jueves 28, marzo 2024
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Las cadenas de las religiones

Aclaro que soy católico y simpatizo con los pueblos semitas, árabes y judíos, en cuyos miembros he tenido amigos excelentes. La religión no deja de ser una manera de regir la conducta de una persona o grupo de personas, para la pacífica convivencia. Hasta ahí uno podría optar por los caminos del existencialismo, que proponen un respeto por los demás y libertad de conciencia. 

 

Hemos logrado mostrar en año y medio todo lo bueno y todo lo malo de la humanidad, quizá por esa razón en la naturaleza se den estos caóticos episodios cíclicamente, igual como sucede con Gaia, en busca de mejorar, igual que un organismo humano vomita lo que mal le cae, así mismo la humanidad como un todo, debe eliminar sus problemas cada cierto tiempo, para poder regresar al camino. La tierra cada cierto tiempo sufre grandes cambios, porque los necesita, necesita un renovarse. 

 

“Por lo menos no nos están lanzando bombas”, esa frase de una señora me llamó poderosamente la atención hace más de un año, claro que es una frase con un gran sentido humano, demasiado humano quizá, pero no bastaba para sortear la desgracia de La Peste*, no, porque las bombas eran nuestras veleidades: fiestas, rechazo a toda autoridad de salud y creación de teorías conspiranoicas, que han prolongado innecesariamente nuestro mal mundial. 

 

La religión ya no juega el papel que otrora tuvo, de justificar tomándose palabras de dioses para comprender lo que sucede y esperar que todo sea para mejor. El mundo de la información, buena, mala o regular, ha ido cambiando la manera de pensar de la mayoría de la gente. Al menos las religiones cristianas son básicamente hoy por hoy, solamente religiones que tratan de infundir respeto a ciertas normas para tener el cielo, pero poco se meten en el desenvolvimiento de la vida personal, por otro lado aceptan (a regañadientes) la igualdad de los dos sexos, el femenino y el masculino, cosa loable porque han dejado que la libertad prevalezca, y es que sin libertad la vida deja de tener sentido, pierde lo único que vale la pena: la libertad (personal y colectiva).

 

Hay un excelente libro del recién fallecido teólogo católico, Hans Küng, a quien el Vaticano no pudo silenciar, una mente brillante, que expone todas las grandes religiones al libre escrutinio del lector, sin emitir juicios apriorísticos. Las religiones están regresando, más no como formas coercitivas disciplinarias, sino como alternativas a encontrarse con uno mismo en el interior de la mente. Posiblemente sean necesarias, por alguna razón las buscamos, pero no para que nos esclavicen sino que nos liberen de nuestro propio y peor amo: nuestro ego materialista y pragmático.

 

Las dos grandes religiones semitas, judaísmo e Islam, están debiendo demasiado a la libertad humana, bien valioso por antonomasia, tienen un largo trecho que recorrer. No hablemos de las ideas acerca de las comidas, ni de la paz relativa de las pasiones, que estarían bien en un mundo materialista; están atrasadas en cuanto a la libertad de la mujer como ser humano y en eso han fracasado rotundamente, quedan debiendo demasiado a la búsqueda de la paz mundial. No puede haber paz mientras allá superiores (hombres con mayores derechos y menos deberes) e inferiores (mujeres con mayores deberes y menos derechos). 

 

Uno esperaba que cuando se dio el ecumenismo a partir del Vaticano II, se comenzara un verdadero diálogo Inter religioso, no obstante fue un diálogo entre sordomudos. La misma Iglesia Católica Romana ha cumplido menos de un veinte por ciento de lo escrito en los documentos de Vaticano II**

 

Que una mujer no pueda mostrar su rostro es tan disparatado como que una mujer tenga que estar años en un limbo social, mientras su marido no le otorgue el documento de libertad (divorcio sería). 

 

¿Entonces dónde quedan las diferencias, si aún ese machismo tribal los une?

 

El mundo no puede tener paz mientras no se siembre la paz en los corazones individualmente, no, porque ambas cosas, individuo y sociedad son una sola.

*Pandemia de Covid 19.

**El Concilio se convocó con los fines principales de:

  • Promover el desarrollo de la fe católica.
  • Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
  • Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de su tiempo.
  • Lograr la mejor interrelación con las demás religiones, principalmente las orientales.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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1 COMENTARIO

  1. El asunto tiene que ver con el nivel de evolución espiritual y de conciencia cósmica. La ley del karma rige en éste plano, por lo tanto todos estamos sometidos a esa ley.

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