Columna poliédrica
Hay personas que se han estado quejando por la situación que estamos viviendo. Hablo de personas de todas las latitudes del mundo y en particular de aquellos que viven en el continente europeo; sin embargo, cuando uno piensa en los acontecimientos del siglo XX, especialmente, en lo vivido por abuelos o bisabuelos en territorio del viejo continente, realmente debería darnos vergüenza de quejarnos.
Una persona que nació, por ejemplo, en Alemania, Francia o Italia en el año 1900 y que haya cumplido cincuenta años en aquel tiempo, es digna de toda clase de admiración. Imaginen ustedes que, en sus primeros catorce años de vida, le habrá tocado trabajar en las fábricas a partir de los cinco años, ya que la explotación de los niños era generalizada en aquella época. El trabajo infantil era muy normal y la explotación de los trabajadores era terrible.
A los catorce años de edad le habrá correspondido enfrentar la Primera Guerra Mundial. Muchos jóvenes tuvieron que asumir la condición de soldados para ir a pelear a las trincheras, aquellos que sobrevivieron a las armas de la época, al gas mostaza y a las enfermedades, verían el fin de la guerra cuando cumplieron dieciocho años de edad. Una adolescencia vivida en esas condiciones es algo sumamente duro y marca para toda la vida a cualquier persona.
Como si aquello no fuera poco, en 1920, a esa persona nacida al inicio de siglo le tocaría enfrentar la denominada gripe española. Imaginen ustedes llegar a los veinte años de edad y después de pasar una guerra, tener que verse sometido a condicionamientos similares a los que estamos enfrentando en la actualidad; en efecto, la gripe española supuso cuarentenas, restricciones a la movilidad y grandes sacrificios para los ciudadanos europeos que pudieron sobrevivir a los acontecimientos bélicos de aquella época. ¡Tras cuernos, palos!
La década del veinte del siglo pasado supuso la denominada “Belle Époque”. Después de vivir años de mucha calamidad, vino una pequeña época de progreso y de algún disfrute para una parte de la población; no obstante, aquello no duró mucho, la depresión económica de 1929 supuso desempleo, pobreza y un deterioro generalizado del nivel de vida de la mayoría de ciudadanos a ambos lados del Atlántico. El solo hecho de quedarse sin empleo ya es una tragedia para cualquier ser humano.
Pero como si aquello no fuera suficiente, los totalitarismos iban a desarrollar todas sus prácticas represivas contra la población. El fascismo en Italia había comenzado su transitar desde 1922, el Nacionalsocialismo en Alemania vio llegar a Hitler a la Cancillería en 1933 y el Franquismo se instauró en España después de una cruenta guerra civil que había iniciado en 1936. Tener treinta y tantos años con una acumulación de hechos como los que hemos descrito, sin duda, haría renegar a la persona más optimista.
Pero si por casualidad nuestro hipotético personaje hubiera llegado a los 39 años, le iba corresponder vivir la peor guerra que ha visto la historia de la humanidad. Nuevamente tendría que enfrentar la barbarie y la peor versión de los seres humanos, cerca de cinco años en que sobrevivir era una suerte ante la mortandad cotidiana de aquellos años; en palabras sencillas, una persona que hubiese nacido en 1900 y hubiese cumplido 45 años al finalizar la Segunda Guerra Mundial, es una persona que ha tenido mucha resistencia ante la adversidad y perseverancia para vivir.
Lo que vino posteriormente podía ser tolerado después de haber sobrevivido a la primera mitad del siglo XX. La guerra fría, la crisis de los misiles nucleares en Cuba, las protestas y reivindicaciones de los años sesenta, la crisis del petróleo en los setentas, la aparición del VIH-SIDA y la caída del muro de Berlín, fueron poca cosa en relación con lo acontecido en los primeros cuarenta y cinco años del siglo pasado.
Así que quienes se quejan en la actualidad por la pandemia deberían reflexionar y ponerse en los zapatos de una persona como la que hemos mencionado. Se podría mencionar muchas personas que nacieron en 1900 en un contexto como el descrito, pero uno de los más representativos es Erich Fromm, con ascendencia judía y perteneciente a la denominada Escuela de Frankfurt, tuvo que padecer las cosas que hemos narrado en estas líneas; obviamente hubo otras personas, menos conocidas, que tuvieron una vida más complicada para sobrevivir.
Por eso cuando la gente se queja por la pandemia, realmente no tienen conciencia de lo que es padecer contextos adversos. Y no estoy hablando de lo que denominan generación de cristal, sino también de los que vinimos después de nuestros abuelos y bisabuelos; a diferencia de ellos, nosotros no solo hemos sido beneficiarios de las instituciones que ellos idearon y construyeron con base en su experiencia vida, sino que no hemos padecido ni la décima parte de lo que ellos les tocó sufrir.
