miércoles 24, abril 2024
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La crisis inflacionaria y la afectación de la educación pública

Columna Poliédrica

Se acerca una crisis inflacionaria. Vivimos tiempos complicados, no más que los que vivieron en el siglo XX, pero sí llenos de incertidumbre y de consecuencias para la población más vulnerable. No solo Costa Rica entrará en esta dinámica económica, sino que otros países se verán afectados por este aumento generalizado en el precio de los bienes y servicios.

La sociedad costarricense ya ha enfrentado este tipo de crisis inflacionarias. Los costarricenses que ya peinan canas se les vendrá a la memoria la crisis de los años ochenta, el cambio abrupto que hubo en el precio del dólar, el desabastecimiento de muchos productos y un problema fiscal que sirvió para impulsar el modelo económico que hoy nos tiene en la situación de inequidad social en que estamos.

Una economía contraída, con un proceso de inflación en marcha y el debilitamiento, por no decir la eliminación de las instituciones del Estado del Bienestar, es lo que se perfila en el futuro inmediato. Los fanáticos de la ideología neoliberal se están frotando las manos porque la situación es terreno fértil para convencer a la población que se debe vender una serie de instituciones que, según ellos, generan el déficit fiscal que ellos mismos se han encargado de construir con base en una serie de políticas en que, por ejemplo, la evasión y la elusión fiscal de los grandes capitales ha sido la constante. 

Al igual que en los años ochenta, la educación pública será la principal damnificada. Los economistas neoliberales no tienen problema en sacrificar a los estudiantes que van a la primaria, secundaria y a la universidad pública, ya que su discurso se centra en reducir el Estado y el gasto que, según ellos, supone las funciones de carácter social que tiene; en otras palabras, estos fundamentalistas de la oferta y la demanda consideran que la educación puede ser asumida por empresas privadas, pero lo que no dicen es que ese servicio se conceptualiza como una mercancía que debe ser pagado, es decir, no es gratuito.

Al igual que en los ochenta tendremos una generación o varias generaciones perdidas. El problema es que se le está achacando toda la responsabilidad a los sindicatos relacionados con la educación pública y en eso, hasta el Programa del Estado de la Nación en su informe sobre el Estado de la Educación, ha sido una de las instancias que ha promovido ese relato; no obstante, la situación de la educación pública tiene y debe explicarse desde una explicación multicausal, es decir, no solo las huelgas de los educadores son las responsables de las deficiencias que estamos viendo en la educación pública costarricense.

Hay sectores de la sociedad costarricense interesados en formar un ciudadano menos crítico. La educación siempre había sido una actividad considerada prioritaria por parte de todas las fuerzas políticas de la sociedad costarricense, sin embargo, en los últimos años ello ha venido cambiando y se está reflejando en la formación de estudiantes menos críticos y con deficiencias muy marcadas en varias materias que antes se consideraban fundamentales para el análisis crítico de la realidad.

El futuro se presenta complejo y difícil. Ante este panorama, no queda más que acudir a la esperanza, una de las virtudes teologales y recordar aquella frase de que: nunca se pone más oscuro que cuando va a amanecer.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columnapoliedrica.blogspot.com

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1 COMENTARIO

  1. Señor Mirón, mucho me temo que para ese amanecer falta mucho en este país. En muchos países de América Latina (Colombia, Chile, México, etc.) han habido fuertes reacciones contra este siniestro modelo Neoliberal. Pero en nuestra tierra pareciera que pululan los siervos menguados. Es una lástima, pero la conciencia social tiene 10 o 20 años de atraso en Costa Pobre,

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