jueves 28, marzo 2024
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La «izquierda» zarista

Existe una izquierda cobarde y miope que afortunadamente es minoritaria y que ha quedado desnuda a propósito de la atroz invasión de Ucrania. Es la misma que defiende a Putin y comenta mis opiniones.

Señores y señoras de tan retrógrada izquierda: por supuesto que hay revolucionarios que están al tanto de las irresponsables e imperiales acciones de Estados Unidos y sus socios de la OTAN, tareas provocadoras que ignoraron los intereses geopolíticos del país más grande del planeta. Y el abc que ustedes han IGNORADO es que los choques entre imperios nada bueno traen al ciudadano ordinario.

Pero, ¿se vale justificar esta masacre y este vandalismo contra la soberanía de otra nación con base en hechos históricos innegables?, ¿O acaso es que el único imperialismo posible es el de  Estados Unidos? ¿Tanta es la ceguera? ¿Dónde han perdido los rudimentos del análisis marxista?  ¿Dónde olvidaron los legados de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht?

El agresor es Putin, la nación agredida se llama Ucrania y el mundo amenazado por una conflagración nuclear somos todos nosotros.  Esa es la realidad, mientras ustedes deliran y hacen la del avestruz asustado que esconde en un hueco su cabeza. De otra forma, ¿qué moral tendríamos para oponernos a otra invasión de Washington en nuestras tierras?

Con frecuencia me preguntan sobre la minoría rusa en el este de Ucrania: la guerra de Kiev contra dicha población también la considero un crimen. ¿Pero, Rusia? Les refresco la memoria: La República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk se constituyeron en estados soberanos en 2014 y Putin no las reconoce sino hasta 2022. Dijo esto hace tan solo 2 semanas: “Considero necesario tomar una decisión que debería haberse tomado hace tiempo”. A buena hora, ¿por qué no lo hizo antes?, ¿Por qué su tibieza en este tema?, ¿por qué durante 8 años no fue prioridad de su política exterior?  Putin ha manipulado a los pueblos del Donbas. Pero sí, la agresión ha sido bárbara, y solo demuestra la podredumbre del nacionalismo reaccionario sea en Kiev o Moscú.

Otra vez les pregunto: ¿es todo esto razón suficiente para invocar las razones más brutales y descabelladas contra Ucrania y el mundo entero? Insisto: ¿por qué hablan sin corazón y relativizan ridículamente la barbarie y se mecen con indiferencia frente al dolor humano cuando no sirve al sectarismo ideológico del que beben? Si tienen un poquito de honestidad y valor les recomiendo leer la conferencia de Albert Camus que lleva por nombre “La crisis humana”, pronunciada en la Universidad de Columbia el 28 de marzo de 1946.

Penoso resulta constatar que esta izquierda troglodita toma partido por el nacionalismo reaccionario y, la otra, la de los socialdemócratas y verdes, la hace hinchando los presupuestos militares de sus naciones y de la propia OTAN.  Ambas posturas traicionan los intereses de paz de la gente ordinaria.

Esta izquierda que posa como radical pero que en verdad es marrullera, ni siquiera se refiere a la necesidad de la revolución social, ni a la solidaridad internacional que debe privar entre los trabajadores del mundo. ¿Entenderán que las guerras imperialistas las cargan los pueblos con sus muertos y otras desventuras?

Los trogloditas de izquierda abierta o veladamente se han enamorado de Putin y sus sueños imperiales. La guerra los transformó en zaristas sin tener que renunciar a las nostalgias estalinistas.

Por el bien de la salud moral de toda la izquierda, esta debe condenar la invasión en los términos más enérgicos e inequívocos.  Justificar y apoyar a Putin solo expresa mala fe y analfabetismo político.

Esta guerra debe ser debatida en sus causas y perspectivas pero NO desde matrices cobardes, sino tomando partido por un pueblo criminalmente invadido y agredido, explicando lo que es y no es el verdadero antimperialismo y antimilitarismo. A la izquierda zarista solo cabe decirle adiós para siempre.

