viernes 19, abril 2024
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¡Que pase rápido esta época!

Columna Poliédrica 

La memoria de la mayoría de los costarricenses es poca o ninguna. Cuando uno escucha a diferentes personas, parece, que no tienen ninguna vergüenza porque no hay nadie que les recuerde sus múltiples torpezas cuando han estado en la toma de decisiones. Se trata de personas que se han vuelto descarados a la hora de presentarse ante el ciudadano, pero ello se debe a que somos muy desmemoriados y seguimos creyendo en los cantos de sirena de los políticos.

Los partidos políticos tradicionales y sus dirigentes piensan que todo el electorado tiene menos de cuarenta años. Hay muchos que tenemos una buena memoria para no creer en personajes ya conocidos y en otros que son de los mismos que nos han gobernado en los últimos treinta y cinco años. Se trata de más de lo mismo aunque aparezcan caras jóvenes que no vienen a aportar ninguna novedad

¿Qué puede uno esperar de José María Figueres Olsen, Lineth Saborío, Welmer Ramos, Rolando Araya, Fabricio Alvarado, Federico Malavassi, Oscar López, Rodolfo Piza o Hernández, Sergio Mena y Walter Muñoz, por mencionar algunos. Lo mismo ocurre con otros que se presentan como nuevos pero de los que ya se tiene noticia, por ejemplo, el Greivin Moya, Rodrigo Chaves, Eduardo Cruickshank,  Eliécer Feinzaig, John Vega, en fin, como se dice popularmente: no hay cara en que persignarse.

A nivel de las candidaturas a diputado la cosa es igual o peor. ¿Qué va a esperar uno de Rodrigo Arias Sánchez o de la hija de Antonio Álvarez? ¿Qué puedo esperar de Pilar Cisneros o de Otto Guevara? ¿Cómo alguien puede creer en gente que se presenta en una doble postulación, única y exclusivamente, para que la gente los conozca y los favorezca con un voto que los lleve a la Asamblea Legislativa. Es una tristeza tener que elegir entre tanta mediocridad.

¿Cómo hemos llegado a esta situación? Bueno, ha sido un proceso en que hay muchos responsables, porque no solo son los políticos; también hay que involucrar en este retroceso, a los medios de comunicación, al sistema educativo, a quienes pudiendo involucrarse le dejan el espacio a personas menos capacitadas desde el punto de vista intelectual y desde la perspectiva ética. Aquello de elegir al menos malo se convirtió en la constante y no en la excepción.

Las personas que tienen memoria ya no son objeto de interés electoral. Los reflectores están dirigidos a la población de menos de cuarenta años que, está demás decirlo, representan más del 40% del padrón electoral y no tienen conciencia de lo que fue la Costa Rica del Estado de Bienestar costarricense. Incluso en el caso que tuvieran que estudiar este período histórico, probablemente ya no se acuerdan porque lo hicieron solo para aprobar los cursos de la educación formal.

Antes había que pensar muy bien el voto porque había candidatos con un perfil muy alto. Por ejemplo, en 1962 la papeleta presidencial llevaba a Rafael Ángel Calderón Guardia por el Partido Republicano; a Francisco Orlich por el Partido Liberación Nacional; a Otilio Ulate por el Partido Unión Nacional; y a Enrique Obregón por el Partido Acción Democrática Popular. En esa elección el problema era decidir entre cuatro candidatos muy buenos y no como ahora que es todo lo contrario.

Ya sabemos que vivimos un tiempo de decadencia, pero no sabemos cuándo tocaremos fondo. Ver lo que está pasando después de vivir en una sociedad en que se lograron índices de desarrollo, en muchos casos, comparables con países europeos es motivo de una gran decepción histórica; nos han vendido ideas que lo único que han logrado una sociedad más desigual, más pobre y culturalmente más ignorante, aquí el que más ruido hace, el que más me gusta obtiene, ese es el que buscan para gobernar. Mal estamos con este tipo de criterios para designar a nuestros gobernantes.

