miércoles 24, abril 2024
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¿Sin corbata y en chancletas?

¿Quiénes? En el caso particular de este comentario un diputado y una diputada.  ¿Dónde? En el recinto de la Asamblea Legislativa y en sesiones solemnes en este sitio que es el templo del pueblo.

No admito yo las explicaciones dadas por esa diputada en una administración anterior de que así se sentía más cómoda ni las del diputado actual porque así está más relajado.  Si quieren estar más relajados y cómodos su deber habría de ser renunciar al servicio público, que es de sacrificio y de mística de servicio y quedarse muy comoditos y relajaditos en sus casas;  dejar el sitio para que otras personas con esta mística ocupara esos puestos que se supone son para representarnos a todos los ciudadanos que estamos sufriendo de tantas maneras que ya sabemos.

No les pagamos sus sueldos para que estén comoditos y más relajados, sino para sufrir tratando de solucionar los graves problemas nacionales, todos debidos a la falta de dinero y también de moral, pero que se disimulan llamando a esto falta de “recursos” que puede incluir de todo, como la moral.  Siempre, por cierto, he pensado que son los funcionarios públicos, como yo lo he sido, quienes deberían ganar los sueldos más bajos de la administración pública.  Así solo se apuntarían los “misioneros”, las “novicias”, los voluntarios y todos aquellos seres que vinieron a este mundo para servir con grandes ansias de servir y sufrir por el bienestar de la humanidad.

A mí me ofenden esos desplantes y esas afrentas de supuestos representantes del pueblo de ir al templo máximo del pueblo a una sesión solemne y ritual en chancletas y sin corbata.  Porque los rituales de los pueblos, las tradiciones y las culturas no han sido inventados a lo largo de la historia por ninguno de los partidos políticos de los que nos inventamos por aquí ni por los de ninguno de los países del mundo.  Son los habitantes, las comunidades, los pueblos quienes han ido estableciendo los símbolos de su emotividad, de sus sentimientos y de sus circunstancias vitales y creencias durante toda la historia.  Y son signos diríase sagrados de su misma esencia y naturaleza.

Para el luto, por ejemplo, nosotros hemos consolidado simbólicamente el negro, el silencio, la reverencia.  Para la Primera Comunión y la Graduación unos uniformes rituales y acicalarse de manera especial;  para los actos solemnes del protocolo nacional reglas de vestido para la policía, los representantes y los dignatarios extranjeros;  para el cumpleaños una canción, un pastel de cumpleaños, unos helados y unos barquillos.  Mucho más cómodos estarían, por ejemplo, los policías sin sus uniformes, en chancletas y sin corbata, que soportando los calores locales con sus uniformes.  Igual que los jueces de los altos tribunales del mundo, sin sus togas y sin sus birretes.

Todo ello es la cultura, la simbología y la civilización de los pueblos, fraguadas en siglos de existencia y de experimentación.  No son antojos ocasionales.  Son la reverencia, la solemnidad, el ritual de los habitantes de todas las ideologías y preferencias políticas.  Irrespetar estos códigos es irrespetar y violar nuestra cultura y nuestra civilización, nuestro ritual en ese caso.

Y al final la conducta contestataria de esos rebeldes y “originales” se les convierte en otra ortodoxia y en otro uniforme.  Ya se sabe que los “de izquierda” para mostrar oposición al “capitalismo” (aunque viven en el capitalismo y como capitalistas) van de barba y melena al estilo Che Guevara o de colita (pero que también es el estilo de los hippies y de los “báikers” estadounidenses y de Woodstock (Nueva York, 1969) -hablándose de contradicciones e incongruencias- y sin corbata, que es el sello, cual si la corbata no viniese desde mucho antes del capitalismo.  Nada más formal y “encorbatado”, solemne y ritualmente rígido y con la cabellera más recortadita y peinada que el comunismo soviético y el postsoviético, por ejemplo, desde Breshniév-Andrópov hasta Garbachóv, y así entre el pueblo pero aún más en el ambiente del servicio público y la diplomacia;  y lo afirmo con todo conocimiento de causa porque lo viví y lo conocí durante dos años en Moscú cuando yo representaba a Costa Rica allá con corbata todos los días (y eso que solo en nuestra representación sin nadie que me supervisara) y con mis mejores ropas que tuviera en el momento para las celebraciones del ritual de las naciones;  el ritual de ellos y el ritual de nosotros.  Pero nada más solemne, recalco, que la conducta ritual, estricta y uniformada sin excepciones que la del pueblo ruso y de las autoridades soviéticas en ese momento.  Y creo que todavía hasta hoy.

Esa diputada en chancletas, en rebeldía contra los demás diputados que se portaron como verdaderos blandengues ante el problema para la sesión más solemne de la Asamblea y ese diputado con aspecto desarrapado porque viste camisa diseñada para usarse con corbata o bufanda pero sin ninguna de éstas, ni me representan en nada y sí me ofenden como habitante y ciudadano.