(*) Allen Pérez es Abogado

 

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4 COMENTARIOS

  1. Esta ha sido una guerra de mentiras y desinformación, ninguna de las dos partes es buena, y para colmos, los que se supone deberían poner orden y calmar los ánimos de forma pacífica (ej: ONU, UE, etc.), prefieren tomar partido y agravar la situación enviando armas como echando leña al fuego.
    Yo lo que veo es un montón de irresponsables con demasiado poder que se les sale de sus capacidades, como Putin, Zelenskyy, Biden, etc

  2. Eso que llamas «izquierda zarista» fue más bien el estalinismo en la vieja Unión Soviética, cuando el padrecito de los pueblos, el georgiano José Stalin, a semejanza de los viejos zares adoptó ese modelo para consolidar su poder frente a la vieja dirigencia revolucionaria, a la que de paso aniquiló durante los años treinta del siglo anterior, Por azares del destino, buena parte de la tragedia ucraniana se vino gestando con el pacto germano-soviético de 1939, cuando en el reparto que se hizo entre ambas potencias totalitarias la Unión Soviética se quedó con la Galitzia polaca con una territorio y unos habitantes que jamás fueron ucranianos strictu sensu. Allí durante la segunda guerra mundial se nutrió el fascismo ucraniano, ese que existe a pesar de que muchos lo niegan y ha dado alimento a esta tragedia que nos tiene al borde de la Tercera Guerra Mundial. Esa Ucrania con regiones y poblaciones tan dispares entre sí ha sido manipulada por los EEUU, promoviendo el odio antiruso para sacar provecho y meterle hasta los cohetes en las narices a los del Kremlin. Las izquierdas, unas y otras, anacrónicas y desfasadas, siguen hablando de revoluciones que no aparecen, por ningún lado, ni en estas ni en aquellas latitudes. Por ejemplo, aquí en la centroamericana Costa Rica está triunfando la contrarrevolución neoliberal que sepultó el estado social de derecho y la Segunda República, mientras la izquierda corronga del FA, tal vez no todos ellos, se ocupa de regañar a Putín. Ni siquiera tienen instinto de conservación y andan jugando con fuego.

  3. Existe también la izquierda, aunque quizá no sea izquierda, que en los últimos tiempos lo que hace es adoptar como suyo el discurso de la derecha. Consideran que , para que la izquierda llegue al poder, debe construir un partido de derecha. Esta paradoja es virtualmente ridícula, si vimos que en las últimas elecciones participaron más de veinte partidos de derecha, lo cual hace absolutamente innecesario uno más.

  4. Excelente comentario el de Sergio Pérez.

    Allen: aquí no se trata de que si los que comentan son de «izquierda cobarde», «izquierda zarista», «izquierda retrograda» o «trogloditas de izquierda» (ataques). Se trata de que usted está tomando un bando, a pesar de contar con información sumamente dudosa y parcializada (dada la censura a los medios de comunicación rusos – ver artículo reciente de Andi Mirom).

    «La historia la escriben los ganadores». Los «hechos históricos innegables» que usted menciona… ¿Cree usted contar con información completa al respecto, más allá de lo que resulta (resultó) evidente? Creo que muy pocas personas en el mundo conocen realmente las causas/motivaciones de lo que ahora sucede, y es muy arriesgado opinar y acusar a otros de «analfabetismo político» solo por no creer las mismas mentiras que nos recetan (igual que con el COVID).

    Y sí, es una guerra, ataques desafortunados, gente está sufriendo y muriendo… ¿Y qué? Siempre ha habido guerras y siempre las habrá. Así es la naturaleza humana, tanta arma hay que usarla.

    Que se maten entre ellos. A nivel local seamos felices y no nos ataquemos por nuestras preferencias políticas.

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