jueves 18, abril 2024
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Anarquismo, un futuro que ya llegó

El anarquismo es una corriente de pensamiento o una manera de pensar, tan viejo como el hombre. Las definiciones a veces nos ayudan a orientar nuestra manera de ver las ideas. “Doctrina política que pretende la desaparición del Estado y de sus organismos e instituciones representativas y defiende la libertad del individuo por encima de cualquier autoridad”.

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, floreció en Europa y fue la base esencial de los movimientos revolucionarios que cambiaron la historia, en América no fue tan evidente, estábamos recién separados de España y los EEUU de Inglaterra, no había comenzado de manera fuerte la Revolución industrial.

El siglo XX pasó de la mano del comunismo hasta la caída del muro de Berlín, luego el neoliberalismo se apropió de todo, absolutamente todo. Ya sabemos que el capitalismo por buscar “el máximo retorno de capital” (Adam Smith) se comporta con demasiada torpeza y descuida los puntos álgidos de los grupos sociales más desposeídos.

Hasta la última década del siglo anterior hubo una lucha mundial de poder, buscando sobreponerse unos a otros, beneficiaban a las mayorías, como parte de una táctica, quizá torpe, pero que ayudó a un equilibrio de poder.

La caída temporalmente del poder de Rusia, hizo posible la emergencia del poderío económico de China, y luego sería China quien se comportara tácticamente como “amiga” de Rusia. Esto solo fue un camino de búsqueda de mayor poder, pero las transnacionales estadounidenses en su afán de lucro, invirtieron a manos llenas en empresas afincadas en el gigante asiático, aprovechando una mano de obra barata, pero con un efecto colateral de poder económico del Partido Comunista Chino.

Aún recuerdo la frase de Allan Greenspan, cuando se le cuestionó la apertura arancelaria hacia China: “no puedo evitar a los ciudadanos estadounidenses comprar productos más baratos”. Esa miopía ha sido la mejor aliada de China, estuvo con las manos libres, logrando convertirse en un gigante mundial que posiblemente ya la llevó a la supremacía económica.

A nadie le gusta que lo manden, no, menos un grupo de políticos corruptos, quienes tienen las manos llenas de dinero público y la mente vacía de ideas. Cuando esto sucede, hay una tendencia general al repudio del poder, por un lado los que prefieren la comodidad de lo conocido, aunque esté podrido, a la incomodidad de lo nuevo, aunque represente un reto.

Pero, y es ahí dónde está el pero: las generaciones nuevas están hartas de ver que son los comensales no invitados al banquete, que sin embargo serán los mayormente sacrificados a la hora de pagar ese Festín de Baltazar, su futuro nació hipotecado por los sinvergüenzas de sus padres y abuelos.  Ese terreno es muy similar al del cambio de siglo entre XIX-XX, unos monarquismos absolutistas y una pobreza opresiva, ahí tuvo el caldo de cultivo perfecto el anarquismo.

Estos últimos diez años hemos asistido a la manifestación silenciosa de la ira de las masas, que ya no pueden esperar nada del mañana, que ese hoy que tienen no lleva sus expectativas, no tienen futuro y sin embargo son las grandes mayorías.

La esperanza de la anarquía es que se puede comenzar desde cero, lo cual representaría una oportunidad dorada para el mundo. Ya está aquí y no tiene otra alternativa que avanzar.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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3 COMENTARIOS

    • Està en lo corecto el doctor Arce, que para algunos en su miopìa este escrito resulte un absurdo o locura como le llama usted, pues allà ustedes los Loàcigas que no ven màs allà de sus narices.

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