1 COMENTARIO

  1. En lo esencial el nuevo «gobernante» se decantó por lo mismo que los que le antecedieron: siguiendo al autoritario de Alvarado, al cínico de Solís y a la firme y honesta (nunca supimos frente a quién o quiénes) no se comerá la bronca con los grandes evasores y elusores fiscales, la especulación con los títulos valores de la deuda interna, el saqueo de la Caja Costarricense de Seguro Social y de todos los fondos de pensiones. Jugará a los eurobonos y a vender lo poco que queda de la institucionalidad costarricense forjada durante la Segunda República, incluido el Banco de Costa Rica a precio de remate para sus amigos. Los que le rinden culto al nuevo mesías todavía no se percatan de que la jugada sigue siendo la misma: bronca con las mayorías populares y complacencia con los más poderosos, dicho de otra manera con los poderes fácticos.

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