Acuerdo tomado por el Consejo Universitario, en sesión 2891-2022, Art. II, celebrada el 20 de enero del 2022.
Por el significativo legado en pro de la conservación de la naturaleza en beneficio de la humanidad, por ser promotor de la creación y el mantenimiento de los diferentes tipos de áreas naturales protegidas, tanto en Costa Rica como en otros lugares del mundo
Semblanza de Mario Andrés Boza Loría
Mario A. Boza Loría (1942-2021): una vida dedicada a la conservación de la naturaleza
Mario A. Boza Loría (1942-2021): una vida dedicada a la protección de las áreas naturales y la educación ambiental
Mario A. Boza Loría (1942-2021): creador de la primera entidad estatal dedicada a los parques nacionales y la vida silvestre, y promotor pionero de la Educación Ambiental en Costa Rica
Mario A. Boza Loría (1942-2021): impulsor infatigable de la creación de áreas protegidas naturales en Costa Rica y el mundo, así como promotor pionero de la Educación Ambiental
“Todas las personas que en Costa Rica disfrutamos hoy de un ambiente más sano, debemos un gran agradecimiento a la generación que propulsó ese cambio hacia una Costa Rica verde, una generación de la que don Mario fue pieza fundamental.”
Centro Científico Tropical, 2021. Los Cusingos. |
Don Mario hace su aparición en este mundo en un ambiente urbano, el domingo 15 de marzo de 1942 en la ciudad capital de Costa Rica, como hijo único de sus progenitores Mario Boza Mora y Flora Loría Céspedes. Contrajo matrimonio en San José, con Marta Eugenia Arce Arce el 24 de enero de 1969, con la cual procrearon a sus hijos Andrés e Irene.
Realizó sus estudios primarios en la Escuela Juan Rafael Mora (1949-1954), y los secundarios en el Liceo de Costa Rica (1955-1959). Posteriormente ingresó a la Facultad de Agronomía de la Universidad de Costa Rica (1960), donde concluyó sus estudios como Ingeniero Agrónomo con la presentación de la tesis “Estudio sobre la viabilidad de seis especies forestales del bosque tropical húmedo” en 1966. Entre 1965 y 1966 fue asistente de Entomología en el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa). En los años 1966 y 1967 ocupó la Jefatura de la Sección de Agrometeorología del Servicio Meteorológico Nacional, a cargo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
En 1967 don Mario inició sus estudios de posgrado en Dasonomía en el Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas (IICA, hoy Catie) de la Organización de Estados Americanos (OEA), logrando alcanzar el título de Magister Scientiae en 1969, después de haber presentado su trabajo de tesis intitulado “Plan de manejo y desarrollo para el Parque Nacional Volcán Poás, Costa Rica”, en noviembre de 1968. Aquí conoce a sus profesores Kenton R. Miller y Gerardo Budowski, a quienes no duda en reconocer como a “… los grandes promotores de los parques nacionales de Costa Rica y mentores y amigos de los que tuvimos el privilegio de ser sus alumnos.” (Boza, 2015)
En 1968 tuvo la oportunidad de hacer un curso corto en la Administración de Parques Nacionales y Reservas Equivalentes en la Universidad de Michigan (EE.UU.), y luego, en 1970, por medio de la Agencia Internacional para el Desarrollo de los EE.UU. (AID) regresó a los EE.UU. donde adquirió conocimientos sobre gestión en la supervisión de parques; además, participó en un curso de Introducción a las operaciones de parques, dictado por el Servicio de Parques Nacionales en ese país. En su visita a los EE.UU. en 1968, en un tour guiado por su profesor Kenton R. Miller, don Mario visitó el Parque Nacional Great Smoky Mountains, el cual le causó una gran impresión y motivación para regresar al país con la idea de iniciar la creación de un servicio de parques nacionales (Cahn, 1984; Lawrence, 1999). En ese entonces Boza contaba con apenas 26 años.
Entre 1969 y 1970 don Mario se desempeñó como Agrónomo en la Oficina de Planeamiento y Coordinación del MAG, para luego pasar a ocupar el puesto de primer Jefe del Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre, a cargo del MAG entre 1970 y 1973, desde donde publica sus primeros escritos sobre temas ambientales y parques nacionales: “La contaminación de los mares amenaza a la humanidad” (1972a), “Importancia de los parques nacionales en la prevención de la contaminación ambiental” (1972b), “Algunos aspectos a considerar en la operación de un Servicio de Parques Nacionales” (1973a), “Los problemas más comunes para establecer parques nacionales en un país en desarrollo” (1973b), y “Costa Rica: A case study of strategy in the setting up of national parks in a developing country” (1974, presentado en 1972).