Tampoco le hacen ningún favor a “la izquierda” a la que ostentosamente pertenecen.  Ni a la disidencia.  Los líderes de la “izquierda” de todos los rincones del mundo son formales y ritualistas como Putin, que preferiría morir antes que ir al templo de su pueblo sin el uniforme impecable.  Y, bueno nadie más encorbatado y menos visto sin corbata en la historia que Marx, Engels, Lenin, Trotski, Beria, Vishínski, Lavróv, etc.  Bueno, nuestro diputado sin corbata se vería un poquito menos desarrapado si en vez de camisa para corbata con un lado caído por falta de la corbata usara una camiseta con el saco que sigue poniéndose, como lo usan algunos presentadores de la televisión estadounidense.

Han ganado la irreverencia, la incultura, la rebeldía y el desafío y ahora se puede ir a lo que sea, a la iglesia, al cementerio, al cumpleaños, a los quince años, a la boda, en chancletas, pantaloneta, con la camiseta del equipo de fútbol y con gorra o chonete (sin quitarse estos últimos en interiores por supuesto) como si estuviéramos yendo a una juerga en la playa.  Igual.

Nótese, no obstante, que los campesinos y los obreros del mundo y hasta en el sentido más comunista y ortodoxo, son los conglomerados humanos más ritualistas, más conservadores, más tradicionalistas y respetuosos de sus orígenes y de sus muertos y de allí parte el ceremonial de las sociedades.  La “ropita de dominguear” no es un invento de los capitalistas ni de los comunistas.  La solemnidad y la gravedad de lo socialmente trascendental no es creación de la política ni de los politólogos.  Es el extracto del sentimiento y del alma de los seres humanos individual y colectivamente.

(*) Orlando García Valverde, Traductor-Intérprete Oficial.

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10 COMENTARIOS

  1. Un viejito de esos que todo lo tienen que criticar, argumentando dramáticamente desde el hígado, que los rituales, que las costumbres, que los sentimientos… Pfff, critique el fondo y no la forma que aparentar es muy fácil. Según su payasada los doctores deberían andar en zapatos finos y las doctoras en tacones para que no se sienta ofendido.

  2. ¿Qué es esta incoherencia de comentario?
    Que derroche de tiempo dedicarle tantas palabras al atuendo de las personas y no a la acciones, a los hechos. Es lamentable lo bajo que ha caído el debate y que se le dé el espacio en un medio de comunicación que no enriquece en nada. Huelo a un tufo de miedo de la izquierda costarricense y ante la falta de argumentos, y en su desesperación recurren a las más burdas maniobras.
    El hábito no hace el monje y ni los mejores vestidos están a la altura de su investidura.
    Don Orlando debe ser una persona que se quedó atrapada en el tiempo, de esas generaciones que creen que vestirse como jefe los hace líderes.
    Nada más elitista y desfasado que esta desafortunada opinión.
    Un Congreso debería tener una representación real de su pueblo y en ese sentido le quedamos debiendo mucho a los pueblos indígenas, a las personas jóvenes, a las mujeres, las poblaciones LGBTQ+

  3. La forma de vestir de una persona es una banalidad total. A mí no me importa si andan con corbata o sin corbata, con chancletas o sin ellas. Lo que me importa es que rindan!!! Juzgar a las personas por su forma de vestir demuestra predisposición para ver las cosas superficialmente.

  4. Nunca entendí si el que escribió el artículo:
    1) quiere presumir sobre su estadía en Rusia
    2) trabaja para Fashion Emergency
    3) fue pagado para atacar al Frente Amplio
    4) está bromeando

