Lima, la horrible y reaccionaria. Es hora de la fundación de la República del Perú en este bicentenario del fin de la dominación colonial española, que su gestión sea para la grandes mayorías de ese inmenso y rico país, que no haya tanta pobreza en medio de tanta riqueza como bien ha dicho el profesor Castillo.

  5. Gracias Allen R. Pérez por destacar el diálogo que ya ha comenzado entre el sector político de la izquierda, encabezado por Verónika Castillo, una cuzqueña de corazón y con gran disposición para alcanzar acuerdos con la gente de Perú Libre y Pedro Castillo, algo que es tan necesario en esta coyuntura histórica. Eso tomará tiempo, es toda una transformación cultural y social profunda que apenas está comenzando…ambas izquiedas son singularidades históricas.

  6. Un mundo que hoy privilegia las generalidades conceptuales -hoy las avenidas más anchas del discurso vulgar- y que manda al exilio perpetuo el entendimiento específico de lo particular de algún fenómeno, es una insoportable moneda común con la que se desgalillan no pocas personas de cualquier espectro ideológico. Claro que es importante divisar el bosque desde una panorámica aérea, pero igualmente esencial es explicarse cómo es que el bosque funciona desde dentro y quiénes lo habitan. El terremoto político y social que significa la victoria de don Pedro Castillo exige un análisis mancomunado de lo general y de lo especifico. Como lo es don Pedro ahora, perfectamente pudo haber sido otra persona, quien le diera voz a un sentimiento colectivo abrumador convertido en demanda política. Dicha majestuosa protesta es la que hace erupción desde una panorámica aérea: el de los dos Perú, como aquí expliqué. Esta insurrección cívica del Perú olvidado es la médula del tema abordado y no otro capaz de darle el significado grave e histórico de su aparición. Ni Vladimir Cerrón, ni el propio presidente electo, son las causas de este reventón social, sino tan solo sus consecuencias. Pero sea que uno esté en las sierras o en la selva, cuando nace el esfuerzo de transitar lo que haya que transitar en la inhóspita política peruana, surge la necesidad de proveerle solidez al nuevo gobierno. Para ello las izquierdas deben ser generosas y colaborar juntas. Se impone la unidad y solamente la unidad. Los fascistas como Rafael López Aliaga ya sin tapujo abogan por el golpe de estado. Entonces es cuando el teje y maneje de lo específico se hace vital, es cuando los imperativos tácticos y estratégicos devienen en la primera línea de análisis para la acción. A mi juicio los gobiernos del pueblo no llegan únicamente al poder para administrar gestionar y administrar mejoras para el oprimido, sino para seguir levantando la conciencia del propio oprimido. Gobierno y conciencia van de la mano porque toda verdadera revolución implica una en el espíritu y otra en el mejoramiento material. Espero con estas palabras haber recogido las inquietudes de quienes me antecedieron y que agradezco.

  7. El Perú Profundo, ese que estaba ahí, muy distanciado de la arenosa y seca costa peruana, ese otro Perú que muchos no querían ver, o les causaba risa y desprecio, es el que ha hablado y no podrán callarlo. Está llegando a Lima, es el que llegó para quedarse, pero no como el habitante humillado de las serrerías que rodean a la capital peruana, ese que vota por la derecha fujimorista a cambio de unas cuantas chucherías(no se si el vocablo se usa en Perú). Están arribando el ayucuchano, el puneño y el cuzqueño que no reniegan ni se avergüenzan de sus orígenes, son gentes que no se impresionan con las huachaferías y las dobleces de los limeños. No se asusten mis «patas» de Lima, ahora viene la refundación del Perú y tendrán que aprender a convivir con ellos, aunque les pese. Déjense del cuento de los «comunismos» y las terruquerías, esos son relatos viejos. No instalen esas narrativas, como está de moda decir ahora, en estos tiempos diz que de la posdernidad.

  8. Dando una muestra de sensatez, de sentido de lo que es la realpolitik (muchos imaginaron repúblicas y principados que jamás existieron, como decía Nicolás de Maquiavelo) y hasta de lo que es el instinto de conservación, la señora Keiko Fujimori, la candidata presidencial de la ultraderecha peruana ha dicho, hace pocas horas, mientras lleva adelante sus planes para deslegitimar el triunfo electoral del profesor Pedro Castillo (y de ser posible impedir también su proclamación), que el Perú es una nación importante y decisiva en términos de la geopolítica y la geoestrategia político-militar del Pacífico sudamericano, un territorio que hay que controlar: Es así como Keiko Fujimori, a medida que se le van cayendo sus falsas denuncias de fraude ante los organismos electorales, dice que su lucha no es sólo contra Pedro Castillo y Perú Libre, sino contra la izquierda internacional y el mentado “comunismo” de los que ella, siempre tan democrática y tan generosa, quiere proteger al Perú, cueste lo que cueste.

    Es por eso que sus personeros han continuado haciendo falsas denuncias de fraude electoral, y pidiendo la anulación de actas electorales, para retrasar la proclamación del nuevo presidente y mientras tanto -por así decirlo- se preparan, de manera sigilosa, para introducir reformas constitucionales en el parlamento que controlan, pues con ellas harán imposible la tarea del nuevo gobierno, al que esperaban derribar o “bancar” como se acostumbra a decir en ese país, si es que este llega a instalarse el próximo 28 de julio. De previo, al igual que hicieron con Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala, y el mismo Alberto Fujimori, en 1990, la oligarquía llamará al profesor Pedro Castillo para imponerle su hoja de ruta, diciéndole lo que tendrá que hacer en su mandato de cinco años. Ya hemos visto como terminaron esos presidentes peruanos tan obedientes al establishment.

  9. La campaña golpista del fujimorismo y otras gentes de la ultraderecha sigue en diversos medios y programas de TV. Ahora atacan al presidente Francisco Sagasti y a la ministra de Defensa. Al igual que la también racista derecha boliviana, la del Perú es cínica, además de mentirosa y despiada. Ojo con esto compañeros(AS).

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