El mayor logro de don Mario en estos años fue poder cogestar, impulsar, establecer y dirigir con acierto el Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre, desde donde planteó y desarrolló una estrategia acorde a las limitaciones y condiciones de nuestro país en ese entonces (Boza, 1974). A partir de aquí, se inicia su exitosa labor como promotor pionero e impulsor de la creación de las áreas naturales protegidas del país, al lado y con el acompañamiento de su amigo y “compinche” don Álvaro Ugalde Víquez (Boza, 2015; Cahn, 1984; Ugalde, 2016). Para ello contaron con el apadrinamiento y apoyo político de los presidentes del país en ese entonces (José Figueres Ferrer y Daniel Oduber Quirós), y muy especialmente con el de las primeras damas de la República, Marjorie Elliott Sypher y Karen Olsen Beck, consideradas por muchos como las madrinas de los parques nacionales, a quienes aún no se les ha dado el debido reconocimiento (Cahn, 1984). Al respecto, don Mario destaca a doña Karen como “El Hada Madrina de los Parques Nacional de Costa Rica” (Boza, 2015).
Gracias a lo anterior, así como así como a los esfuerzos posteriores de don Mario y don Álvaro Ugalde, finalmente se empezaron a cristalizar y formalizar las propuestas y esfuerzos concretos dirigidos en este sentido desde la primera parte del siglo XX, como las de don José María Orozco Casorla, quién en 1938 propuso establecer “a) Reservas forestales … en lugares señalados por la importancia de su flora”, así como la creación de “b) Un Parque Nacional. El primero de los que ha de reclamar el adelanto del país, … en el monte del volcán Poás …”, y de “c) El Servicio Forestal de la República.” (Orozco, 1938; Pacheco, 2010); la de William R. Barbour en 1943, quien sugirió la creación de un parque nacional para proteger al menos una parte del bosque de robles existente a los lados de la Carretera Interamericana (Barbour, 1943); así como las de muchas otras personas y organizaciones que les antecedieron también con planteamientos similares en sus esfuerzos por la conservación de la naturaleza en nuestro país (Boza, 2015; Fournier, 1991).
Antes de 1970, el Centro Científico Tropical recomendó también la creación de varios parques nacionales en su informe “Investigación preliminar de la zona norte de las provincias de Alajuela y Heredia” (CCT, 1968). Sin embargo, hasta este momento los únicos parques nacionales creados “formalmente en el papel” fueron el fallido Parque Nacional Los Robledales en 1945 (eliminado en 1973); y las áreas de dos kilómetros alrededor de los cráteres de los volcanes del país, y un sitio delimitado en la zona atlántica “con destino a Parque Nacional”, mencionados en la ley de creación del Instituto de Turismo (ICT), donde se indicó también que: “El Estado, por medio del Instituto Geográfico Nacional, procurará, dentro del plazo más breve posible, localizar las zonas del territorio nacional que de acuerdo con el artículo 5º, inciso f) de esta ley, habrán de declararse Parques Nacionales.” (Ley 1917, Ley Orgánica del ICT). Además, en 1963 se estableció la Reserva Natural Absoluta Cabo Blanco mediante un decreto (Costa Rica, 1963).
Don Mario ingresa al claustro académico de la Universidad Nacional. Aquí se desempeñó como fundador, profesor de Conservación Ambiental y director de la Escuela de Ciencias Ambientales (1974-1976). Además, en 1977 fue profesor de Administración y Ordenación de Áreas Silvestres en la Escuela de Biología de la Universidad de Costa Rica.
Entre 1977 y 1979 fue asesor del recién creado Servicio de Parques Nacionales del MAG (Costa Rica, 1977).
En 1977 la Universidad Estatal a Distancia (UNED) designa a don Mario como miembro observador de la Comisión Organizadora de la Universidad Estatal a Distancia (UNED). Ese mismo año se le asignó la jefatura del Programa de Educación Ambiental (PEA, hoy Centro de Educación Ambiental), después de presentar ante la Junta Universitaria de la UNED su proyecto de un “Programa de investigación y educación ambientales” (Boza, 1977a), así como la propuesta de “Actividades en el campo de la Extensión Ambiental” (Boza, 1977b). En la primera de estas publicaciones don Mario hace ver que en ese momento:
“…, la educación ambiental prácticamente no existe. Aparte de unas cuantas charlas y algunos artículos en la prensa, por conservacionistas o profesionales interesados, no existe ningún programa oficial, ni de agencias gubernamentales ni de universidades, sobre este tema.
