Las posibilidades de lograr mayor estabilidad económica para el país están afrontando el reto de la presión inflacionaria creada por los movimientos de los precios internacionales de los hidrocarburos. Este fenómeno externo ha aumentado el escrutinio sobre el trabajo de RECOPE. Nuestra empresa pública, la más grande de Centroamérica, ha cargado por mucho tiempo el reto de una serie de estigmas, algunos menos justos que otros, que se han sembrado en la opinión pública a través de los años. Se inician con el pecado original de su nombre que aún evoca funciones de refinería, propias del momento de su creación y se extienden hasta la eterna presunción de culpabilidad por los movimientos de los precios de los combustibles en razón de ser dispendiosa e ineficiente. Hasta hace cuatro años me confieso como uno de los más fuertes escépticos respecto a la conveniencia de la empresa para el país.
Sin embargo, un examen justo del desempeño en el pasado cuatrienio, muestra evidencia clara de que su gestión eficiente y responsable ha contribuido no sólo a amortiguar mayores impactos de los altos precios de los combustibles sobre el bienestar de los costarricenses. También ha apoyado, en forma sin precedentes para esta empresa, las metas de transformación del modelo energético del país y, concomitantemente, sus metas ambientales dejando sembrada la semilla para aprovechar su potencial para ser un motor de la reactivación económica verde del país.
Conforme se deriva del informe de labores de la administración saliente (https://es.calameo.com/read/0061902034b607964c6d4), la orientación del trabajo del último período administrativo se ha destacado por un esfuerzo significativo de transformación, como lo indica el logo adoptado. Este proceso fue profundo e incluyó un enfoque muy fuerte en la eficiencia, de manera que se afectase positivamente el desempeño de la empresa para cumplir su misión fundamental de proveerle al país seguridad energética, traducida ésta en un suministro adecuado de combustibles al mejor precio posible.
Entre los logros en materia de eficiencia empresarial se atendieron aspectos de los beneficios que por años la empresa ha dado a sus empleados y que parecen difíciles de justificar en la realidad actual de nuestro país. En esa dirección destacan medidas como la denuncia total de la Convención Colectiva de Trabajo, estimando una reducción del costo de ₡23.525 millones en cuatro años. Asimismo, se dio la eliminación del Reglamento de Desarraigo, generando ahorros a la empresa de aproximadamente ₡360 millones al año. En línea también con el compromiso de reducción del impacto ambiental de los combustibles fósiles, la incorporación del factor RVO (acrónimo en inglés de Obligación de Volumen Renovable) en los contratos de compra de combustibles, generó un ahorro en el costo final de la importación de US$153,2 millones en el periodo 2018 – 2021. El compromiso con la eficiencia energética ameritó la Certificación ISO 50001 Sistema de Gestión de la Energía y generó un ahorro en 2021 por ₡34 millones de colones. En materia de acarreo de los combustibles, los esfuerzos por la eficiencia incluyeron la entrada en operación de la Terminal Portuaria Petrolera del Caribe que ha permitido generar ahorros por $263.000 al reducir la espera de los barcos y por lo tanto las demoras.
La apuesta más ambiciosa de la empresa en lo que respecta a su transformación se formuló en el proyecto de “Ley de Transformación de la Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) para la Contribución a la Transición Energética” Expediente N°21.343, que plantea como objetivos fortalecer, modernizar y dotar a la Empresa Costarricense de Combustibles y Energías Alternativas “ECOENA”, de la legislación que le permita desarrollar energías químicas alternativas y productos asociados, para la descarbonización de la economía, garantizando la continuidad, calidad, eficiencia y eficacia de la prestación del servicio público que brinda. Esta iniciativa se promovió en la Asamblea Legislativa y con una gran diversidad de sectores sociales. Queda como un importante insumo para el gobierno entrante que puede adoptarla como iniciativa país con el fin de aprovechar la capacidad empresarial y de inversión de la empresa para este paso hacia la reforma energética.
En concordancia y con el fin de plantear un claro derrotero que justificara el proceso de transformación, RECOPE oficializó su Plan Estratégico 2020 – 2030, que incorpora la definición de su estrategia a diez años plazo, tanto para el caso de mantenerse la normativa actual como para el caso de aprobarse el proyecto de ley de transformación de la institución. En alineamiento con este plan estratégico, se logró la aprobación de MIDEPLAN de la reorganización administrativa de la empresa que logra una mejora sustancial en la eficiencia. Además, se aprobó el Manual de Organización y el Manual de Puestos, este último por parte de la Autoridad Presupuestaria, para la implementación de la nueva estructura organizacional, así como la aplicación funcional que conlleva un proceso de este tipo.