  5. Mi comentario no tiene nada que ver con el debate ni con las elecciones ni con política. Tiene que ver con la conducta en recintos del poder público que tienen reglas y protocolos. En ningún momento estoy juzgando las capacidades de nadie por la forma en que está vestido. Va de otra cosa. Y eso no es obsoleto ni superfluo. Lo que menos he tenido en mi vida, es precisamente miedo a la izquierda costarricense ni la de cualquier sitio. De hecho, por algo en Moscú me dieron carta blanca los jefes de la diplomacia siendo el representante de un país capitalista, de derecha y adscrito a la esfera de influencia sociomilitar estadounidense. Mientras que aquí algún fanático sospechaba que yo era agente de la CIA, allá en un emporio del comunismo me trataban de la manera más especial. Aquí organicé y produje el único recital de canción rusa clásica que me solicitó presentara el FIA 2014, todo en ruso, con atuendos rusos, con mi balalika de concierto y habiendo yo entrenado para todo eso a un conjunto musical y a unos cantantes. He sido entrevistado también en la Gazetta Rusa de C.R. como el personaje del mes, organicé en Moscú la única exposición de libros y fotografías artísticas de C.R. que se haya hecho hasta ahora y todo porque le caía bien a la Casa de la Amistad de los Pueblos y porque era amigo de Vladímir Kazimírov, el primer embajador soviético en C.R. y después jefe del Departamento Latinoamericano en el Kremlin. Y tengo en mi casa orgullosamente la Gran Enciclopedia Rusa que debe ser la única que hay en el país, de unos 20 volúmenes y que me traje de Moscú, una verdadera joya. También tuve una estrecha relación con toda la izquierda artística del país cuando era crítico y editor del diario Excelsior y también como actor de la Compañía Nacional de Teatro con toda la efervescencia que se dio con el arribo del contingente chileno en aquellos años. Y ahora tengo en mi sala el cuchillo corvo del ejército chileno que me regaló Pato Arenas, Comandante Tercero, Frente Interno Camilo Ortega, FSLN. Y muchas de mis actuaciones han sido en gran parte inspiradas por enseñanzas de mi tía abuela Lía Madrigal de Montero, comunista y esposa del lider comunista Gonzalo Montero. En materia de etiqueta tengo aquí el manual «richevoi etikiet» (etiqueta cotidiana), que contiene los modales de conducta, las reglas cotidianas para todos los ciudadanos del poder y de la llanura que se daba en Moscú y en la URSS en general. Reglas mínimas de conducta. Bueno, por ahí va mi comentario y no soy un «viejito» en tico, sino que lo será por su edad quien me llame así. Yo soy un viejo bien viejo y añejo como el ron Havana Club, uno de mis dos favoritos y todavía puedo llevar un saco de 40 kilos de cemento desde la puerta de mi casa hasta el patio. Soy el autor del comentario que me ha deparado tantos insultos gratuitos y basados en ignorancia de quién soy, de qué he hecho y de qué estoy haciendo. Gracias de todos modos por leerme (algo que ya no se hace, este tipo de agradecimiento; bueno, es obsoleto). Orlando García Valverde

  6. Don Orlando, una cosa: los pillos más grandes de este mundo, entre los cuales muchos políticos, incluso varios Presidentes de América Latina, y que amasan ilegalmente miles de millones de dólares en Panamá y en otros paraísos fiscales son todos profesionales del robo. ¿Como lo hacen? Siempre actuando con camisa de cuello impecablemente blanco y corbata. Ninguno ha llevado nunca chancletas en su vida. Tal es así que tienen un tipo de delito que lleva su nombre: «delito de cuello blanco». Por cierto en Costa Rica los «Panama Papers» y los «Pandora Papers» siguen sin interesar a nadie en la Asamblea Legislativa para designar y para sancionar a quiénes desde Costa Rica, lucran de manera ilegal e inmoral colocando sus activos en paraísos fiscales. En esta campaña electoral, ningun partido salvo el Frente Amplio mencionó el tema: Jose María Villalta sí usa chancletas.

  7. Estamos al borde de la quiebra del Estado, la mayoría de la instituciones y Ministerios son inoperantes tenemos una crisis educativa, el narco crece sin control, la evasión fiscal es gigante, y este señor viene a quejarse de cómo andan vestidos los diputados… La forma como visten es lo de menos, tenemos diputados que son pastores evangélicos, estilistas, con causas pendientes, que apoyan regímenes dictatoriales, etc. Preocupese por lo importante.

  8. No soy de ninguna ideología política , pero hubiera preferido 57 hippies gobernando para el pueblo , que 57 diputados bien vestidos traicionando el pueblo, como lo ha hecho ésta asamblea legislativa unidos con el ejecutivo para destruir el país.

  9. Estoy totalmente de acuerdo con lo que Don Orlando señala en este excelente artículo
    Los comentarios contra él de los lectores me parece que se producen precisamente por no entender el fondo de lo planteado aquí . La ropa que se usa para diferentes situaciones siempre ha sido algo a tener presente: para ir a una entrevista de trabajo, algo tan sencillo, uno se acicala y se pone guapo y PRESENTABLE, eso es así si pretende que lo contraten.
    Hay una palabra que se usa mucho desde la pandemia, la palabra protocolo, cada actividad humana en general, y oficial en particular tiene un protocolo determinado que puede o no gustarle a cada uno, pero unas chancletas y la falta de una corbata saltan los protocolos oficiales que son parte del contrato de trabajo de un funcionario X, los que barren los caños deben usar su uniforme con gallardía igual que un astronauta o un bombero o un presentador de televisión.
    Don Orlando es una persona absolutamente respetable y un pensador y ciudadano sumamente valioso, no son de recibo los insultos antojadizos de personas que demuestran con sus comentarios su poca empatía y
    respeto con un hombre que de sobra los merece.

  10. D. Orlando nunca es tarde cuando amanece, gracias por escribir el articulo. D.Orlando, esperando poder leer mas y mas sus articulos porque gane quien gane hay que hacer mucho por el pais. Thank you so very much.
    Bueno, lei que dos posibles propietarios de la franquicia PLN que no son de chancletas y sin corbata, la otra siempre bien arregladita no con ropa del dollar store, no votaran. Tenia entendido quizas estoy equivocado. Que si no se voto en las primarias no se puede votar en las secundarias, ya que las secundarias son un seguimiento de las primarias. Alguien que me corrija, por favor.

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