Es evidente que se trata de un «NICHO VACÍO» que podría ser llevado por la UNED cumpliendo así con la doble función de desarrollar un programa de especial importancia para el país y de gran prestigio ante la opinión pública en general.” (mayúsculas son del original).
Años más tarde, Camacho et al. (2001), reconocen que con el nacimiento del PEA en la UNED se:
“… marca un hito histórico novedoso en el desarrollo de este campo en el país, pues hasta entonces solo existían algunas actividades aisladas, ejecutadas por parte de otras instituciones y organizaciones.
Si bien ya en el ámbito mundial se había dado la voz de alarma de la agresión contra la biosfera y de la necesidad de desarrollar la educación ambiental (Estocolmo, 1972; Belgrado, 1975; Tbilisi, 1977; entre otras reuniones y foros internacionales), en el país existían pocos entes que tenían claro este panorama y que eran conscientes de su responsabilidad al respecto.
Entonces, por primera vez en Costa Rica, una institución de educación superior dedica un espacio bien definido, con asignación de presupuesto y personal seleccionado, a la proyección de un mensaje y a un accionar de esta índole, marcando la pauta en la historia universitaria costarricense.”
Durante su gestión al frente del PEA (1977-1987), don Mario logró que la UNED fuera reconocida nacional e internacionalmente por varios organismos gubernamentales y no gubernamentales, debido a su labor y valiosos aportes en el área ambiental, por medio de cursos, seminarios y talleres dirigidos a diferentes grupos meta; así como a la labor de producción de materiales didácticos de diverso tipo, entre los que destacan la Revista de Educación Ambiental Biocenosis, la Serie de Educación Ambiental Infantil Mapachín, así como las realizaciones de audios y vídeos, diaporamas, libros, afiches didácticos, artículos para revistas, memorias de diversas actividades (v.gr. cursos, seminarios, talleres y congresos), guías y otros. De igual manera hay que destacar que bajo su jefatura se creó el Centro de Información sobre el Medio Ambiente (CIMA, posteriormente Centro de Información y Documentación Ambientales (Anónimo, 1979; Camacho et al., 2001).
Sin duda, el éxito del trabajo realizado por el PEA en sus primeros 10 años de existencia se debió al asertivo liderazgo y visión ejercidos por don Mario, así como a su gran habilidad para establecer contactos nacionales e internacionales para conseguir los recursos humanos y económicos necesarios que hicieron posible el funcionamiento del PEA (v.gr. Fundación de Parques Nacionales de Costa Rica, Cuerpo de Paz de los EE.UU., y las organizaciones internacionales de conservación RARE, World Wildlife Fund, Fundación Tinker, Organización de Estudios Tropicales (OET), Servicio de Parques Nacionales, y el Centro de Mejoramiento de la Enseñanza de las Ciencias del Ministerio de Educación Pública).
En el campo de la educación ambiental hay que dar mérito también a sus valiosos aportes como cofundador y miembro de la desaparecida Fundación de Educación Ambiental, de la cual fue su vicepresidente entre 1985 y 1990. De acuerdo con Boza (2015): “Esta Fundación, que funcionó hasta el año 2011 y formó parte de la Comisión Nacional de Educación Ambiental, trabajó en muy estrecho contacto con el Programa de Educación Ambiental de la UNED, el Programa de Educación Ambiental del MEP y el SPN, en actividades relacionadas con capacitación de educadores (mediante talleres y otras actividades), celebraciones de efemérides relacionadas con los recursos naturales, recaudación nacional e internacional de fondos y publicación de materiales educativos, incluyendo el Plan Maestro de Educación Ambiental.”
Otro aporte importante por parte de don Mario fue cogestionar la creación de la Fundación de Parques Nacionales en 1979, como “… la única fundación pública que existe en el país, … dedicada enteramente a la búsqueda nacional e internacional de fondos para ayudar en el manejo, consolidación y desarrollo de las áreas silvestres protegidas del país, incluyendo compra de tierras y manejo de canjes de deuda por naturaleza.” (Boza, 2015). Igualmente relevante fue la participación de don Mario en la cocreación de la Fundación Neotrópica en 1985, la cual “… nace con el objetivo de aportar soluciones para que las personas ubicadas en las cercanías de las ASP [Áreas Silvestres Protegidas], pudieran obtener beneficios directos de las mismas.” (Costa Rica, 2017).