En materia financiera se redujeron adicionalmente los gastos de operación en un 17% entre 2018 y 2021. Solamente en el caso de las remuneraciones estas disminuyeron un 12% entre esos años. Asimismo, se realizó un significativo esfuerzo por devolver recursos al consumidor. Por medio de la buena gestión y la actualización de los contratos de importación en 2018, el precio real de importación ha sido menor al precio de referencia internacional, lo que ha permitido transferir al consumidor la suma de ₡61.000 millones por medio del diferencial de precios. Este monto equivale a una reducción promedio en el precio de venta de ₡15/litro, amortiguando la variación que se podría haber dado con el aumento internacional de precios y el tipo de cambio.
La gestión de proyectos rescatados incluyó la finalización del proceso de arbitraje SORESCO, el tan criticado proyecto de refinería que el país decidió no continuar, con un laudo favorable a los intereses de RECOPE y el país. Se logró con ello la liquidación y el rescate de más de $16 millones del capital social de la empresa.
Más allá, la empresa comprendió esa misión dentro de la necesidad urgente para el país de trascender la dependencia en los combustibles fósiles y asumió el esfuerzo de unirse a las metas país de descarbonización y cumplimiento de compromisos de cambio climático. Así, se realizó en 2018 el Plan de Descarbonización en el sector transporte terrestre, que incorpora las acciones que puede llevar a cabo RECOPE para contribuir con la descarbonización gradual de la economía y la sostenibilidad ambiental, ya que el sector transporte que es abastecido por la empresa, genera más del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país. Consecuentemente, la institución participó en la redacción del Proyecto 22.392, Ley para la Promoción e Implementación de una Economía de Hidrógeno Verde, en proceso de aprobación en la Asamblea Legislativa, el cual incorpora a RECOPE en la investigación, producción y distribución de estos productos.
La empresa invirtió esfuerzos en numerosas iniciativas ambientales que, como un verdadero hito histórico, la convierten en una empresa líder en responsabilidad socio-ambiental. Entre otras medidas recientes puede destacarse la aprobación, en marzo recién pasado, de la Política Ambiental Marco, que busca transversalizar el tema ambiental en todas las operaciones de la empresa.
Finalmente, vale destacar el avance que se logró con el Proyecto Terminal Pacífico que busca contar con un puerto de importación alternativo incluyendo el caso de que una emergencia inhabilitara los puestos de descarga, almacenamiento y trasiego de la Terminal Moín, afectando el suministro de combustibles. Este proyecto además permitirá desconcentrar los inventarios de Gas LP de RECOPE.
Pero más allá, conforme puede verificarse de los datos que maneja la empresa, incluidos en un reciente estudio técnico con el cual tuve el privilegio de contribuir (http://dx.doi.org/10.13140/RG.2.2.14699.82728), la concreción del proyecto le traerá al país beneficios económicos y ecológicos significativos. En un escenario de operación normal le ahorraría al país casi $82 millones en costos de fletes en sus primeros 15 años de operación. Adicionalmente, generaría potenciales ahorros en términos de costos sociales, de salud y de necesidades de conservación de ecosistemas de alta fijación de carbono de alrededor de $49 millones adicionales, dadas las reducciones de emisiones de CO2 (unas 8.107 toneladas en total). Se ha estimado también que en un escenario de operación de emergencia en el cual todo el GLP se trajera al país a través de esa terminal se generarían ahorros en un promedio mensual de algo más de $1,2 millones.
Estos resultados son el producto de una gestión cuidadosa y visionaria liderada por el gobierno corporativo que encabezó el Dr. Alejandro Muñoz Villalobos. Debe mencionarse sin embargo que otro de los principales logros fue el que este proceso fue realizado con abundante diálogo y participación, lográndose por ende un alto nivel de apoyo de todos los niveles gerenciales, de los mandos medios y de todos los colaboradores de la empresa. Así, estos avances constituyen una base de gran potencial que debe ser aprovechada por la administración entrante en el cuatrienio 2022-2026 para cimentar un modelo energético que apuntale adecuadamente las políticas país en los próximos cuatro años. Enhorabuena.
(*) Dr. Bernardo Aguilar González, Asociación Regional por la Transformación Social y Ecológica-JUSTECO (ARTES-JUSTECO), Eco-EJE Estudio Jurídico y Económico.
