lunes 9, diciembre 2024
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Las mentiras de otros nos hacen más fuertes

9 de agosto, Día Internacional de los Pueblos Indígenas

 

Hace once años que nos arrastraron y desalojaron violentamente de la Asamblea Legislativa de Costa Rica, donde estábamos pidiendo que se aprobara el Proyecto de Ley de Autonomía de los Pueblos indígenas.  Después de lo cual acordamos que lo mejor era venir a recuperar nuestras tierras por la vía de hecho y por la ley que nos asegura ese DERECHO.

 

Hoy estoy en nuestra recuperación en Crun Shurín, disfrutando el paisaje, del río, después de estar sembrando ayotes y revisando muchos de los cultivos que estamos sembrando.  Estoy junto con mi hijo tomándonos un rico chocao (bebida indígena).

 

Reviso el teléfono y me encuentro un Facebook que me enviaron con un reportaje del señor Camilo Rodríguez dedicado a la señora Hilda Granados, en el que la señora hace las mismas  declaraciones de siempre, defendiendo sus posesiones ilegales dentro del territorio indígena de Térraba.

 

Recuerdo que hace años hice un programa con el señor Rodríguez para una reunión que se llevó a cabo en Costa Rica sobre Bosques Tropicales y Pueblos Indígenas, en el que expuse los graves problemas que vivimos los indígenas costarricenses y las constantes violaciones a nuestros derechos humanos individuales y colectivos.  Ese programa lo hicimos de manera similar a muchos otros en espacios de radio y de televisión, foros y actividades, en las que tanto otros compañeros y compañeras indígenas como yo, hemos participado para que el resto de la sociedad costarricense sepa cómo vivimos, porqué vivimos así y cuáles son las causas de nuestros problemas.  

 

Hemos expuesto con claridad la causa de la violencia en nuestros territorios y por dicha cada vez más personas y hasta instituciones entienden que estas son nuestras tierras con plenos e irrenunciables derechos. Por eso, como defensor de los derechos de los pueblos indígenas que ha luchado por más de 40 años, a veces se me hace difícil aceptar  que en pleno siglo XXI haya periodistas como Greivin Moya y Camilo Rodríguez que usan su poder informativo solamente para destruirnos con información totalmente parcializada y mintiendo, faltando a la verdad sin escrúpulos.  Me parece que no les falta capacidad para leer y entender lo que dice la Ley indígena, lo que dice el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y lo que dicen los documentos y sentencias de la Sala I, que deberían estudiar antes de arremeter contra nuestros pueblos originarios.   Pero parece que puede más su mala saña contra la gente indígena y su falta de profesionalismo.

 

En estos años de lucha hemos topado con muchas barreras, como hace once años que nos sacaron arrastrados de la Asamblea Legislativa.  Me han perseguido, tirado carros encima, me han dado pedradas; nos han asesinado a dos defensores del derecho indígena y hoy el periodista Rodríguez me dice “precarista” de mi propia tierra, de una tierra que está dentro de los límites reconocidos jurídicamente como territorio indígena de Térraba.  Me pregunto ¿dónde quedó la ética de estos señores para hacer periodismo? ¿Cuáles son los anteojos con los que nos están mirando? ¿A quién buscan complacer con su trabajo completamente alejado de la realidad?

 

Además, dice claramente don Camilo que el Obispo Gabriel Enrique Umaña le pidió que le ayude con esa investigación, mientras por otro lado el Obispo le contestó al Frente Nacional de Pueblos Indígenas, FRENAPI, una carta en la que dice que él no tiene ninguna participación en los conflictos de los indígenas, porque el es un siervo de Dios. Entonces no entiendo cómo el Obispo se declara “siervo de Dios” y el periodista dice que le está pidiendo ayuda a él.

 

Los pueblos indígenas seguiremos en nuestras luchas que son nuestro pleno derecho.  En un día como hoy, celebrar el Día internacional de los pueblos indígenas, sólo tiene sentido si redoblamos trabajo para volver, recuperar, sembrar y disfrutar de las tierras que nunca debieron dejar de ser nuestras.   Lo que esos periodistas y otras personas posiblemente esperan es que  claudiquemos, pero tenemos la fuerza espiritual y la memoria con toda la dignidad, para que la arrastrada de hace once años, y todas las injusticias que han seguido sucediendo a nuestros pueblos, continúen alentando con fuerza los procesos de recuperación. Esas recuperaciones son nuestra vida, la esperanza para nuestras futuras generaciones y para la existencia misma de nuestros pueblos y culturas milenarias, ahora mismo y el futuro.

 

¡LA LUCHA SIGUE Y SIGUE!

¡SERGIO VIVE Y VIVE!

 

(*) Pablo Sibar Sibar, Indígena Bröran/territorio de Térraba, Buenos Aires

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5 COMENTARIOS

  1. El problema, don Pablo Sibar, es que estos periodistas no lo son en realidad, en vez de informar desinforman porque son más bien operadores políticos de un capitalismo y un racismo destructores de la naturaleza, además de devastadores de la herencia de nuestros antepasados, más suyos que míos es cierto, aunque pienso que todos los mestizos de estas tierras tenemos una importante herencia genética y cultural de los que llegaron a estas tierras hace ya más de diez mil años. La demanda de autonomía de los pueblos originarios del actual territorio de Costa Rica es tan legítima como de las de Panamá, Colombia, México, Bolivia o Perú aunque las elites del poder en este país se empeñan en negarlo. Con aprecio y respeto hacia usted y su comunidad bröran, como hacia la memoria de Sergio Rojas Ortiz. Esta es una larga lucha, hay que perseverar…bröranes al fin, tardé toda una vida en darme cuenta que ese es el verdadero nombre de su pueblo.

  2. Muy cierto lo que expone el líder Sibar de los Terrabas, lo que pasa es que tanto Greivin Moya y Camilo Rodríguez, son periodistas sin banderas, aorive han estas coyunturas étnicas y politicas, el primero representa la oligarquía política, y el otro se autoproclama historiador social y defensor de los oprimidos, pero nada que ver son unos oportunistas, adelante mi amigo Sibar ud si es un auténtico líder con causa y visión.

  3. El atropello cometido por el Poder Legislativo hacia los pueblos originarios hace ya once años es enorme e incalificable, no si la sacrosanta prensa se dignó a decir algo en aquel entonces, con el agravante de que para la población urbana de los valles centrales es algo que no existe en sus mentes colonizadas o colonialista. Algo tan grave como para llevarlo a la Corte Internacional de La Haya, aquí los derechos humanos no valen nada al parecer. Sólo la lucha indoblegable de ustedes don Pablo es la que no ha dejado morir esta lucha, la que estoy seguro dará buenos frutos.

  4. Así de claro como lo indica el buen amigo y respetado líder Pablo (con quien hace ya bastantes años que no nos reunimos, aunque seguimos sus luchas y las de su pueblo)la celebración que ahora se hace de manera pomposa desde el gobierno, representantes de instituciones, políticos, y medios de «comunicación», no parece tener mucho sentido. A mi criterio suena más bien a burla. Los pueblos indígenas no requiere celebraciones, requieren soluciones a sus problemas y a las imposiciones «desde afuera». Requieren respeto a sus culturas y sus territorios, más que comisiones de comisiones para hacer «diagnósticos», que finalmente sellan algunos «sabios» llevando regalías, proyectitos, que para lo que sirven es para driblar las verdaderas responsabilidades.

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