Además de los ya citados, don Mario se desempeñó en múltiples puestos, entre los que destacan los siguientes: Presidente y cofundador de la Fundación de Parques Nacionales (1979-1987), Vicepresidente de la Fundación de Educación Ambiental (1985-1990), primer Director General de la Fundación de Parques Nacionales y de la Fundación Neotrópica (1987-1990), Viceministro de Recursos Naturales, Energía y Minas (hoy Minae, 1990-1993), coordinador del Corredor Biológico Mesoamericano, Proyecto Paseo Pantera (1994-1995), miembro de la Junta Directiva The Wildlands Project (1994-1997), Coordinador Técnico del Corredor Biológico Centroamericano, Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (1995-1997), Coordinador Técnico del Programa Corredor Biológico Mesoamericano, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (1996), Director de la Oficina de Desarrollo del Ministerio del Ambiente y Energía (1998-2001), Coordinador del Programa Corredor Ecológico de las Américas, Wildlife Conservation Society, (2000-2003), Asesor Técnico del Proyecto Removiendo Barreras para la Sostenibilidad del Sistema de Áreas Protegidas de Costa Rica, Minae-GEF-PNUD (2005-2006), Asesor Técnico en Parques Nacionales de la Asociación ProParques (2006-2008).
Su regreso al ámbito académico lo hizo en el 2012, en calidad de Asesor Académico del Instituto Internacional en Conservación y Manejo de Vida Silvestre (Icomvis) de la Universidad Nacional, donde también fue profesor en el Diplomado en Administración y Manejo de Áreas Protegidas para Guardaparques de los módulos “Manejo de áreas protegidas”, “Educación ambiental”, y “Turismo”, del 2015 al 2017 (Carrillo, 2021). De acuerdo con Eduardo Carrillo (2021), el trabajo de don Mario “… fue fundamental en la implementación del diplomado por las primeras tres generaciones”. La motivación de don Mario en este caso fue el gran aprecio, respeto y consideración que siempre tuvo con los guardaparques, a quienes en la introducción de su último libro, no dudó en caracterizarlos como: “… los verdaderos héroes de la conservación de la naturaleza de nuestro país, por su mística, su dedicación, su sacrificio y su trabajo infatigable. Ellos ponen sus vidas en peligro todos los días, mientras se encuentran patrullando o apagando un incendio forestal, para cumplir con el noble deber de proteger la herencia natural y cultural de Costa Rica. Por esta razón, este libro lo he escrito para ellos y lo he dedicado a aquellos guardaparques y conservacionistas que ya no están con nosotros”. (Boza, 2015).
El legado escrito de don Mario superó el medio centenar de publicaciones. Entre ellas se destacan aquí las siguientes cinco: “Los parques nacionales de Costa Rica” (1978, y varias ediciones posteriores), “El sistema de parques nacionales de Costa Rica: una década de desarrollo” (1980), “Guía de los parques nacionales de Costa Rica” (1984), “Parques Nacionales y otras áreas protegidas; Costa Rica” (1998, con J.H. Cevo), y su penúltima publicación “Historia de la conservación de la naturaleza en Costa Rica, 1754-2012” (2015), una obra monumental con casi un millar de páginas.
Su primer libro colocó a Costa Rica en el mapa mundial del turismo y los amantes de la naturaleza, al dar a conocer las bellezas naturales de nuestros parques nacionales, promoviendo de esta manera el ecoturismo o Turismo de la Naturaleza, así como el del turismo científico, tanto a nivel nacional como internacional. Hay que recordar que el turismo naturalista es una de las principales actividades generadoras de divisas y empleos para el país. Entre las publicaciones de don Mario relacionadas con este tema están las siguientes: “Fomento del turismo científico en Costa Rica” (1980), y “El turismo naturalista: poco que invertir, mucho que ganar” (1993). Adicionalmente, don Mario participó en varios talleres, congresos y reuniones similares relacionadas con el tema del turismo. Por su labor en este campo fue galardonado con el “Premio Promotor Nacional Expotur 2005”, otorgado por la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo; así como con el de “Reconocimiento Especial”, concedido por la Cámara Nacional de Ecoturismo y Turismo Sostenible, con ocasión de la “V Conferencia Internacional de Turismo Sostenible: Planeta, Personas, Paz”, San José, Costa Rica, 25 de septiembre del 2015.
