jueves 28, marzo 2024
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El tiempo circular

Desconozco si un día actual dura menos que un día de hace treinta años, no he podido descartarlo ni comprobarlo, lo que si siento es que es mucho más breve, no en el número de minutos u horas, no, la sensación del tiempo que transcurre más rápido: “sensación de tiempo qué pasa rápido”.

Veamos lo siguiente. Cuando comienzan los días de verano en lugares calientes, la “sensación térmica” es mucho mayor de lo que marca el termómetro, es un asunto de percepción, de lo que sentimos sea real o no. A partir de la era digital, que en nuestro país empezó hace veinticinco años, comenzamos a digitalizarnos, todo fue avanzando en el desarrollo de la tecnología, el mundo que nos rodeaba hace treinta años era mucho más quieto, el mundo actual es todo el mundo. Si sucede determinado hecho en medio mundo más allá, lo sabemos de inmediato, si es de cierta relevancia.

El mundo virtual que hace tres décadas era privilegio de los filósofos y los místicos, hoy por hoy está en la vida de todos y cada uno: the layman, una palabra que me gusta del inglés, en realidad corresponde al hombre común y corriente, así de simple, aunque muchos lo utilizan como “laico” o “lego”, yo prefiero usarlo como “persona común y corriente”, es decir somos todos los de a pie. Esa virtualidad (su conocimiento)ha hecho que sepamos con una facilidad asombrosa, el significado de la física cuántica, yendo hacia el interior es lo que mencionan los místicos de todas las religiones: la capacidad de estar en diferentes lugares simultáneamente (bilocación es el término que utiliza la religión católica).

Hace más de medio siglo, mi inquietud literaria de joven, me llevó a comprender a través de un escritor, Jorge Luis Borges, el sentido multidimensional del tiempo circular. Crecimos como humanidad con la noción de tiempo lineal, que nos hizo vivir atados a una sucesión interminable de eventos y momentos concatenados. Creo que parte de esta “sensación de vorágine” que vivimos es parte de ese ayer del tiempo lineal. Hace cinco décadas hablar sobre la transmutación de la materia era mal visto, peor tolerado por los científicos y solo atribuible a una especie de alquimia trasnochada. Estábamos completamente inmersos en la física newtoniana, solo algunos académicos de países muy desarrollados, comprendían la realidad de la física cuántica.

Recuerdo un profesor de matemática que no aceptaba, bajo ninguna explicación, mi facilidad para explicar los problemas matemáticos con fórmulas físicas, el único que me comprendía en el Liceo de Naranjo, era el padre Armando Rodríguez, profesor de esta disciplina. La exigencia de mi profesor de matemática era utilizar fórmulas matemáticas para resolver los problemas matemáticos. Creo firmemente que esa razón me llevó a elegir la medicina como mi profesión, aunque en ella me fui por la ortopedia, porque era una alternativa para aplicar la física.

Mucho arrepentimiento me dio saber cómo era la física cuántica años después, pero ya no había marcha atrás (tiempo lineal), salvo como un apasionado entretenimiento que elegí.

El tiempo circular, cada vez más cerca de ser demostrado, consiste en una repetición de hechos y sucesos una y otra vez, todo regresa, incluidos los seres humanos, en un retorno eterno basado en esa tesis de que el tiempo no existe. La historicidad desaparece para quienes lo aceptan de ese modo: «según los estudiosos, la historiografía moderna persigue un estudio objetivo de la historia», sic

Si hemos mirado el cielo en una cálida noche estrellada, no podemos evitar preguntarnos: ¿hasta dónde llega esto? Bien, eso son cien mil millones de galaxias visibles. Esos números producen vértigo tomados a la ligera. ¿Será posible que alguien o algo haya creado esa infinitud para destruirla? Yo personalmente no lo creo. Si uno lee Deuterenomio, ese libro del Antiguo Testamento, atribuido por unos a Salomón y por otros al Javista o simplemente “J”, habla acerca de las cosas que se repiten perennemente.

En los últimos años me he interesado mucho por estos asuntos, para poder explicar nuestra realidad actual. Puede sonar pretencioso, pero es únicamente una muy personal inquietud intelectual mia. Es posible que con las teorías novedosas acerca de velocidades superiores a la velocidad de la Luz, lograremos entender qué es esa “antimateria” que compone el ochenta o noventa por ciento del universo y que es invisible, qué papel juega en el tiempo circular. El mismo tiempo irá demostrando lo sencillo que es todo, al fin y al cabo.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es médico

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