El pesimismo de la razón es terrible. Quisiera vivir pensando en el clásico, en ir a Catar 2022, en si tal o cual persona se volvió viral; sin embargo, no puedo y entonces permanezco obstinado de ver tanta tontería y un devenir sombrío, pero hay que hacerse el tonto porque sino las personas se vuelven locas.

Francamente, ojalá que pase rápido el período electoral, que pase veloz esta época de decadencia, que pase pronto la vida. 

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

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6 COMENTARIOS

  1. Ya Jose Maria Figueres, PLN , ha dado un buen adelanto del bajisimo nivel que le estarían imprimiendo a su campaña política . Dan pena ajena. Que decepción, en lo que se gastara tanto tiempo y dinero. Sobre todo estas campañas políticas de tan poca altura , comprometen y socavan aun mas la calidad, los valores intelectuales y morales de nuestra sociedad. Politiquillos irresponsables , deseosos de poder a como de lugar.

  2. La gente buena no se mete en política, terminan difamados en el mejor de los casos, y en la cárcel en el peor; esto por la corruptela que está enquistada en todos los poderes de la República, y el montón de mentirosos y sinvergüenzas en los medios de comunicación.

  3. Hace muchos años, cuarenta quizá, que voté la única vez en mi vida y…voté por Carazo! Ninguno de lis veintisiete actuales tiene sentido, pero eso si: uno llegará. Que pase rápido esto!

  4. Don Andi, está usted en lo cierto. Quizá ese chusmamiento generalizado, que comenzó en los tempranos años setenta sea la razón. Hubo un cambio de paradigmas después de la revolución hippie, que hizo naufragar las ideas de cultura y educación. La masificación de la educación, llevó a muchas personas a subir de piso laboral, comenzaba la hojarasca nicaragüense a llegar al país, con lo cual el costarricense tenía opciones laborales mucho mejores. Tuve la oportunidad en el noventa, de ver personal de salud que tenía la opción de estudios de post grado, se preparaba la oportunidad de salarios respaldados por el número de títulos, no por el conocimiento, eso aunado al costarriqueñismo de “aquí todos somos iguales”, llevaría a este desastre: la gente votó por Figueres II , porque era hijo de Figueres I, acababa de votar por el junior, ya después fue un desastre, agravado por lo que se llama en el Club Unión: “Los hijos de Ottón”, esta fue la peor tragedia de Costa Rica, la vulgarización de la política. Hace poco escribía sobre la muerte de Fernando Coto, que era en realidad la introducción a esta debacle. Estoy terminando un artículo sobre este tópico.

  5. La gente honesta y trabajadora en Costa Rica ya no se mete en política. Le huye, le da pavor. En cambio, los acostumbrados a mamar de la teta toda una vida, sea en la administración, sea en puestos en el exterior, y algunos empre$arios con gana$$$ de $servir como los hermanito$ Aria$ y el clan Figuere$, y los pegabanderas que jalan no faltan nunca en un partido político.

  6. Estando de acuerdo con Vds. También hay que percatarse de la realidad y es que nos guste o no próximamente habrá nuevas elecciones y por añadidura nuevo Pte. gobierno. Creo es cuestión de informarse y constatar la info. Claro observando lo que nos rodea y recordando las lluvias de tiempos atrás es de suponer que los «mandamases» digamos de sobre tres décadas a esta parte, fueron fomentando un sector público con una red de clientelismo, e integrando algunos medios de comunicación y empresarios afines. Resumiendo, esto en el País fue provocando una galopante corrupción MIXTA (pública + privada) qué ha ido deteriodando al País en todas sus facetas, hasta llevarlo a la UCI donde hoy se encuentra. ¿Qué hacer? Pues por lógica ya sabemos que habría que descartar a quienes su hedor les denota.. Todo claro porque elecciones habrá y nuevo gobierno también.. Con todos los respetos les diré que el resultado de mi ecuación fue para D. Rodrigo Chávez Robles.

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