De acuerdo con Michael Major (2021), en gran medida Costa Rica prosperó económicamente gracias a las visitas de los ecoturistas de otras latitudes, quienes deberían estar agradecidos de que hubiera personas como Mario Boza que tuvieron la previsión de proteger “… las joyas de Costa Rica.”
Costa Rica now thrives from income from ecotourists. And each and every one of those tourists would be grateful that there were a few individuals like Mario Boza who had the foresight to protect the jewels of Costa Rica. Mario dedicated his entire life to ensure that our children … and his two children, Irene and Andres … will always have places where time stands still and the incredible biological diversity of our planet can be safeguarded, forever.
La obra profesional y visionaria de don Mario en su conjunto fue reconocida en vida con múltiples galardones, tanto a nivel nacional como internacional, entre estos se destacan aquí los siguientes: Leadership Award, con Medallón de Bronce, otorgado por la Comisión del Centenario de los Parques Nacionales, E.U.A., durante la Segunda Conferencia Mundial de Parques Nacionales, Parque Nacional Grand Teton, E.U.A. (1972); Premio ANCORA, otorgado por el Periódico La Nación, Costa Rica, por “Mejor Libro de 1978” a la obra “Los Parques Nacionales de Costa Rica” (1978); Certificate of Special Recognition, otorgado por World Wildlife Fund-US, The Nature Conservancy, IUCN Commission on Parks and Protected Areas, Rare Animal Relief Effort, The Philadelphia Conservationists y New York Zoological Society; E.U.A y Suiza (1978), Premio Nacional Aquileo J. Echeverría de 1978, otorgado por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, Costa Rica, a la obra “Los Parques Nacionales de Costa Rica” (1979); Oak Leaf Award, otorgado por The Nature Conservancy, E.U.A. (1982); J. Paul Getty Wildlife Conservation Prize, otorgado por el Presidente de los Estados Unidos, a nombre del World Wildlife Fund, en ceremonia en la Casa Blanca, Washington, D.C., E.U.A. (1983, premio compartido con Álvaro Ugalde); Environmental Professional Award, otorgado por el Center for Environmental Study, E.U.A. (1988); Presidential Medal, otorgada por la Universidad Drexel, Philadelphia, E.U.A. (1992); Miembro Honorario de la Fundación de Parques Nacionales de Costa Rica (1994); Walter T. Cox Award Winner, otorgado por la Clemson University, E.U.A. (1994); Uno de los cinco “Líderes del Siglo” en el Campo Ambiental, Revista Time Latin America, E.U.A. (1999); “Certificado en Reconocimiento por sus Destacados Aportes en la Conservación y Promoción del Uso Inteligente de los Recursos Naturales”, por parte del Centro Científico Tropical (2001); “Guardaparques de Honor”, otorgado por el Ministerio del Ambiente y Energía el Día de los Parques Nacionales (2006); y el “Galardón en Conservación y Desarrollo”, otorgado por la Fundación de Amigos de la Isla del Coco (2007).
Además, don Mario recibió dos títulos de doctorado Honoris Causa, uno de la Universidad de Drexel University (EE.UU., 1992), y otro de la Universidad para la Cooperación Internacional (2002). También se le dedicaron en su honor los nombres de dos especies de insectos: Enicospilus bozai (Hymenoptera, Ichneumonidae) y Pseudapanteles mariobozai (Hymenoptera, Braconidae).
Entre las asociaciones y organizaciones en las que don Mario fue cofundador y/o miembro activo están: Fundación de Educación Ambiental, San José, Costa Rica. The Leatherback Trust, Philadelphia, E.U.A.; Centro Científico Tropical, San José, Costa Rica; Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN, Gland, Suiza; Marine Turtle Specialist Group, Washington DC, E.U.A. y la Asociación ProParques, Heredia, Costa Rica.
