miércoles 24, abril 2024
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Ojo con «los pentecostales»

¿Recuerda usted el pánico, el terror, el horror que invadió el país hace cuatro años para las elecciones respecto de “los pentecostales” que se decía amenazaban con hacerse con el poder para dominar siniestramente al mundo?  ¿Recuerda usted que fue un pánico que se suscitó repentinamente en dos semanas y que pareció surgir como una erupción volcánica?  Fue, en realidad una hábil estrategia creada por astutos propagandistas políticos sobre todo aprovechando la olímpica ignorancia de nuestro pueblo en general sobre historia, política, actualidad y administración -ni hablar de asuntos internacionales.  No me cabe la menor duda de que el objetivo de esos estrategas era impedir a toda costa que llegara un protestante (en materia de fe religiosa) a ser Presidente de la República.  Muy bien, lo lograron. 

Ya liberados y seguros ¿qué tenemos hoy, casi cuatro años más tarde?  Un desmadre nacional en el que perdemos progresivamente valores morales y monetarios, una muy inhumana distribución de la riqueza, corrupción y perversión en demasiados niveles y sitios, una distancia enorme entre el salario máximo y el mínimo en el sector público, un abismo entre la calidad de vida de los pudientes y la de los demás, aumento en homicidios, más guerras y ejecuciones entre bandas criminales disputándose territorios, inenarrables actos como los del caso Cochinilla, de la operación Diamante, de las pruebas Faro, de la operación Amandita y del texto este que ya todos conocemos de un personaje de la novela cubana El Rey de la Habana propuesto como un elemento en la formación de menores pero siendo nada menos que no apto para menores… 

¿Y qué? ¿Todo esto lo hicieron “los pentecostales”?  No ¿verdad?  Entonces ¿quiénes son los malhechores? ¿Quién es el enemigo?

Dicho sea de paso, cuanto más desmadrado el desmadre mayor gozo para el crimen organizado y el narcotráfico, por supuesto.  Esos sí son expertos oportunistas que han sabido aprovechar, mantener y acondicionar hasta con pistas de aterrizaje y atracaderos marítimos este conveniente pasillo entre norte y sur en el Istmo no solo para el tráfico de las sustancias prohibidas sino para su almacenamiento, venta y consumo.

Un factor determinante es que el ciudadano común, la ciudadanía de la llanura no tiene representatividad política.  Sigue preservando una peculiar  concepción de democracia en la que no somos los ciudadanos quienes sugerimos, escogemos y proponemos a quienes se supone sean nuestros representantes en la Asamblea Legislativa porque son de nuestros barrios y distritos y son nuestros líderes locales, sino que nos los escogen los candidatos a presidente y nos los imponen en una papeleta precocida;  ni nos conocen ni los conocemos tampoco;  son amigos y personas de confianza del candidato pero nada de nosotros.  Qué puede hacer “el pueblo”?  ¡Nada!  Tal vez solo hablar, porque cualquier otra cosa demanda gasto de dinero que es lo que brilla por su ausencia en los bolsillos de “el pueblo”.  

No se sabe identificar al enemigo.  Tenemos que tener esto claro.  Pero menos se puede si se tiene que escoger, nadie sabe cómo, de entre el frondoso, fragante y multicolor ramo de decenas de candidatos a Presidente que se nos ofrece para las venideras elecciones.  Claro, “p’a que no le falte” cual si obedeciéndose a esa generosidad idiosincrática nacional que habrá de provenir de otra institución históricamente tradicional que se cree, ella misma, la fábrica de la sabiduría, el criterio, las pasiones y el análisis:  la “mesa de tragos”. 

Encima de que la mentira y el robo están bien entronizados en centenares de formas en nuestra cultura nacional y por lo tanto se han ido haciendo más y más “morales”, al no saber la gran masa cómo identificar al enemigo es fácil presa de la propaganda, de las noticias falsas y no investiga ni estudia la situación, no lee, no está al tanto y en definitiva en lo que eso culmina es en una general indiferencia;  en un aislamiento de la ideología, de la política, de la realidad administrativa.  (Culpa también -mi opinión- del “telefonito”). 

Lo que sí se hace aquí muy bien es buscar chivos expiatorios, que es simplemente encontrar culpables de rango inferior con lo que quedan libres de polvo y paja los cerebros y jefes de una operación;  entonces se castiga ojalá con cárcel a un montón de chivos expiatorios y ya, todo el mundo contento y listo para las próximas fiestas. 

Yo espero que los estrategas de turno no nos vengan de nuevo esta vez con el mismo cuento de “los pentecostales” o algo parecido porque estoy totalmente seguro de que al menos en la actualidad y en el futuro inmediato quienes dirigen el lavado de cerebro de los electores no permitirán que algún “original” que fuese protestante, judío, musulmán, hindú o -Dios libre- un ateo (a pesar de aquello de “libertad de culto”) llegase a ocupar la silla presidencial y algo tendrán que inventarse para asegurarse de ello;  pónganle la firma.  Y, por cierto ¿saben por qué no estoy yo en la papeleta?  Sencillamente porque no me dio la gana, porque no me “lancé”. 

(*) Orlando García Valverde, Traductor-Intérprete Oficial

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7 COMENTARIOS

  1. Claro que tenemos que seguir atentos para que no nos lleguen a la presidencia de la república , estos evangélicos pentecostales . Digase sobre todo Fabricio Alvarado y su corte .

  2. La gente capaz y honesta no se mete en política, entre los medios y la oposición se encargan de arruinarle la reputación con mentiras, si es que le va bien, y en el peor de los casos, termina en la cárcel o muerto(a).
    Sólo las ratas sinvergüenzas se meten en política en el ambiente político actual, estos buscando un beneficio propio y de su gremio, y seguirá siendo así hasta que empecemos a tener pensamiento crítico, no nos creamos las mentiras de los medios, pensemos en el bien colectivo, y respetemos a todos a la hora de votar.

  3. Con mucho menos palabras se pudo expresar mucho más.. Aún así, no me convence su expresión de que quienes no queremos que alguien con pensamiento medieval nos gobierne es porque somos manipulados. Nada, absolutamente nada, garantiza que si la mafia pentecostal hubiera ganado hoy estaríamos mejor.

  4. No deben gobernar a este país sectas religiosas RN NR , títeres del globalismo PLN,PUSC PAC ni partidos comunistas. si enterramos esos partidos salvamos Costa Rica

  5. Marcus Lamb, millonario telepredicador pentecostal, que predicó en contra de la vacunación, murió ayer de COVID-19. La familia trató de atenuar la causa de su muerte, argumentando que Marcus Lamb era diabético, en lugar de reconocer que fue el COVID. Otra víctima más de la superstición y el dogmatismo

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