martes 16, abril 2024
spot_img

¿Se obliga a votar por una persona de carne y hueso?

Ya está más que establecido, entendido y aceptado que la Constitución manda votar como un acto obligatorio. Nadie está cuestionando eso. 

La pregunta que se mantiene en el aire es si esto significa ir físicamente al recinto de la votación, emitir un voto y punto o si dice también que el voto tiene que darse por fuerza a un ser vivo de entre los candidatos y que no se permite votar “en blanco”, arruinar una papeleta o, dicho de otro modo, votar por nadie por objeción de conciencia.

De momento, con que la persona acuda al recinto físicamente y emita un voto parece que ya es una buena ciudadana que ha cumplido con la Constitución haga lo que haga ya con la papeleta en la mano.  Eso es lo que parece satisfacer a los del TSE y a un montón de gente.  Preocupan las cantidades;  no las calidades. 

Pero quedan dudas fundamentales.  Si la Constitución manda que el voto sea por un ser viviente y el votante no quiere o no puede por principio dar su voto a ninguno de los dos finalistas y vota en blanco o daña la papeleta para que no valga ¿cómo pueden saber esto los del Tribunal y los de los partidos para castigarlo?  ¿Simplemente preguntándoselo y ellos dando fe a su palabra como cierta?  ¿Aquí, en este país?  ¡Ya voy…!

¿De tener que comprobarlo cómo lo harían?  Solo viendo al elector haciéndolo unos inquisidores secretos del TSE y de los partidos violando la privacidad del voto.  Es decir que tendría que dejar de ser el voto tan secreto como es, de manera que pasara a ser espiado.  ¿Preludio de un totalitarismo por el terror?

Desde la concepción de esta Constitución actual hasta ahora se ha hablado públicamente de abstencionismo, votos en blanco y papeletas nulas cada vez como lo más natural.  Son realidades y al menos yo no he visto que alguna vez se haya arrestado a alguien por haber votado en blanco o por haber arruinado la papeleta o por no haber ido a presentarse físicamente en el recinto.  Ahora sí se habla con preocupación del asunto simplemente porque las cosas han empeorado y al no tener los ciudadanos representatividad política alguna (no escogemos a nuestros candidatos a diputados como supuestos representantes nuestros ni a los candidatos a presidente ni vicepresidente) la única arma con la que cuentan para hacer valer sus derechos en el ámbito políticoelectoral es esa:  la posibilidad de no dar su apoyo a ninguno de los que le han escogido unos perfectos extraños que nada tienen que ver con ellos.

Hay muchas razones por las cuales no se emiten todos los votos pero se está haciendo creer que es solo por negligencia, vagancia, indiferencia.  No nos equivoquemos:  quienes lo hacen por esas razones son “cuatro gatos”.  El grueso de quienes están expresándose de esa manera lo hace no en señal de negligencia sino en señal de protesta, de confrontación, de insatisfacción y de clamor popular;  por necesidad de ser escuchados.  Algunos tratan de meter en el mismo saco a los que no votan porque no pueden movilizarse del todo, a los enfermos inconscientes, a indigentes, a víctimas en el momento justo de males ocasionales que les impiden ir, a los que no pueden ir por razones de fuerza mayor fuera de su control y quieren utilizarlos para aumentar artificiosamente el número de “los abstencionistas”;  sería interesante ver cuántos son realmente, para deducirlos de este grupo porque no son parte de él.

¿Y puede explicarme alguien qué pasa si los dos finalistas son tus enemigos y enemigos de tus familias por razones diversas entre las que pueden estar las históricas, las genéticas, las militares, las étnicas, las religiosas, las penales, las sociales, las culturales, las laborales, entre otras?  ¿Será el espíritu de quienes forjaron esta Constitución en particular que ella nos obligara a dar nuestro voto incluso al enemigo?  ¿Qué pasa si lo estamos rechazando por razones de ética, de principio?  ¿Qué puedo hacer yo si no comulgo con ninguno de los planes de los finalistas y encima los considero enemigos ideológica y éticamente?  Si me obligan a hacerlo no me quedaría más remedio, pero recordemos que así es como se ha hecho en las dictaduras latinoamericanas y más brutalmente en las militares. 

Es una ruleta.  No hay ningún cálculo de probabilidades medianamente confiable en cuanto a si votar por el menos peor de los dos es más seguro para el votante en particular que votar por nadie.  Porque no se sabe cuántos de los inconformes consideran al candidato A el menos peor y cuántos consideran al candidato B el menos peor.  Dependiendo de esto podría salirte o no el tiro por la culata:  a los que consideran menos peor el A les conviene más que los que consideran menos peor al B no voten del todo en vez de que voten por su menos peor y viceversa. 

Finalmente, si es que se permite y es lícito votar por nadie ¿cómo reacciona el Gobierno ante el argumento de algunos de que le sale más barato a ambos, al Gobierno y al votante, que el votante se quede en su casa en vez de tener que ir hasta el recinto de votación por implicar esto menos gasto en transporte, menos emisiones contaminantes, menos bolígrafo, menos sellos, menos firmas, menos papeles, menos comprobaciones por los de las mesas y por los que cuentan las papeletas manualmente, menos vigilancia, tiempo, mano de obra y menos desechos?  Por todo esto sería sano ya saber de una vez por todas si la Constitución nos obliga a emitir el voto a un ser viviente aunque sea nuestro enemigo y en contra de nuestro libre albedrío y de nuestra voluntad o si existe el recurso de la abstención razonada.  Y que si es del caso entonces que se llevara a los abstencionistas a las urnas con ayuda de la policía y hasta esposados pero que lo definamos para saber a qué exactamente podemos atenernos.

(*) Orlando García Valverde, Traductor-Intérprete Oficial

Noticias de Interés

2 COMENTARIOS

  1. Recuerdo Don Orlando que hace no muchos años elegíamos entre dos candidatos, se llamaba bipartidismo si mal no recuerdo
    En estas elecciones hubo 25 candidatos y mucha gente se quejaba por eso y estaba confundida criticona y enojada y no votaron porque eran mucha confusión en sus cabecitas tantas opciones.
    Ahora tenemos dos opciones y mucha gente está igualmente molesta: lo que quiero decir es que el que no quiere obedecer la obligatoriedad constitucional de votar, no lo hará o votará nulo o en blanco y punto.
    Para mí está muy bien que cada uno actúe desde su propia responsabilidad patriótica: muy bonito que hubiera un 70 % o más que hagan eso y que se organicen y planteen soluciones para manejar y administrar el país. Felicidades a los abstencionistas más los nulos y los blancos: de ustedes es el reino de los destinos del país
    Felicitaciones a los responsables que no votan por ser más inteligentes que los que votamos que somos los idiotas
    Amo a Costa Rica con toda mi alma, y es un orgullo para mi ser costarricense, a pesar de todos los grandes defectos que tiene esta Patria. Que los arreglen los abstencionistas es dudoso dudoso

  2. El abstencionismo es el reflejo de nuestra sociedad, un montón de individualistas desinformados e irresponsables, que creen que los demás tienen la obligación de solucionarle sus problemas sin ellos tener que mover un dedo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias