Estambul, 18 Jul. (DPA/EP) – El Gobierno turco ha expresado este domingo su rechazo a la decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE), que el pasado jueves dictaminó que una empresa puede prohibir llevar velo a una trabajadora para preservar una imagen de neutralidad religiosa ante su clientela.
Según el fallo del tribunal con sede en Luxemburgo, la norma interna de vestimenta puede estar justificada por la voluntad del empresario de seguir un régimen de neutralidad política, filosófica y religiosa ante sus clientes, aunque establece que no prima la mera voluntad del empresario sino que éste debe aducir una «verdadera necesidad».
En respuesta, el Ministerio de Asuntos Exteriores turco ha denunciado la medida por suponer una «evidente violación» del derecho a la libertad religiosa y porque podría alimentar la islamofobia.
El TUE ha emitido el fallo en respuesta a un litigio de dos trabajadoras alemanas con sus empleadores, una asociación benéfica y una farmacia, que les obligaron a acudir al puesto de trabajo sin signos religiosos ostensibles.
Para el tribunal europeo la clave es que la norma de vestimenta se aplique de forma general e indiferenciada entre todos los empleados, de tal forma que no constituya una discriminación. Entiende que en estos casos no se estableció una diferencia de trato entre trabajadores basada en un criterio ligado a la religión o a las convicciones, puesto que también se pidió a otros trabajadores retirar otros símbolos religiosos.
En todo caso, ha señalado que los órganos jurisdiccionales nacionales deben evaluar la verdadera necesidad del empresario y, en el marco de la conciliación de los derechos e intereses en juego, tener en cuenta el contexto propio del Estado miembro y sus disposiciones nacionales más favorables para la protección de la libertad religiosa.
Erdogan defiende a los islamistas pero entrega los uigures musulmanes refugiados en Turquía a la República Popular de China.
Es puro populismo para que no se hable de corrupción o de la inflación galopante, ahora que Turquía no puede vender petróleo robado por los yihadistas de ISIS.
Turquía controla el último bastión de los yihadistas en Siria, apoya a milicias islámicas en Libia y planea explorar petróleo en la plataforma marítima de Grecia y Chipre. Por eso ataca a la Unión Europea acusándola de islamófoba.
Resulta que los musulmanes prefieren vivir en Europa y no en la calamitosa y autoritaria Turquía. Y Europa está un poco harta de que entre los refugiados musulmanes se les cuele un terrorista islámico, como ha pasado más de una vez.