Ahora resulta que están llamando a ir a votar aunque uno esté contagiado. Ese discurso se lo he escuchado a funcionarios del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), a políticos de diverso tipo y por supuesto, como no podría ser de otra forma, a varios directores de noticieros y programas de medios de comunicación. La desesperación por lograr una elección que otorgue alguna legitimidad al poder político es evidente y manifiesta, no importa si tienen que justificar un discurso contrario a todo lo que han venido diciendo durante la pandemia.
El gobierno, por su parte, también se ha hecho eco de este discurso. La ineptitud de la mayoría de sus funcionarios da vergüenza ajena, probablemente, ya no les importa nada y están dispuestos a terminar su desgobierno defendiendo los intereses de los grupos económicos que les ordenan lo que deben hacer; digámoslo de manera sencilla, usualmente a estas alturas de cualquier período de gobierno los tomadores de decisiones ya no mandan, sin embargo, en esta ocasión esa ha sido la tónica desde que inició de la administración.
El discurso durante toda la pandemia ha sido que por el bienestar de los demás, las personas deben estar aisladas para evitar contagiar a otras personas. Con base en ese tipo de ideas, no solo han obligado a las personas a vacunarse sino que también han sometido a la población a una serie de restricciones de la más diversa índole; empero, ahora que está de por medio la legitimación del poder, se cambia el discurso y se plantea que no se le puede impedir a una persona acudir a las urnas aunque esté contagiado con el COVID-19.
Obviamente están preocupados porque la variante Ómicron ha venido a complicar más las cosas. No hay que ser de esos “especialistas” que entrevistan en los noticieros para darse cuenta que para el día de la elección, los contagios tendrán un aumento exponencial y si fueran coherentes, deberían indicarle a la gente que si está contagiado no deben ir a votar porque eso perjudica a los votantes no contagiados, a los miembros de mesa y a los propios funcionarios del TSE, salvo que por alguna norma jurídica mágica ahora digan que eso no es así.
La interpretación de que a la persona contagiada no se le puede impedir que vaya y ejerza el voto se las trae. Está claro que es una interpretación del más rancio positivismo normativista con el propósito de legitimar una elección que, a todas luces, tendrá un gran abstencionismo y no necesariamente debido a la pandemia; en efecto, la desmotivación del electorado por la política y por los políticos viene desde hace rato, pero los partidos políticos y los candidatos actuales, no invitan a una mayor participación sino a todo lo contrario, si a eso le sumamos la pandemia es probable que el abstencionismo se incremente.
El ir a votar no debería estar por encima de la salud de los ciudadanos. Como suele suceder, se trata de valoraciones en que se establecen jerarquías y en este caso, se está poniendo por encima la necesidad de legitimidad del poder político frente a la salud de la población costarricense; lo anterior, aunque se acuda a la falacia de autoridad constitucional (como no podía ser de otra manera), tanto por los funcionarios del TSE, como por otros actores políticos de la más diversa ralea.
Se trata de un argumento similar al de que plantea que una persona no puede pedir cuentas a los políticos sino acude a votar. El derecho a pedir cuentas a los funcionarios públicos y en particular a los políticos, no depende de si una persona acude o no a votar; ese argumento es una falacia, un argumento retórico para desautorizar a una persona desde una perspectiva política, sin embargo, jurídicamente todo ciudadano tiene el derecho y está facultado para exigir al político electo lo que el propio ordenamiento jurídico establece.
En síntesis, con base en el discurso que se ha tenido durante toda la pandemia para obligar a la gente a vacunarse, lo coherente es decirle a las personas que no vayan a votar si están contagiados, porque ello atenta contra la salud de los miembros de la comunidad y en ese tanto, las juntas receptoras no deberían permitir que un votante contagiado emita su voto.
(*) Andi Mirom es Filósofo
andimirom@gmail.com
columnapoliedrica.blogspot.com
Dicen los que saben de epidemias que el Omicron nos afectara a todos tarde o temprano,y su mejor combate son los propios anticuerpos.Eso si , mejor estar vacunado.
Hay quienes hablan de una vision economicista cuando se trata de aperturas y restricciones de negocios y centros educativos.Este mes seran elecciones,sumamente importantes para el pais.El mundo entero esta con Omicron.Que hacemos ? Nos echamos a morir o seguimos con nuestras vidas ? Recordar que es solo una minoria la que trabaja en el estado y tiene su sueldo e ingreso aasegurado.Pensar en los demas no cae mal.
Don Andi, esta «pandemia» se politizo hace mucho tiempo, ya no se toman desiciones basadas en hechos científicos, se toman con argumentos políticos y económicos, es un absurdo, por eso ya todo el mundo hace lo que le da la gana, las autoridades perdieron credibilidad ante el pueblo, no sin razón.
Totalmente de acuerdo con lo que expone el señor Mirom. Es una vergüenza escuchar a los señores del TSE, un fulano de apellido Román y otros, a Ignacio Santos y su cómplice Armando González, así como otros de poca monta, hablar de ir a votar aunque uno esté contagiado. Esta gente piensa que toda la audiencia a la que llegan sus programas es estúpida.
¿Qué es más necesario: votar estando enfermo de enfermedad muy contagiosa, o proteger la salud y transmisión de la enfermedad a los demás?
¿Qué es más importante para un enfermo: ir a votar, o permanecer en reposo en su casa y prevenir contagios a la población?
¿Qué es más valioso para la población: que los enfermos vayan a votar, o que guarden reposo y eviten contagiar a la población?
Por el grado de cultura general y sanitaria de nuestra población, confío en que la gran mayoría de enfermos de covid-19 guardará reposo en sus casas y evitará contagiar a los demás.
Cuando se dijo que los que estuviesen contagiados con covid – 19 , el dia de las elecciones , no deberían salir a votar, muchos pegaron el grito al cielo aduciendo que se estaba violentando su.libertad y su derecho al voto , por parte del TSE. Luego que se dice que por el TSE , que las personas aunque estén contagiadas , si pueden salir a votar, si así lo desean , entonces también aparecen las criticas. O sea como quien que difícil quedar bien . En todo caso ya son cientos los que estando contagiados , salen a la calle y no guardan cuarentena, en este otros países. Si uno sabe que tiene covid , ese día de las elecciones , lo lógico es que no salga a votar , ni a ningún otro evento . Que se quede en casa . Además nadie lo esta obligando a salir a votar .
Cuando uno está convencido de estar en una cruzada, que el final de los tiempos se aproxima y que estoy entre los 144.000 elegidos, ¿usted cree que me importan los pecadores? ¡No estorbe! ¡No manches, güey!