jueves 25, abril 2024
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La mañana del día siguiente

No soy aficionado a la ciencia ficción, aunque me gusta la ficción en la novela y el cuento. Lo único que me ha mantenido atado a la realidad, sin duda alguna ha sido la profesión de médico, donde escabullirse de ella pondría en peligro la vida humana.

No obstante esa atadura me ha permitido “especular”, que a veces llega al border line de la realidad. La especulación es un principio activo del estudio y la investigación, nos puede ayudar a comprender los fenómenos que enfrentamos. Si bien hace tres o cuatro décadas no era realmente tan fascinante, los últimos cinco años han estado pletóricos de novedades tecnológicas que van de salto en salto y nos dejan, con o sin razón, atónitos la mayor parte de las veces.

“Cerremos y comencemos de nuevo”, esta frase célebre de un cirujano (celebre el mismo y no por su habilidad), me quedó en la mente y estará conmigo hasta la muerte o el  Alzheimer. Este cirujano, se extraviaba dentro de los planos anatómicos, con demasiada facilidad (he conocido bastantes) en media operación, decía a sus ayudantes: “cerremos y comencemos de nuevo”, lo que quería decir era cerrar por planos anatómicos y luego, recordando los Atlas de cirugía, recomenzar la operación buscando el norte. Cuando tenemos que explicar algo, y nos hemos perdido en la nebulosa de las ideas, lo más recomendable es “cerrar y comenzar de nuevo” (aquí si es una conditio sine qua non).

Esta Pandemia del COVID 19, nos ha enseñado cuan efímera puede ser la vida humana, tal como la conocemos, no solo individual sino colectivamente. Estamos aún complicados porque simplemente aún no termina y no sabemos tampoco cuándo terminará. No se trata de “quitar” medidas sanitarias mediante decreto presidencial, lo que por si mismo es una contradicción y una temeridad, la suerte es que al ser una democracia, la mayoría no nos lo tomamos en serio, por suerte. Estamos navegando estos mares de locura y aparece la “viruela del simio”, una enfermedad viral trasmisible, más agresiva que la actual, y que nos llegó de no sabemos exactamente dónde y cómo, porque si ha sido endémica en Africa, no hay razón para que ahora precisamente se esté diseminando tan rápidamente, con una mortalidad mayor.

La viruela fue erradicada hace muchos años por vacunaciones masivas y medidas preventivas que funcionaron. ¿Estos años de cuarentenas y mascarillas habrán debilitado nuestros aparatos inmunológicos? No lo sé pero lo pienso. Mucha cantidad de las “virosis” que nos atañen, han quedado sin huésped por las medidas preventivas, lo que posiblemente haya llevado a nuestros organismo a bajar la guardia, esto mismo lo pienso de las hepatitis pediátricas fulminantes, que ya son epidemia. Quizá al haber vivido por miles de años expuestos a los virus (de diverso tipo) ha logrado crear una relativamente fuerte respuesta inmunológica humana,  habiendo estado aislados por dos años, podríamos haber bajado esa capacidad, no solo para el COVID sino para todos los virus circulantes en el mundo. Ahora han querido señalar a la comunidad gay como un gran reservorio, lo cual sucedió al inicio de la endemia del VIH sida, se estigmatizó a este sector especialmente y los años mostraron que “cualquier relación íntima” donde hubiera intercambio de fluidos y secreciones, era un canal de contagio. Eso no es prudente, siendo lo correcto decir que para un contagio viral se necesita una interacción más o menos cercana, con intercambio al menos de gotas de Flügge, o gutículas, que se transmiten en el aire por cercanía, de ahí la relativamente alta protección de la mascarilla quirúrgica bien utilizada, especialmente en espacios privados.

Nunca habíamos estado tan bien informados como hoy, con la internet y las redes sociales, sin embargo mucha de esa información es falsa, lo cual requiere cierto discernimiento personal que solo se consigue estudiando.

Las noticias que anuncian grandes catástrofes están a la orden del día, hay incluso canales de la televisión pagada, especializados en difundir “tonteras económicas rentables”, evolucionan y se transforman en diversos tipos de mentiras, que mucha gente cree al pie de la letra. La invasión alienígena es inminente, según estos “expertos”, (lo cual yo dudo pues si esos seres supieran como somos, evitarían cualquier contacto con nosotros) ya están entre nosotros, se han incluso cruzado, lo que nos costó miles de años mediante una evolución larga y compleja, ellos lo lograron en pocos años, prácticamente en menos de medio siglo. Solo queda preguntarse ¿Cómo será la mañana del día siguiente? Por ahora mejor cuidémonos todo lo que podamos para cuidar además a los demás: los otros, ellos cuidarían también de nosotros.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico.

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