¡Así que deje de quejarse y eche pa’lante! Lo anterior no significa cerrar los ojos y hacer oídos sordos ante las personas que pretenden aprovecharse de los demás y que no piensan en el bienestar colectivo. A esos hay que combatirlos y derrotarlos, aunque sea por la memoria de todas esas personas que sufrieron todo lo que nosotros no hemos sufrido.
(*) Andi Mirom es Filósofo
usted tiene razón, todavía no hemos visto nada. Lo que usted no le dice a sus lectores es que estamos en un contexto de destrucción ambiental creciente y la tierra se comienza a revelar contra esta civilización toxica…créame que el caos climático va a traer consigo otro montón de cosas detrás que van a hacer a la primera y segunda guerra mundial verse como un juego de carajillos de kinder. Esta es la otra parte que usted debería de incluir y que no dice….por supuesto que hay que echar pa’lante, no queda de otra,pero eso a negar no solo el testimonio de las profecías sino también el de las ciencias ambientales es no ser muy objetivo. Este sistema va hacia un fin tal y como se conoce, con la peculiaridad de que nunca antes habíamos tenido globalización y ahora los problemas interactuan a muchas escalas.
Cuando en la historia se había hecho un plan de vacunación global como el que vemos teniendo como mediadores a los representantes de los gangster del mundo por antonomasia (las farmacéuticas) y cuando la gente había sido tan imbécil como para meterse algo en las venas que aun no ha sido probado?
Vamos a ver si todo esto no es tan severo como usted lo pinta en el mediano plazo.
https://www.youtube.com/watch?v=w3xq4cEHT0s
«Dejalos que sientan el acido»,le decia un querido tio a mama,quien llenaba de chineos y cuidos a sus hijos. «Es bueno para su formacion que se den contra la pared,que superen obstaculos «,le decia. Y es cierto.
En nuestra querida Costa Rica si analizamos a los exitosos (economicamente) se encontrara que sus apellidos son españoles,alemanes,polacos y nicaraguenses en su mayoria.Hijos de inmigrantes que llegaron sin nada y a base de trabajo y mas trabajo forjaron riqueza.Traian esa cultura y conocimiento de que la vida es dura y no pura vida.
Por el otro lado el costarricense criollo, y lo seguimos viendo,vende la finca ,la empresa,el terreno,la herencia para llevarla al suave.Para que joderse, mas hoy con tanto impuesto y tanto tramite agobiante.Mejor ser empleado publico,asegurarse un buen sueldo y disfrutar de los beneficios y feriados.
Eso es lo que nos ha llevado por el camino facil.Por ello el viejo y sabio proverbio nos dice : «No hay mal que por bien no venga «. Esta pandemia y los efectos de la crisis fiscal cambiara la vida y pensar de muchos.
Muy claro esta sinopsis de lo que sucedió hace cien años apenas. Sin duda hemos sufrido dos años complejos, pero por lo demás es superable.
Excelente artículo. Siempre saltará un que otro conspiratonto diciendo lo mismo, ya hubieran deseado nuestros bisabuelos una vacuna. En 1919 la gente joven moría a manos llenas, caían en la calle como moscas, se calcula en 90 millones los muertos. Desde luego estamos entrando en una crisis ecológica sin precedentes, con el agravante que los megaricachos no cederán un milímetro, ya veo los miles de “cohetes” en turismo espacial llenando el espacio orbital de más y más basura.
le inventan sus amos la enfermedad con un virus salido «por accidente» y despues le venden las farmaceuticas la cura…y por un virus con una mortalidad del 0.5%. En Israel vacunan al 90% y ahora se disparan los casos. Cualquier persona medianamente normal va a sospechar que esto esta muy raro
Sr Mirom, su articulo es interesante pero crea una distorsion cognitiva en la gente al representar a un individuo hipotetico que simultaneamente vive todas las crisis con igual intensidaf y simultaneamente….desde luego que cuando usted lo describe asi suena tragico. Pero en realidad cada cabeza es un mundo y percibimos el mundo en primera persona, y como se vive una epoca depende de muchas cosas…hubo gente de ciertas regiones de rusia tan alejadas que no se dieron cuenta de la segunda guerra mundial, por citar un ejemplo. Tampoco esto afecto igual en otras latitudes….asi que en esta narrativa hay mucha tela que cortar
Los ticos somos como los hijos malcriados de unos malos padres, que toda la vida la han tenido fácil y papá gobierno les ha proveído todo; ahora que estamos en crisis económica y de salud, nos tiramos al piso a hacer berrinche porque papi gobierno no nos sigue alcahuetiando.
La mayoría de los ticos no saben ni por quién votaron para diputados, muchos ni siquiera votaron, y la gran mayoría no sabe lo que es votar por un alcalde, y a pesar de eso se quejan del gobierno, lo único que conocen de política es el montón de mentiras y medias verdades que los medios amarillistas y sesgados tradicionales publican. Por eso es que este país está mal, por la ignorancia y falta de temple de la población ante la crisis.