Sus estudiantes, amigos y compañeros de trabajo recuerdan a don Mario desde diferentes facetas. Así, Eduardo Carrillo (2021b) indica que “…durante su vida fue un hombre comprometido y consecuente con la lucha por la conservación. Tenía un excelente sentido de humor y puede ser definido como Ser Humano por su lealtad, su humanidad y dedicación por las causas por las que creía y luchaba. Hasta el final de sus días siguió luchando por las Áreas silvestres protegidas a través del Frente por las Áreas Protegidas, y mostraba su preocupación por el estado en que se encuentran es este momento. Es una lucha que debemos retomar en su nombre.”. Por su parte, Christopher Vaughan, quien a sus 21 años conoció a don Mario en 1971, se expresa de él de la siguiente manera: “Sus conocimientos, humildad y pasión hacia la naturaleza, fueron y continúan siendo mi inspiración” (Vaughan, 2015). De manera similar, Michael Major (2021), un joven biólogo del Cuerpo de Paz que conoció y trabajó con don Mario entre 1981 y 1983, lo cita como su mentor y amigo, al que caracterizaba como una persona que: “…bajo esa fachada modesta era en realidad un hombre de acero y un hombre de acción”, que buscaba cualquier excusa para ir a explorar por unos días los parques nacionales, donde prefería quedarse en las cabañas de los guardaparques que hospedarse en hoteles o cabinas. Sigue contando Michael que él pudo notar la admiración que le tenían los guardaparques, a quienes don Mario consideraba como “sus héroes personales”. En estas visitas don Mario escuchaba atentamente sus ideas y conversaban sobre la manera en que podían mejorar la gestión de los parques y encontrar solución a los problemas financieros de estos. Al final de estas conversaciones “… Mario empezaba a contar chistes. El era un maestro en eso, y siempre terminábamos la noche riendo.”
En síntesis, podemos decir que el legado y los principales logros de don Mario en pro de la conservación de la naturaleza fueron: 1) Ser el cogestor del Departamento de Parques Nacionales y Vida Silvestre, la primera instancia gubernamental destinada exclusivamente a realizar labores en estos temas. 2) Sus aportes como profesor y académico en temas de conservación ambiental en la UNA (1973-1976 y 2015), la UCR (1977) y la UNED (1977-1987). 3) Promotor de la creación y el mantenimiento de los diferentes tipos de áreas naturales protegidas, tanto en Costa Rica como en otros lugares del mundo, por medio de su exitosa gestión para establecer alianzas y conseguir recursos económicos y humanos, tanto a nivel nacional como internacional. 4) Gestor del Programa de Educación Ambiental en la UNED, considerado como el primero en su género en el país, destinado específicamente a compartir conocimientos para la formación y concienciación de la ciudadanía en materias ambientales. 5) Promotor del turismo ecológico o Turismo de Naturaleza, incluido el turismo científico, conseguido especialmente por medio de las diferentes ediciones de su libro “Los parques naturales de Costa Rica”. 6) Mentor, consejero y amigo de muchas personas que tuvieron la oportunidad de compartir con él, algunas de las cuales decidieron seguir sus pasos. Sin lugar a dudas don Mario fue una de esas personas que dejaron huella en la vida de muchas otras. 7) Reconocimiento y promoción de los guardaparques al destacar la importancia de su trabajo y valorar la forma de que pueden hacerlo mejor, para lo cual, entre otras cosas, colaboró en forma activa con la puesta en marcha del diplomado, con la revisión de la malla curricular, como asesor académico y como profesor de tres de los módulos de esta carrera.
Compartimos las palabras de Eduardo Carrillo (2021b) cuando indica que: “La partida de don Mario significa una gran pérdida para el país y para el planeta, pues él fue siempre un firme defensor de la conservación de los recursos naturales y de las áreas protegidas. Se nos va un hombre consecuente con su pensamiento de conservación, luchador y visionario. Su legado es imborrable y perdurará en la historia. Desde el punto de vista personal, Don Mario fue un excelente amigo y maestro. Siempre dispuesto a proponer ideas, de construir cosas en conjunto, de mirar hacia un mejor futuro. Yo personalmente lo extrañaré el resto de mi vida.”; así como las de Michael Major (2021) al señalar que: “Mario dedicó toda su vida a que nuestros hijos… y sus dos hijos, Irene y Andrés, siempre tengan lugares donde el tiempo se detenga y la increíble diversidad biológica de nuestro planeta pueda ser salvaguardada, para siempre.”
Finalmente podemos decir -sin lugar a dudas-, que don Mario hizo suyas las palabras de su entrañable amigo y compañero de luchas don Álvaro Ugalde, cuando este último dijo: “Yo voy a morir tranquilo y feliz porque hice, junto con mucho otros, sus parques nacionales. Ustedes tienen todo el derecho y la responsabilidad, porque también supieron defenderlos. Yo sé que ustedes van a morir felices también. ¡Pero tienen que ganárselo!”
[1] Elaborada por el Dr. Jaime E. García G., extensionista-investigador y profesor catedrático jubilado del Centro de Educación Ambiental de la UNED y de la Escuela de Biología de la UCR con la colaboración de la señora Msc Estrella Guier S., extensionista-investigadora jubilada del Centro de Educación Ambiental de la UNED.