El hecho de haberse presentado tantos candidatos de distintos partidos para estas próximas elecciones, de los cuales muchos dicen pensar igual, ha suscitado sorpresas no exentas de críticas. Algunas de ellas muy ásperas o subidas de tono.
Por tal razón creemos que estamos en tiempos, superando desidias, temores o sentimientos de impotencia, de abocarnos a una profunda reflexión que nos conduzca como ciudadanos a actuar, arremetiendo con coraje y justeza, para rescatar a Costa Rica de tantos males que le aquejan.
Decía el gran escritor portugués, José Saramago: que no se podía discutir a Dios o a la Patria pero que una sociedad y una democracia si tienen que discutirse a sí mismas.
La sociedad costarricense que durante años logró construir algo diferente, que la convirtió en emblemática y adornada de laureles, atraviesa hace ya tiempo graves problemas. Ya no se discute, y eso la viene conduciendo a una crisis de tal magnitud que hasta hace poco era inimaginable para la gran mayoría de los costarricenses.
La ausencia de esa práctica democrática, en las diferencias, convertida en atributo individual y colectivo, que facilitaba el diálogo y los acuerdos en torno a principios convicciones y valores, hoy son reemplazadas por agendas personales.
Algunos le llaman a esas conductas “ilusiones individuales de poder” sin embargo creemos qué hay que buscarles otras definiciones más aterrizadas o concretas ya que encajan más con egoísmos y mezquindades. O con mediocridades sin rumbo y cobardías?
Porque una cosa es referirse en solitario a los problemas con promesas de resolverlos, que ya sabemos en que terminan, y otra muy diferente es asumir responsabilidades y compromisos entre partes mediante diálogos y negociaciones abiertas, de cara al resto de la sociedad, evitando así que los ciudadanos y ciudadanas sigamos pensando que en el fondo lo que prevalece, en los que conforman parte de esta clase política, son los tapujos y las complicidades.
Lo cierto es que con estas conductas y actitudes el país se encuentra a la deriva, botando por la borda los pocos laureles o las grandes obras sociales que aún le quedan por proteger.
Es imperioso discutir esta sociedad y esta democracia para que ese “volver a creer” sea realidad y nos devuelva la fuerza que ha permitido esa cierta cohesión nacional, en la solidaridad y en el respeto a un proyecto social exitoso y perfectible. Antes que estalle esa bomba social, que la irresponsabilidad de la clase gobernante de los últimos años ha activado.
(*) José Luis Callaci
Sentidas palabras, cargadas de sensatez. Gracias.
«No se negocia con sinvergüenzas», esa debería ser una práctica obligatoria en el gobierno, aquí cualquier sinvergüenza obstruye para no dejar progresar al país, con el fin de proteger sus intereses personales o de su gremio aún cuando saben que lo que hacen está mal.
Pero que ocurre cuando también los sinverguenzas son Gobierno?
Don Jose Luis, algunas veces me pregunto; que esperaban los tico(a)s del Pepillo si estuvo al lado de Robert Vesco. Como decia mi Abuelo «El que no quiere caldo dos tazas». Tenga un saludable buen dia.
Esa papeleta más bien parece la de una convención interna pues ideológicamente la diferencia de la mayoría es prácticamente nula.
La primera ronda sólo será para elegir diputados y ahí es dónde debemos poner toda la atención según la provincia que nos corresponda, y dejarnos de cuentos que el presidente no es más que un títere y más lo será si siguen con la majadería del FMI.
Lo que sí debería hacer el TSE es enviar la Papeleta una vez impresa pues con toda seguridad vamos a ganar un Récord Guiness y con el dinero del premio, financiar la segunda ronda