jueves 25, abril 2024
spot_img

¿Quo vadis Domine?

De cal y de arena

¿Hacia dónde llevan los candidatos a la Presidencia de la República a esa sociedad a la que pretenden gobernar? La pregunta formalmente vale para todos, aunque en buen romance cabe limitarla a aquel pequeño grupo que sostenidamente viene dando evidencias de ser parte del pelotón de cabecera.

A ellos, a esos cuatro que hacen parte de la punta desde hace rat0 y que con tropiezos y sorpresas, buenas y malas, dan evidencias de un sostenido respaldo de un núcleo duro, hay que preguntarles hacia dónde marchan sus apremiantes diligencias. Y si se admite la licencia, valga también la interrogante para aquellos otros que persiguen de cerca al pelotón de punta, asidos  a la esperanza de un giro sorpresivo del segmento de electores que están afuera de los núcleos partidistas de tradición y raigambre y que –con sinceridad o con maña- se confiesan esos electores  como indecisos aún ante las encuestadoras.

A todos ellos vale preguntarles ¿quo vadis domine?. Porque Figueres, Saborío, Alvarado y Villalta están en la carrera asidos a sendas propuestas programáticas diseñadas a su gusto y convicción para enfrentar una crisis social, económica y financiera sin precedentes en la historia. En lo que a Figueres y a Saborío respecta, propuestas de grueso calado y pertinencia en punto a los retos de unas finanzas públicas y una economía que hacen aguas,  seguramente  obra de sus equipos de campaña en los que hay gente de colmillo agudo y tacón fuerte. Sobresale la visión de Figueres, omnicomprensiva, de añosa experiencia y sin duda fruto de mucho kilometraje aquí en el país y afuera. Y lo de doña Lineth, por lo que le aporta el cuadro de sus economistas asesores, visto que es lo de ella un enfoque marcadamente de aliento economicista.

La plataforma de Eliécer Feinzag rebosa de pertinencia y lleva el sello de un receta acertadamente orientada a corregir un cúmulo de males que cual tumoración cancerígena, deben erradicarse sin más dilación.  Pero ni él ni Rodrigo Chaves –que también levanta su bandera con un claro enfoque de acciones identificadas con la corrección de muchos errores en un añosa gestión del gobierno de Costa Rica plagada de metidas de pata- han logrado “montarse” en el pelotón de cabecera. Es evidente el esfuerzo descomunal con que están tratando de encontrar un golpe de carambola en estas cuatro semanas de enero que les permita posicionarse con ventaja de cara a la votación del 6 de febrero.

A todos ellos resulta pertinente preguntarles ¿quo vadis domine?.  Porque ninguno -repito- ninguno le ha explicado al electorado nacional de qué manera va a implementar su respectiva plataforma de planes de gobierno, visto que sea quien sea el que salga victorioso en la carrera presidencial tiene que resolver el importantísimo y cuantioso problema político que se asentará en la Asamblea

Legislativa una vez definida la cantidad de partidos con representación parlamentaria y la cantidad de curules que a ellos les va a asignar el electorado.

Ahí, en ese momento y en esa  circunstancia, quedará demostrado que más allá de lo que hoy por hoy estén proponiendo los candidatos presidenciales, lo que está en juego lleva la marca indeleble de un problema político. Quiero decir que lo que los tecnócratas, lo que los economistas, lo que los financistas les hayan hecho y propuesto, finalmente queda supeditado, condicionado, matizado por la viabilidad política que los finalistas y en última instancia el nuevo mandatario, logren imprimirle a su plan de gobierno por la gracia de las negociaciones con un Congreso que estará muy lejos de quedar repartido en tres o cuatro bancadas.

La conformación de las papeletas para diputado acusa un imperdonable renunciamiento de las reglas de calidad y prestigio, una frialdad suicida a la hora de juzgar méritos entre los escogidos. La presión de los cacicazgos cantonales pudo más que la pertinencia de la lógica política y los méritos personales, de donde resultaron papeletas ayunas de líderes, de figuras de prestigio y de afinidad y cercanía hacia el candidato. Una falencia que va a dejarse sentir en la marcha del próximo Congreso de la República. En particular, a la hora de construir los entendimientos plurales requeridos para emprender el saneamiento de unos maltrechos equilibrios sociales acompañados de la quiebra de la economía y las finanzas. En Figueres, despojado de la pertinente capacidad para designar un grupo de candidatos afines y confiables, ¿quién, además de Rodrigo Arias, puede don José María exhibir con un reconocido grado de liderazgo, muy necesario y conveniente en la marcha del Congreso? Por ahí discurre también la soledad de la señora Saborío. Y de Feinzag, ni se diga más de la paupérrima experticia política en sus filas.

Veremos cómo salen, finalmente, los números de la votación para congresistas este 6 de febrero y cómo –quienes pasen a la segunda ronda, un hecho que parece inevitable- ajustan sus posiciones de cara a la enmienda de la grave crisis nacional. No vaya a ser que –como lo repiten los textos bíblicos- la respuesta de Cristo a Pedro a la pregunta de ¿quo vadis domine? fue: “Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo”.

(*) Álvaro Madrigal es Abogado y Periodista

Noticias de Interés

2 COMENTARIOS

  1. Hacia el abismo neoliberal, desde luego, pero sin libre mercado ni libre competencia…en una novísima versión del mercantilismo de los tiempos coloniales.

  2. La Asamblea fraccionada y de intereses mezquinos va a seguir siendo el gran obstáculo en el camino para cualquiera que quiera gobernar.
    La Asamblea Legislativa se convirtió en un antro lleno de incompetentes que se dedican ha hacer politiquería barata y defender intereses partidarios, ahí se dejó de trabajar por el país hace mucho tiempo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias